CAPÍTULO XXXIII

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Oficialmente el semestre había finalizado. Pero las responsabilidades no.

Debía continuar laborando en el restobar cada noche, pues era el único horario disponible por el momento. Menos mal, las madrugadas resultaban más amenas con la compañía de mis compañeros de trabajo.

Terminé de limpiar la última mesa desocupada en el preciso instante que Óscar dejó de hablar con Chris. Aproveché y me acerqué a él.

- Chris - lo llamé - quisiera conversar contigo.

- Si, claro, Irina. ¿Qué pasa?

- Quería ver la posibilidad de pedir permiso por dos días en el trabajo.

- ¡Uy! - expresó pasándose la mano por la nuca - justamente en los próximos días celebraremos el aniversario del restobar y necesito la completa disposición de los trabajadores, ¿el permiso qué solicitas es por alguna emergencia?

¿Emergencia? No. Únicamente esperaba obtener los días libres para viajar con Danna.

- Bueno, ciertamente no es por eso - confesé.

- ¿Entonces, qué te parece si luego del aniversario del restobar tomas ese permiso?

- No hay problema.

Me despedí de él y caminé hacia el área de los vestidores. Mi turno acababa de concluir.

- ¿Cuántos años cumple el restobar? - le pregunté a Óscar mientras salíamos del lugar.

- Cinco años. Aún Chris no nos ha dicho que es lo que planea hacer, pero conociéndolo será algo impactante. Probablemente desde mañana ya estaremos trabajando en los preparativos.

El taxi de Óscar tocó claxon avisando su llegada, por lo que nos despedimos brevemente.

Crucé la calle rumbo hacia el auto negro de Danna que estaba estacionado a pocos metros de mi.

- ¿Por qué una mujer tan guapa como tú está aquí a esta hora? - me apoyé en la ventana del piloto de su auto.

Danna sonrió de lado, negando con la cabeza ante mi comentario.

- Ven, entra de una vez.

Rodeé el auto y me subí al asiento del copiloto.

- No pensé que vendrías hoy.

- ¿Sorpresa? - sujetó mi mentón con una de sus manos y depositó un beso en mis labios.

- ¿Pediste el permiso? - preguntó poniendo el auto en marcha.

- Si.

- ¿Te lo dieron?

- No.

Danna me miró confundida, esperando a qué diga algo más que un simple monosílabo.

- Lo que pasa es que se acerca el aniversario del restobar y el personal tiene que encargarse de la organización. Chris me dijo que luego de esa fecha podría obtener el permiso.

- No hay apuro, podemos esperar.

- Si, por suerte la reserva del viaje tiene fecha límite hasta dentro de tres semanas.

- Ya que hay tiempo antes de irnos, usaré esos días para concluir los documentos que debo presentar en la universidad.

- ¿Es bastante?

- No, solo son algunos informes acerca del semestre académico y de la oficina de orientación educativa. No te preocupes.

A dos cuadras de llegar al departamento, en medio de un semáforo en rojo, una escena en la acera captó mi atención. ¡Tenía que ser un error!

DESDE QUE LA VIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora