Supuse que quien le estaba esperando era Robyn, al fin y al cabo la forma en que les había visto hablar la última vez me hizo pensar que podrían estar juntos.
Había reconocido su voz desde el primer momento que le vi, Nathaniel me había salvado la vida llevándome al campamento a pesar de lo que le decía su compañero. Sus brazos me habían rodeado de tal manera que con solo recordarlo me volvía a estremecer. La idea de que Robyn le estuviese esperando en su casa me hacía sentir algo incómoda, pero no era de mi incumbencia si estaban juntos o no. Tenía que centrarme en volver a Cassiopeia y rescatar a mi hermana, a Leo y a los demás. En mis adentros rezaba por que siguieran con vida tras lo sucedido.
Por mucho que hubiera salido a despejarme, esa noche no pude conciliar el sueño, tenía un grave problema de insomnio.
En cuanto los primeros rayos de luz atravesaron la única ventana que tenía el almacén donde me alojaba, abrí los ojos. La trenza que me había hecho Julie el día anterior seguía intacta. Me calcé las botas, envolví mis hombros con la tela oscura que me había dado Robyn para protegerme del sol y atravesé la puerta. Varias personas se encontraban trabajando desde muy temprano, algunos llevaban carros de madera llenos de frutas y verduras. Otros, en cambio, habían sacado a las vacas a que comieran algo de pasto. Me asomé disimuladamente a una de las cabañas que tenía la puerta entreabierta. Dentro de ella, un hombre se encontraba haciendo una espada, las chispas y el fuego eran demasiado sofocantes como para mantenerme dentro mucho tiempo. En ese momento Julie me sorprendió tirando de la tela oscura que llevaba puesta.
—¡Buenos días, Julie! Te has levantado muy temprano —exclamé sorprendida.
Yo a su edad me pasaba las horas durmiendo hasta que mi madre me obligaba a levantarme.
—Emma, yo ya soy mayor tengo que ayudar con las tareas .
—Está bien, ¿en qué puedo ayudar yo? —pregunté poniéndome de cuclillas.
—Vale, sígueme —dijo agarrando mi mano y dirigiéndose al establo.
Sentí una mirada tras de mí. Me giré y allí estaba Nathaniel sonriéndome. Inexplicablemente me puse algo nerviosa con su presencia así que antes de que pudiera ver como mis mejillas se encendían, me di la vuelta y seguí a Julie. Por supuesto, su tarea era dar de comer a la gallinas. Era su pasatiempo favorito.
—Julie —la nombré mientras soltaba unos cuantos granos al suelo para que las gallinas pudieran cogerlos—. ¿Y tus padres? No les he visto desde que llegué aquí.
—Mi madre se fue hace tiempo —respondió sin dejar de mirar a las gallinas.
Seguramente había tocado un tema complicado para ella, me arrepentí al instante.
—Lo siento mucho Julie —me lamenté acercándome a ella y agarrándole de las manos.
—Ella se fue a Cassiopeia y nunca volvió, nos abandonó a papá y a mi.
Una lágrima se deslizó por su rosada mejilla.
—Lo siento, Julie —añadí secándole la lágrima con mi mano—. Esa gente de Cassiopeia nunca cambiarán.
—No, eso no fue así —respondió Julie dejándome algo sorprendida—. Mi madre se fue con ellos porque quiso, nos abandonó o eso es lo que dice mi papá.
—Vaya...
Me quedé sin palabras intentando razonar. Julie lo había dicho con mucha frialdad. ¿Habría sido capaz de abandonar a su familia así?
—Pero tengo al mejor papá del mundo. Y ahora también a la mejor amiga—dijo sonriendo mientras me acariciaba la trenza rojiza.
—Yo también tengo a la mejor amiga —respondí sonriendo y acariciando su mejilla.
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CASSIOPEIA Parte 1 -COMPLETA-
Science FictionCassiopeia fue una ciudad fundada hace cientos de años en un planeta habitable no muy lejos del nuestro. Las personas ricas y con más recursos fueron afortunados y pudieron viajar hasta allí para fundar una nueva civilización. En cambio, los que no...