Me había esperado un camino más movido, pero el viaje fue realmente cómodo a pesar de las horas. Fue un viaje de dos días. La última vez, ni Leo ni yo lo recordamos tan largo, pero sería a causa del cansancio. Me mantuve en la sala de mandos durante la mayor parte del tiempo. Nathan y yo compartíamos habitación así que me encontré igual de cómoda que cualquier otra noche en los brazos de mi hombre. Definitivamente lo viví de manera muy diferente al último viaje. El espacio era un lugar maravilloso a la vez que oscuro, podía estar horas mirando al infinito que no me aburriría descubriendo nuevas estrellas y objetos extraños. Después de muchas horas de viaje comenzamos a divisar la Tierra a lo lejos, nos quedaba muy poco.
—Muy bien, conectando el modulo seis para entrar a la Tierra —ordenó Amelia a sus compañeros.
En seguida comenzamos a atravesar la capa de ozono. Fueron unos segundos de turbulencias y movimientos muy bruscos. Estuve a punto de caer al suelo pero Nathaniel fue rápido y me agarró de la cintura y evitó la caída.
—Siempre ahí cuando te necesito —le agradecí con una gran sonrisa.
En ese momento la nave volvió a coger estabilidad.
—Tengo que serte sincero, estoy algo nervioso —dijo mirándome a los ojos sin soltarme.
—¿Por qué? —pregunté entre risas.
Le acaricié una de sus mejillas para demostrarle que podía confiar en mí.
—Voy a conocer a tus padres —respondió seriamente.
Al escucharle no pude evitar soltar una carcajada. Él me miró un poco molesto así que dejé de reírme y entrelacé mis dedos entre sus cabellos rubios. Esa mañana se había dejado el pelo suelto.
—No te preocupes por eso, todo irá bien —respondí sonriéndole.
Al ver que no me devolvía la sonrisa le besé en los labios.
—Es algo nuevo para mí —dijo algo preocupado.
—Y lo superarás con creces, les caerás genial, todo el mundo les cae mejor que yo.
Intenté que sonriera y así fue, conseguí que lo hiciera y lo celebré acercando mi nariz a la suya.
—Créeme.
—De acuerdo —respondió girándome para quedar tras mi espalda.
Se quedó abrazándome hasta que la nave consiguió aterrizar en un lugar seguro.
El sol nos dio de lleno sobre nuestras cabezas cuando abrimos las compuertas para salir de la nave. Hacía tiempo que no pisaba la Tierra, pero estaba algo diferente, habíamos aterrizado en medio de la nada, habría que utilizar los automóviles para llegar a las diferentes aldeas. Los aldeanos tendrían que haberse dado cuenta de su presencia dado a las grandes dimensiones de la nave. Amelia creó varios grupos para ir a las distintas aldeas y comunicar a la gente acerca de las buenas nuevas sobre Cassiopeia. Leo eligió liderar el grupo que se dirigía a su aldea natal, Damna. Yo también tenía ganas de ver a Dahlia, pero quise unirme al grupo que se dirigía a Egon, mi aldea. Nathaniel se quedó a mi lado durante todo el camino. Amelia se quedaría en la nave esperándonos y Enzo había elegido nuestro grupo para conocer mejor de donde venía. A pesar de nuestras diferencias empezaba a caerme bien el grandullón. Al poco tiempo de arrancar los automóviles comenzamos a divisar la que un día, fue la aldea que me vio nacer y crecer. Me puse muy nerviosa al pensar que estaba a punto de reencontrarme con mi familia, a Lauren le hubiera encantando viajar, pero en su estado, hubiera sido muy peligroso. Tampoco tenía ganas de anunciar su embarazo, así que esperaría a que acabase el viaje para que ella misma lo contara en primera persona.
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CASSIOPEIA Parte 1 -COMPLETA-
Science FictionCassiopeia fue una ciudad fundada hace cientos de años en un planeta habitable no muy lejos del nuestro. Las personas ricas y con más recursos fueron afortunados y pudieron viajar hasta allí para fundar una nueva civilización. En cambio, los que no...