Tanto Leo como Nathaniel me habían declarado su amor por partes iguales y ambos habían prometido luchar por mí. No sabía cómo reaccionar ante tales abrumadoras declaraciones. Estaba muy confusa.
Thomas entró por la puerta de nuevo y entre los dos le curamos varias heridas que tenía por los brazos. También me preguntó sobre la mía, ni siquiera me había acordado de ella. Me miré el brazo, estaba prácticamente curado, no necesitaba ninguna atención medica.
En ese momento, apareció Robyn con una cajas de madera entre sus manos.
—Hola —dijo Leo saludando a la chica.
¿Por qué tendría que ser tan amable con todos?
—Hola —respondió Robyn con la mirada en el suelo.
Claramente no quería mirarme. Aunque tal vez con la aparición de Leo en escena intentara acercarse más a Nathan.
—Gracias Robyn —dijo Thomas al sentir lo tensa que se había puesto—. Puedes dejar las cajas ahí mismo.
—Está bien —contestó ella antes de salir por la puerta.
Después de terminar de revisar a Leo, salimos de la enfermería, se estaba haciendo de noche y la mayoría de la gente estaba terminando los preparativos de la fiesta. Había una gran hoguera aún sin encender en mitad del campamento. A los lados, mesas de madera se empezaban a llenar de bandejas de frutas y verduras que traían mujeres y niños. Algunos hombres no paraban de lanzar madera en la hoguera y otros llevaban bancos y sillas para sentarse al lado del fuego. Nunca les había visto tan contentos. La excursión a Cassiopeia había salido muy bien, más de lo esperado, pudieron traer consigo muchas medicinas, libros, ropa, alimentos... En definitiva, fue muy satisfactoria. Algunos decían que no hubo muchos guardias esperándoles. No dejaba de pensar que la causa de que hubiera pocos guardias, en realidad fue porque yo me los había cargado uno a uno, pero no quise fardar sobre ello. Los únicos que sabían de mi pequeña aventura eran Enzo, Tania y Nathaniel, y la aparición de Leo fue explicada como si él se tratase de otro fugitivo. Pensé que sería difícil de creer, pero nadie lo cuestionó, así que sin mucha demora habían organizado aquella fiesta. Aún no podía dejar de pensar en Lauren, aunque me estaba tomando un pequeño descanso hasta que Leo se recuperara, no podía dejar de intentar salvarla, estaba viva.
Julie se abalanzó sobre mí en cuanto mi vio y también abrazó a Leo para nuestra sorpresa. Cuando acabó, me dio la mano y nos sentamos en unos de los bancos de madera a esperar a que encendieran la hoguera. Tania se acercó y se sentó a mi lado.
—¿Qué tal vais por aquí? —preguntó con una sonrisa dibujada en los labios.
—Está quedando precioso.
Estaba sorprendida con todo el trabajo que estaban haciendo.
—Hacía mucho que no teníamos nada que celebrar —respondió ella.
—Me alegro de haber llegado en buen momento —bromeó Leo sonriendo.
—Es cierto — contestó Tania riéndose—. Has llegado en el mejor momento.
Me pareció ver a Nathaniel en frente de mí, pero las chispas que saltaron entre nosotros, seguido por la gran llama de fuego terminó por cegarme y no pude ver si era él en realidad. Al cabo de unos pocos minutos unas manos grandes se posaron en mis hombros, sabía que era él. Me levanté y nos alejamos de donde estábamos sentados con Tania, Julie y Leo. Este último, no dejó de mirarnos hasta que encontramos un nuevo sitio donde poder hablar lejos de la muchedumbre. Las llamas hacían centellear sus iris dorados. Se encontraba encima de mi rostro para hacerse oír y que no perdiera detalle.
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CASSIOPEIA Parte 1 -COMPLETA-
Science FictionCassiopeia fue una ciudad fundada hace cientos de años en un planeta habitable no muy lejos del nuestro. Las personas ricas y con más recursos fueron afortunados y pudieron viajar hasta allí para fundar una nueva civilización. En cambio, los que no...