Capítulo 50

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Durante esa semana estuve visitando a Dahlia para confeccionar el vestido. No quise invitar a nadie más que a mi hermana, era la única que aceptaba mi idea sencilla. Finalmente, llegó el día de la primera prueba. Lauren me esperaba en un sillón sentada descansando mientras Dahlia me abrochaba unos pequeños botones en la cintura, la espalda estaba totalmente al descubierto, unos finos tirantes adornaban mis hombros y la tela, sin mucho vuelo, caía sobre mis caderas hasta rozar el suelo, en cuanto Lauren me vio se quedó sin palabras, además el vestido era ceñido a la cintura, por lo que me hacía una buena figura.

—Estaba pensando en agregar algo de encaje por la espada y tal vez por el busto, pero te queda genial.

Dahlia miraba mi reflejo en el espejo entusiasmada ante la idea.

—Tal vez podrías recogerte el pelo, así el detalle de la espalda se apreciaría mucho mejor —añadió Lauren.

Se levantó de su asiento y me recogió la melena.

—¿Ves? Mucho mejor así.

—Estás guapísima —dijo Dahlia detrás de nosotras.

—Gracias.

Sonreí. No podía quitar mis ojos del vestido.

Después de tanto tiempo, un simple vestido me animaba a seguir con esto de la boda. No es que no quisiera casarme, pero tanta organización me mareaba y a pesar de que Nathaniel ponía también de su parte, no me sentía del todo cómoda al organizar una boda a la que asistiría más de la mitad de la ciudad.

—Bien, te ayudaré a quitártelo, todavía tengo mucho que hacer —me advirtió Dahlia ansiosa.

—Está bien, pero no lo cargues mucho —respondí suplicando.

—No te preocupes, se exactamente lo que quieres —dijo ella sonriendo.

En ese momento se abrieron las puertas del ascensor de su apartamento, Leo apareció por la puerta.

—Vaya lo siento, no sabía que estabais reunidas.

Se disculpó al entrar antes de quedarse mirándome perplejo.

Hubo un silencio algo incómodo durante unos segundos hasta que finalmente pestañeó y me lanzó una sonrisa.

—Estas preciosa.

—Gracias Leo.

Le devolví la sonrisa y bajé la mirada al instante.

—Quería decirte que tras tu boda me iré un tiempo.

Parecía que le costaba hablar.

—¿Qué quieres decir?

No quería que se fuera.

—La general ha convocado una ruta de exploración para averiguar más sobre la fauna de este planeta y me he apuntado.

Sus palabras se entrecortaban. Sabía que necesitaba espacio, tenía que aceptarlo.

—Te echaré de menos.

Le abracé con todas mis fuerzas.

Al principio estaba sorprendido, pero enseguida me devolvió el abrazó.

—Y yo a ti, no sabes cuánto —murmuró en mi oído.

—Bueno, será mejor que me acompañes, no quiero que arruines el vestido antes de la boda —apremió Dahlia detrás de nosotros guiándome dentro de su habitación.

Leo nos miró y me despedí besando suavemente su mejilla.

—Lo siento.

Me disculpé mirando a Dahlia.

CASSIOPEIA Parte 1 -COMPLETA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora