Capítulo 52

79 4 2
                                    


Julie se fue con Tania y se sentó junto a ella y Enzo en unas de las primeras butacas blancas que se encontraban en frente de un gran arco lleno de rosas blancas, finalmente todos estaban colocados en sus asientos y comencé a recorrer aquel pasillo. Nathaniel estaba esperándome al otro lado, llevaba un traje azul oscuro con una camisa blanca y su melena dorada recogida en un moño. Estaba impresionante. Me sonrió en cuanto me vio. Me sonrojé bastante ante su sonrisa, pero intenté disimularlo, no fue difícil ya que en cuanto me percaté de cuantas personas había a mi alrededor, comencé a ponerme nerviosa. La general Amelia estaba esperando al otro lado junto a Nathaniel y varías personas que apenas conocía, estaban sonriéndome a la que pasaba a su lado.

—Estás impresionante —dijo Nathaniel en cuanto me detuve a su lado.

—Tú también —respondí.

Intenté sonreír a pesar de la incomodidad que sentía.

Para ser sinceros, solo pensaba en que aquella boda era demasiado para mí. Estaba empezando a agobiarme y mucho. Amelia comenzó a decir unas palabras hasta que llegó la hora de darnos el sí quiero. La gente estaba expectante ante nuestras palabras y cuando llegó mi turno, me quedé en silencio durante varios segundos. Nathaniel me agarró de la mano para tranquilizarme, le miré a los ojos, parecía preocupado.

—No puedo hacerlo —añadí antes de salir corriendo a través del jardín.

Pude escuchar como los asistentes de la boda se levantaban de sus asientos y comenzaban a murmurar, pero no me importó, no podía hacerlo, estaba muy agobiada, esa no era la boda que yo quería.

Corrí todo lo que pude hasta que finalmente, a pesar de mis esfuerzos por no hacerlo, rajé el vestido por la parte de abajo. La rotura subía hasta mis rodillas. Me detuve a causa de la carrera, la noche se había puesto sobre nuestras cabezas y las farolas iluminaban mi paso, estaba delante de un pequeño riachuelo artificial que se encontraba entre dos edificios. Me arrodillé en el suelo y me llevé las manos a la cabeza. ¿Qué había hecho? Había arruinado todo.

—¿Emma? —preguntó una voz femenina muy familiar detrás de mí.

—Déjame en paz —respondí sin mirar atrás.

—Yo creo que deberías de ver esto.

Esta vez una voz masculina fue la que me sorprendió.

Me di la vuelta como si de un rayo se tratase. Aquella voz, no podía ser... Krumm se encontraba detrás de mi hermana con el filo de un cuchillo muy cerca de su cuello.

—¡Déjala en paz!

Me levanté del suelo y me acerqué a ellos lentamente.

—Yo que tú no haría eso, esta es mi oportunidad de oro.

Krumm apretó el cuchillo y un hilo de sangre comenzó a recorrer el cuello de Lauren.

—¿Cómo has escapado? —pregunté nerviosa.

Era imposible.

—Es un día especial y todavía tengo fieles de mi parte. Ahora pagarás por haberme encerrado.

—No lo harás.

Estaba realmente nerviosa y nadie más se había percatado de su presencia, no había nadie a nuestro alrededor. Comencé a respirar furiosamente.

—Claro que lo haré —respondió sin pudor alguno.

El cuchillo que llevaba en la mano cambió de rumbo y se clavó el pecho de mi hermana.

Mis ojos se llenaron de terror en cuanto el cuerpo de Lauren cayó al suelo. Corrí hacía ella sin pensar. Krumm se encontraba delante de nosotras riéndose sin parar. El cuerpo de mi hermana estaba lleno de su propia sangre.

CASSIOPEIA Parte 1 -COMPLETA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora