A la mañana siguiente nos levantamos muy temprano tal y como habíamos planeado. Rick y Leo se quedaron alerta en cuanto salimos de la cueva. Leo agradeció no estar dentro del plan de búsqueda, sus heridas eran algo más graves que las mías y necesitaba más tiempo para recuperarse. Tania y Julie seguían durmiendo y Robyn intentaba entrenar un poco con la espada de Rick fuera de la cueva. Sirah comenzó a despegar con Enzo y conmigo a bordo de su lomo. Hacía tiempo que no montaba en su lomo y me llenaba de recuerdos, tanto malos como buenos. Despejé mi cabeza cuando divisamos lo que quedaba del campamento. Sirah aterrizó con suavidad y nos acercamos a lo que ahora eran cabañas reducidas a cenizas, algunas todavía se tenían en pie, pero en muy mal estado.
—Hay que buscar armas, Emma —apremió Enzo mientras caminaba entre los escombros.
—Los guardias nos confiscaron las armas antes de comenzar el viaje a Cassiopeia, no sé que pueden haber hecho con ellas.
—La herrería, ¡vamos allí! —exclamó Enzo decidido.
Caminamos hasta la herrería, todavía seguía en pie, pero la puerta era inexistente. Enzo se deshizo del trozo de madera que la bloqueaba de una patada y pudimos pasar sin problemas. Por dentro estaba todo destrozado, pero, debajo de unas vigas, donde antes había una estantería, encontramos varías espadas que podríamos utilizar sin problema. Busqué algo más en las demás habitaciones. Allí, escondido, debajo de una viga casi deshecha, encontré un arco de color negro, increíblemente estaba intacto, pero sin flechas alrededor.
—Sé donde hay flechas —dijo Enzo animándome a salir de la cabaña en ruinas.
Nos dirigimos a su cabaña, otra de las cuales se había quemado pero no tanto como para derrumbarse.
—Aquí están.
Metió el brazo en un hueco rodeado de piedras y sacó entre sus manos un saco de piel lleno de flechas.
—Aquí tienes, eres a quien se le da mejor esto, a mi me va más en cuerpo a cuerpo.
Soltó una carcajada intentado romper la tensión del momento, aunque no lo consiguió, los dos estábamos nerviosos y ansiosos al mismo tiempo de acabar con todo aquello.
Volvimos con las manos llenas donde se encontraba Sirah esperándonos, al vernos se puso en marcha. No tardaríamos mucho en volver a esa velocidad, pero antes de llegar empezamos a escuchar voces, seguidos por algunos gritos.
—¡Es Tania! —exclamó Enzo alarmado.
Sin pesarlo dos veces, se lanzó al vacío desde el lomo de Sirah para acabar de pie en el suelo, no estábamos a mucha altura, pero tenía prisa por saber que ocurría. Enzo salió corriendo hacia donde se encontraba su mujer. Sirah y yo en cambio comenzamos a sobrevolar la zona al ver unos pequeños drones circulares que amenazaban la entrada de la cueva. El único dragón que atacaba con su fuego era Noir, pero parecía que el calor no era suficiente contra los drones. Rick hincaba su espada en el ojo de los drones cada vez que tenía oportunidad. Divisé a Leo con la espada de Enzo en mano esquivando un rayo rojo, pero eran demasiados.
—Me bajo aquí Sirah, gracias.
Me lancé a lo alto de un árbol para tener más vista de la zona. Me acomodé y saqué una de las flechas, la coloqué en el arco cuidadosamente, no quería desperdiciar ninguna de ellas, tenía que ayudar como fuera. Lancé la flecha y di de lleno en uno de los drones, este explotó en el momento. Enzo miró hacia donde me encontraba y subió el pulgar en modo de agradecimiento.
Algunos de los drones comenzaron a acercarse al árbol donde yo estaba. Lancé un par de flechas más, pero estos se movían demasiado rápido, en cuanto les tuve a tiro, clavé una de ellas en uno de los ojos. Otro en cambio, ya me había alcanzado y estaba a pocos metros, de nada me servía el arco. Desenvainé la espada y intenté insertarla en él sin perder el equilibrio ya que aún me encontraba encima de la rama del árbol. Finalmente lo conseguí y explotó ante mí, no volví a escuchar ningún grito, ni el filo de ninguna espada moverse. Noir apareció ante mí y me ayudó a bajar al suelo, corrí hacia la entrada de la cueva donde Enzo, Rick y Leo respiraban agitadamente.
—Saben dónde estamos —advirtió Enzo preocupado.
—Entonces tenemos que huir —sugerí dándole vueltas a la cabeza sin encontrar ninguna solución—. Lo siento mucho Sirah, se que esta ha sido vuestra casa durante tanto tiempo —sollocé.
Una lágrima comenzó a recorrer una de mis mejillas. Sirah me acarició el cuerpo con su hocico al mismo tiempo que sentía la cálida mano de Leo sobre mi espalda.
—Encontrarán un nuevo hogar —dijo Enzo muy seguro de sí mismo—. Ahora tenemos que largarnos de aquí cuanto antes, lo mejor será escondernos en la selva, allí será más difícil que nos encuentren.
Salimos de aquella cueva a lomos de los dragones. Enzo y Tania iban montados en Sirah, una de las dragonas llevaba a Rick y Robyn, otra a Leo y finalmente Noir nos llevaba a Julie y a mí. La pequeña que quedaba sin llevar a nadie todavía no volaba muy bien, por lo cual, era mejor dejarla sin ningún peso para que pudiera seguirnos con más calma.
Enzo nos hizo una señal y los dragones aterrizaron en el corazón de la selva. Muchos árboles nos rodeaban, así que con suerte, tendríamos tiempo para prepararnos antes de atacar Cassiopeia.
Tania cada vez estaba más cansada a causa de su estado, así que Enzo estaba preocupado, ya que aún teniendo a Robyn, si se adelantaba el parto, la intervención sería muy difícil.
Pasamos al menos un par de días en aquella parte de la selva. Robyn comenzó su entrenamiento lo más rápido que nos fue posible. Era cierto que Enzo le había enseñado algo, pero sería muy difícil que llegase a su nivel en solo dos días, ni siquiera yo lo tenía. No practiqué con el arco para no malgastar flechas. Rick, Leo y yo nos mentalizábamos y proponíamos varias entradas para abordar Cassiopeia, no estaba segura de que los prisioneros estuvieran en la torre donde estaban las celdas, pero era lo más probable, a no ser que hubiera más celdas en otra parte. Cassiopeia era realmente grande, la primera vez había tenido suerte y me la había jugado demasiado, ahora esto era diferente, la vida de mucha gente estaba en juego.
ESTÁS LEYENDO
CASSIOPEIA Parte 1 -COMPLETA-
Ciencia FicciónCassiopeia fue una ciudad fundada hace cientos de años en un planeta habitable no muy lejos del nuestro. Las personas ricas y con más recursos fueron afortunados y pudieron viajar hasta allí para fundar una nueva civilización. En cambio, los que no...