Capítulo 31

37 1 0
                                    


Nathan alzó a Julie en sus brazos y comenzó a andar entre los arbustos sin mediar palabra. Había sido un shock para él reencontrarse con Sigrid de tal manera con su hija de por en medio. Leo y yo le seguimos sin mediar palabra. Julie todavía recordaba a su madre y Sigrid aún pensaba en Nathaniel como si de su propiedad se tratase. La mirada que me había echado antes de marcharse con sus compañeros de Cassiopeia me lo había aclarado todo, esa no iba a ser la última vez que nos viéramos las caras. A mitad del camino apareció Rick montado en un caballo negro.

—¿Todo bien chicos? —dijo desmontándose—. Los tres caballos que cogisteis han aparecido en el campamento y me preocupé.

—Todo bien —respondió Nathaniel—. ¿Puedes llevarte a Julie?

—Claro, no hay problema —respondió su compañero.

Nos pusimos en camino de nuevo en cuanto Rick desapareció con Julie. La aparición de Sigrid había aturdido realmente a Nathaniel y tampoco quería preguntar sobre el tema. Por otro lado, Leo podía andar sin el bastón de madera, lo cual le hacía más fácil llegar al campamento. Casi había dejado de llover, aunque nuestras ropas seguían húmedas.

—Hay algo que me sigue sin cuadrar —murmuró Leo para sus adentros, pero lo suficientemente fuerte como para que le escuchara.

—Es raro que no nos atacasen como las últimas veces —respondí sin dejar de caminar.

—Julie estaba por en medio, supongo que no atacarían con una niña tan cerca —contestó mi compañero pisando con cuidado encima de unas rocas resbaladizas.

Nos encontrábamos bajando la montaña, cerca de una formación de rocas. Si mirábamos hacia abajo estaba realmente oscuro a causa de la lluvia y de la noche.

—Tienes razón —añadí casi sin prestar atención a la conversación.

Delante de nosotros tan solo podía ver la imponente espalda de Nathaniel, tan solo con su forma de caminar podía notar lo tenso que estaba, así que me acerqué y coloqué mi mano en uno de sus hombros intentando darle ánimos tras lo sucedido.

—No estoy de buen humor —acertó a decir sin mirarme mientras se alejaba de mí.

Leo llegó hasta mi posición y se quedó parado junto a mí unos segundos.

—Debe de ser duro, por lo que me han contado esa mujer les abandonó, ¿verdad? —preguntó.

Asentí con la cabeza y volvimos al camino embarrado.

La caminata hasta el campamento se me estaba haciendo algo difícil. No podía ir a paso ligero porque en cualquier momento resbalaría y caería al suelo. Atravesamos unos setos más grandes que nosotros y sin querer, solté un alarido en cuanto me corté con una de sus ramas. Al parecer aquellas ramas tenían unas espinas enormes, con tan mala suerte que había sido yo quien se había pinchado y arañado con una de ellas.

—¡Emma! —exclamaron mis acompañantes al unisonó.

En ese instante se miraron entre si y acto seguido me agarraron cada uno de un brazo.

—Estoy bien —dije levantando las manos ante tal preocupación.

Tan solo había sido un pequeño arañazo en el hombro.

—¿Qué es este arbusto? —preguntó Leo sospechando algo.

—No hay tiempo, nos están esperando en el campamento —apremió Nathaniel que había vuelto a liderar nuestro pequeño grupo.

En La Resistencia Rick nos esperaba con Julie. Nathaniel recogió a su hija y se fue dirección a la casa de Enzo sin mediar palabra.

Leo y yo nos miramos confundidos y nos dirigimos a la enfermería mientras le explicaba lo sucedido.

CASSIOPEIA Parte 1 -COMPLETA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora