Capítulo 26

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Abrí la puerta y encontré a Leo, pero no tenía buena cara. Estaba tirado en una esquina. Su color moreno se había apagado igual que el color de sus ojos.

—Tenemos que salir de aquí, te llevaré a un lugar donde estarás a salvo.

Me eché uno de sus brazos sobre mis hombros e intenté levantarle, él hizo algo de fuerza y se incorporó.

Estaba totalmente ido, ni siquiera pensé en preguntar qué había pasado con él, solo quería ponerle a salvo costara lo que costara.

Juntos pudimos salir de allí, aunque la mala suerte nos esperaba a la vuelta de la esquina. Cuando subimos por las escaleras más guardias bajaban armados. Intenté correr con Leo a cuestas hacia otra salida, pero nos fue imposible. Entramos en una sala vacía y cerré la puerta colocando una tubería entre los mangos, así al menos podía ganar algo de tiempo.

Una idea pasó fugazmente por mi cabeza. Dejé a Leo en el suelo por unos segundos y abrí la ventana de par en par, silbé lo más fuerte que pude llamando a Sirah, esta apareció a los pocos segundos, pero empezaron a oírse disparos desde otros edificios. Tenía que ser rápida. Agarré a Leo con todas mis fuerzas y conseguí montarle encima de Sirah.

—¿Dónde está mi hermana? Tengo que ir a por ella —le pregunté ansiosa.

—No está —respondió al filo del desmayo.

—¿Cómo que no está?

Empezaba a alarmarme. No había ido allí para volverme sin ella.

—Se la llevaron el mismo día que escapaste y no volví a verla.

Sirah empezó a ponerse nerviosa, una de las balas atravesó su ala derecha.

—¡Sirah!

A pesar de la herida de bala, ella seguía manteniendo el vuelo.

—Vuela Sirah, poneros a salvo. No me voy sin mi hermana.

Sirah voló obediente lejos de Cassiopeia.

—¡Emma, no! —exclamó Leo demasiado lejos como para escuchar lo demás.

De nuevo estaba sola, ¿dónde tendrían a Lauren? No podía estar muerta, algo me decía que no lo estaba. En ese momento un monitor se encendió delante de mí. Me encontraba en una sala de paredes blancas, unas cuantas sillas se situaban en mitad de la sala y el gran monitor comenzaba a retransmitir lo que parecía una figura humana. Pude ver unas cuantas cámaras en las esquinas de la habitación, estaban vigilándome.

—Me estás dando demasiados problemas, Emma.

El mismo hombre que había visto en la pantalla con esos fríos ojos azules en el almuerzo aquel día, ahora estaba al otro lado del monitor. Esta vez vestido de manera diferente, con una camiseta que parecía pertenecer a un pijama azul oscuro. Parecía cansado. Tenía unas bolsas en los ojos bastante notables y su pelo había cambiado un poco desde la última vez, ahora estaba más grisáceo.

No sabía a dónde ir, no paraba de pensar en cualquier escapatoria posible para encontrar a mi hermana hasta que me percaté de algo importante, ¿cómo sabía mi nombre ese tío? Me quedé muda en cuanto el hombre empezó a hablar de nuevo. En ese momento recordé su nombre: Eliott Krumm, líder de Cassiopeia.

—¿Acaso buscas a Lauren?

Eliott tenía algo de maldad en su mirada.

—¿Cómo sabes su nombre?

—Se muchas cosas sobre ti y tu hermana, de momento te diré que tu hermana está viva, pero de nada servirá seguir matando a mis guardias si quieres volver a verla.

CASSIOPEIA Parte 1 -COMPLETA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora