Capítulo 37

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Las dos noches que estuvimos escondidos en la selva fueron muy duras. Tuvimos que reponer fuerzas y prepararnos para la batalla, pero era difícil en aquellas condiciones.

—¡Golpea más fuerte! —gritaba Enzo a su hermana.

—No puedo más, Enzo —se quejaba Robyn con expresión cansada.

—No seas tan duro con ella —dijo Rick intentando calmar el ambiente—. Al fin y al cabo ella no es un soldado como tú.

—Lo sé, pero tiene que aprender, o allí...

No pudo terminar la frase. Si no espabilaba con los entrenamientos moriría al entrar en Cassiopeia, era muy peligroso.

—Deberíamos de descansar —aconsejé a mis compañeros.

—Está bien, pero no olvidéis que en cuanto empiece a anochecer nos iremos de aquí —respondió Enzo seriamente.

Envainó su espada y se dirigió hacia Tania. Ambos se dieron un beso y ella se recostó en el pecho de su marido.

—Prueba una vez más contra mí —sugerí a Robyn desenvainando mi espada y colocándome en posición de combate.

Ella me miró y me sonrió. Los filos de nuestras espadas comenzaron a hacer música al chocarse. Estuvo a punto de ganar la batalla, pero con mi espada, conseguí deshacerme de la suya y tirarla al suelo de un golpe.

—No está mal.

—Y tampoco bien —respondió tristemente recogiendo su espada del suelo—. No valgo para esto.

—Nadie es perfecto. Aun así, eres una de las mejores enfermeras que he conocido. Esto se arregla con un poco de práctica no te preocupes —dije posando mi mano en su hombro para darle ánimos.

—Gracias Emma —respondió algo aliviada.

—No tienes que dármelas, solo céntrate en el objetivo —respondí.

Antes de que se hiciera de noche, intentamos echarnos una cabezada para descansar. Rick lo consiguió y al parecer Robyn también, pero Enzo, Leo y yo no parábamos de dar vueltas.

—Enzo para ya, me pones nerviosa —dijo Tania de los nervios—. ¡Ay! —gritó tocándose la barriga.

—¿Qué pasa?, ¿estás bien? —preguntó su marido acercándose a su esposa a la velocidad del rayo.

—Sí, creo que sí.

Volvió a sentir un pinchazo y gritó de nuevo.

—Será mejor que despierte a Robyn —sugerí alejándome un poco de ellos.

Encontré a Robyn dormida con la cabeza apoyada en el tronco de un árbol. Comencé a sacudirla por los hombros.

—Robyn despierta, es Tania.

—¿Tania? —preguntó abriendo los ojos de inmediato.

Se levantó y salimos corriendo a donde se encontraba la pareja.

—Tania dime, ¿cada cuanto te duele? —preguntó agarrando su mano para tranquilizarla.

—No lo sé —dijo de nuevo, y de repente, otra vez el dolor.

—Creo que estas de parto —respondió Robyn preocupada.

Julie se despertó por lo gritos y se acercó asustada.

—¿Qué está pasando Emma? —preguntó sin dejar de mirar a Tania.

—Corre con Rick y Leo, Tania está bien —respondí guiándola donde estaban ellos.

CASSIOPEIA Parte 1 -COMPLETA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora