Capítulo 49

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—Buenos días dormilona —susurró Nathaniel recién despierto acariciando una de mis mejillas.

—Buenos días —respondí estirando mis brazos hacia arriba.

Le besé los labios y me incorporé.

Esa mañana, a parte de llevar a mi padre al hospital, también tenían que revisar la herida de Nathaniel. Tanto él como yo, nos ayudamos mutuamente a vestirnos y dejamos a Julie en la escuela. Nathaniel prefirió no utilizar la silla de ruedas para desplazarse hasta allí, ya que se veía con fuerzas. Finalmente llegamos al hospital donde nos esperaba Thomas. Mis padres habían llegado pronto y mi madre había entrado con mi padre para poder explicar todo detalladamente, así que me reuniría con ellos más tarde.

—Habéis llegado pronto, me alegro.

Nos saludó Thomas ordenando unas cajas de cartón llenas de medicamentos en una estantería de cristal que había en la sala que se había convertido en su consulta.

Se le veía bastante feliz, al fin tenía los medios suficientes para poder curar y ayudar a las personas enfermas.

—Y preparados para lo que sea —bromeó Nathaniel sentándose en la camilla que se encontraba a un lado de la sala.

Thomas esbozó una sonrisa y se acercó a él. Nathaniel se levantó la camiseta y dejó al aire las vendas que tenía sobre la herida. Thomas comenzó a retirarlas con mucho cuidado hasta que dejó las heridas a la vista, una por donde entró la bala y la otra por donde salió.

—Esto puede que escueza un poco —avisó el doctor colocando unas gasas empapadas encima de las heridas.

Prácticamente ni se inmutó del dolor.

—Listo, voy a vendarte de nuevo, pero esto no dará más problemas.

—Perfecto —respondió Nathaniel dejándose vendar de nuevo.

En ese momento entró Robyn por la puerta.

—Doctor Thomas. Hola chicos —saludó en cuanto nos vio.

—Buenos días, Robyn —saludé al verla entrar.

Nathaniel levantó el brazo en forma de saludo.

—De hecho te traía tus medicamentos, Emma.

Robyn se acercó a mí con tres cajas de cartón llenas de pastillas.

—Si quieres que tu tobillo se cure antes de la boda, tendrás que tomarte estos medicamentos durante el mes que queda.

—¿Tantas? —pregunté incrédula al ver las tres cajas.

—Sin falta, que no se te olvide, dentro te he anotado cuantas veces tienes que tomar cada una al día y las horas, ¿de acuerdo?

—Está bien.

Dejé una de las muletas contra la pared para poder agarrar la bolsita de papel con todos los medicamentos dentro.

—Déjame a mí.

Nathaniel se ofreció a llevar la bolsa para que pudiera caminar más cómodamente.

—Gracias.

Nos despedimos de Thomas y Robyn, y salimos por la puerta del hospital. En la puerta nos esperaban mi madre y Lauren, ambas con mala cara, corrí como pude con las muletas hacia ellas preocupada.

—¿Mamá? ¿Qué pasa?

Quería respuestas rápido, aunque me temía lo peor.

—Tu padre...

CASSIOPEIA Parte 1 -COMPLETA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora