12. Imprevistos

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Desde ese día Betty y yo almorzamos con Matt y sus amigos.

Aprovecho cada oportunidad para estar cerca de él, y evito a toda costa encontrarme con el vampiro indeseable.

Ese Harry es un verdadero dolor de cabeza.

Betty y yo somos cada vez más cercanas, las cosas en mi trabajo de medio tiempo están mejor ya que he logrado acercarme más a mi merak.

Con respecto a Matt, él es increíble.

Aún no somos tan cercanos pero hablamos siempre que nos encontramos, comemos juntos y lo más intenso de todo son nuestras miradas.

Es obvia la “química” que hay entre nosotros.

Cada vez me acostumbro mejor a mi vida aquí, entre los humanos.

Pero no pierdo la esperanza de poder volver junto a mi manada con mi merak, y poder poner todo en orden.

Tomo mis pertenencias al terminar mi turno y me dispongo a salir de camino a mi humilde hogar.

Sonrío mientras camino saliendo de los contornos del hotel.

El sueldo es bueno, así que con mi primer sueldo y las generosas propinas de mis queridos y no tan queridos clientes pude arreglármelas para comprar algunas de las cosas que me hacían falta.

Pero mis planes han cambiado, antes tenía pensado hospedarme en este lugar por tiempo indefinido, pero ahora que encontré a Matt, eso ya no será necesario.

Solo necesitaré lo esencial, para quedarme hasta que pueda convencer a Matt.

-¡Nerea! - giro al escuchar a alguien llamando mi nombre.

Es Caleb, un compañero del trabajo.

¿Qué querrá?

Dejo salir un suspiro de cansancio.

Ya fué suficiente de miradas descaradas y coqueteos ridículos. Ahora solo quiero llegar y descansar como es debido.

Eso y que debo dejar salir a Aura pronto.

*No lo esperes, haz como si no lo escuchaste - sugiere mi otra mitad.

*Eso sería imposible, voltee a verlo. Es obvio que noté su presencia.

*Pero...

- ¿Vas a casa?, podría acompañarte.

Cierro el link.

- No hace falta - respondo con simpleza.

En mi estadía aquí aprendí algo, no puedo darles brechas.

Es mejor ser fría y cortante, o de lo contrario se aprovecharán de mi falta de firmeza.

Nos quedamos en silencio unos segundos, escuchando solo el sonido de nuestras pisadas en la oscura y desolada calle a unos metros del hotel.

Mi casa queda cerca, pero el hotel tiene una peculiaridad.

Y es que está a una distancia considerable de todos.

Aunque vivo lo suficientemente cerca como para llegar caminando en unos cinco o seis minutos, está lo suficientemente lejos de otras casas o locales como para que no veas nada más que calle y arbustos en unos tres tres minutos del camino.

-¿Por qué no?

No entiendo porque esta calle debe ser tan oscura aparte de solitaria.

Para mí no supone ningún riesgo, pero para los demás seres no sobrenaturales es diferente.

Contra viento y marea. {segundo libro de una sirena para el alpha}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora