34. La reina de las profundidades

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La manada ha estado alborotada desde la mañana, cuando nos enteramos de que la Reyna de las profundidades llegará hoy a nuestro hogar.

Para nadie es un secreto la hostilidad que hay entre ambos. Papá, Jaylen, Jayden y Matt están de un lado a otro poniendo todo en orden, reforzando las defensas, dando avisos de alerta y creando estrategias efectivas y discretas. No podemos confiarnos de ellos en ningún momento, la Reyna no estará contenta con que haya encontrado a mi merak, más bien lo verá como un obstáculo. No podemos permitirnos ningún descuido.

Betty, Oliv y yo nos dirigimos al campo de entrenamiento luego de mostrarle a Betty el refugio subterráneo y los procedimientos necesarios para acceder a él si se llegara a requerir.

- ¿Crees que estallará una guerra? - a la pobre Betty se le ha hecho imposible ocultar su nerviosismo desde que se enteró de la delicada situación.

- Umm es un cincuenta, cincuenta - le  contesta la rubia. Pero Betty no parece contenta con este porcentaje, su estado más bien parece empeorar.

- No es que vaya a haber un guerra,
solo debemos estar preparados porque no podemos simplemente quedarnos
de brazos cruzados cuando tenemos a nuestro mayor enemigo justo al frente. Velo como un acto de precaución.

Pero mi intento por aliviarla tampoco parecen tener efecto alguno.

- En una guerra no hay protagonistas, cualquiera podría salir mal herido. Y me aterra el solo pensarlo.

Yo también estoy angustiada con este asunto, pero sobre todo molesta. Vienen a interrumpir y alterar nuestro mejor momento.

Desde que volví a la manada con un humano como merak las cosas habían estado tensas, pero hace unas dos semanas que todo había empezado a mejorar. Tanto Papá como Jaylen tuvieron una charla con Matthew. Por fin Matt se ha empezado a adaptar a su nueva vida llevando una buena relación con mi familia y la manada. Mi relación con los demás que había estado algo estancada también ha vuelto a la normalidad.

Pero todo eso empieza a verse amenazado con la visita de esta mujer egoísta.

No permitiré que nos quite nada de lo que hemos construido con esfuerzo, no tocará a mi familia ni a la manada.

Llegamos al llano pero no puedo ver a Matt por ningún lado, ni a mis hermanos. Sus aromas también indican su ausencia.

Después de mirar una y otra vez, cerciorarme y obtener la misma respuesta por parte de las chicas busco a alguien más que pueda ser capaz de darme la información que necesito.

¡Ahí está!

- ¡Brandon! - el lider de los guerreros se dirige hacia mí en cuanto escucha mi llamado - ¿Dónde se encuentran Matthew, y mis hermanos?

Él se lo piensa por unos segundos antes de responder.

- Matthew y Jayden deben de haber ido a la manada Dientes de Sable para tratar el tema con el alpha Marcus.

Sí, tiene todo el sentido del mundo.

Matt no se ha detenido un instante en todo el día, habría estado más que disponible a realizar cualquier tarea.

- Muy bien, si llegaras a verlo antes que yo, avísale de que lo he estado buscando.

Suspiro algo frustrada. Amo a Matt, amo a su lobo Nadir, amo el cambio tanto físico como emocional que ha obtenido después de su transformación, amo la forma en la que me reclama noche tras noche, pero extraño que pasemos más tiempo juntos durante el día. Se pasa todos los días de aquí para allá sin detenimiento alguno.

Me siento desamparada.

La mañana desapareció abriéndole paso a la tarde, y con ella a la llegada de una visita totalmente indeseada.

Jaylen como alpha se comunica con toda la manada para avisarles sobre la llegada de la reina y unos diez acompañantes. La familia se dirige al frente de la casa donde se encuentran los "visitantes". Grande es mi sorpresa cuando veo que Matt y Jayden ya habían llegado.

¿De verdad estoy desamparada?

Tan pronto como se percata de mi presencia viene hacia mí, deja un beso en mi cabello y aferra su mano a mi cintura casi adhiriendose a mí.

Sonrió satisfecha. Obteniendo la respuesta a mi pregunta.

Una vez todos reunidos Jaylen se dirige hacia los "visitantes".

- ¿Qué la trae por aquí majestad? - es un alpha, pero también un tritón con una reina. Ella desvía la mirada hacia mi e inmediatamente siento como Matt se abraza a mi desde mi espalda colocando la cabeza en mi hombro y dedicándole una mirada hostil a la insinuante mujer frente a nosotros.

Yo poso la mano sobre sus brazos que se entrelazan en mi vientre y costado. Apoyando el pequeño acto de rebeldía.

La reina sonríe alejando su mirada de nosotros.

- Había escuchado rumores
interesantes - responde luego de nuestro intercambio de miradas - nuestra estadía será rápida. Hay asuntos que no se pueden postergar, ya que mientras más largas les das, más extresantes se vuelven.

Un silencio barre con todo y todos, ni siquiera el viento parece circular a nuestro alrededor.

¿Cuál es la necesidad de decir palabras que pueden ser malinterpretadas?

Más si consideramos nuestra situación.

Aunque no se haya dicho a grandes voces, somos más enemigos que amigos. Decir cosas como esas está fuera de lugar.

- Vamos adentro majestad - Jaylen los dirije en silencio hacia dentro de la casa, donde nos espera una comida que de ser simples humanos nos habría dado indigestión luego de ser compartida con tan desagradable compañia.

El ambiente es asfixiante, pero todos nos concentramos en ignorarlo, comiendo en silencio sin apartar la mirada de nuestros platos.

Pero llegado un momento incluso el comer deja de ser una buena excusa para mantenerse al margen de lo inevitable.

- De verdad interesante - dirijo la mirada hacia la reina adivinando hacia donde se dirigen sus palabras. Pelo rojo  como la manzana más pura y ojos tan verdes como un prado en primavera. Esbelta y dominante, la reina de las sirenas - No solo te emparejaste con un humano, sino que también lo transformaste, increíble - realmente adiviné sus intenciones, pero lo que diga me tiene sin cuidado, el que realmente me preocupa es Matt, puedo sentir su incomodidad y su esgado cada vez más tenso - pero aún no desisto, quiero que seas la próxima reyna de nuestra especie, puedo decírtelo cuántas veces sean necesarias.

- No creo que sirva de nada repetirlo incansablemente - la formidable voz de Matt es la que ahora resuena en cada rincón del comedor - ella ya se había negado antes, y ahora es mía, me pertenece y no pretendo dejarla ir a ningún lado lejos de mí. - mi corazón late desbocado con cada palabra que sale de su boca - Con el debido respecto, ahorrese sus invitaciones porque no estamos interesados - dicho esto se pone de pie tomándome de la mano e instandome a seguirlo, lo que hago aún algo pasmada, Matt nunca deja de sorprenderme. Oculto la sonrisa que amenaza con delatarme ante la multitud.

- No tienes lugar a opiniones entre nuestra especie - la reyna se niega a dejar la discusión a nuestro favor.

- No soy un tritón, en cierto modo no tengo nada que ver con el reino de las sirenas... - entiendo muy bien su postura, pero siento un incómodo apretón en el pecho al escuchar estas duras palabras - pero en esta manada no son solo sirenas y tritones, son lobos y ahora yo también soy uno de ellos, parte de la manada. Y aunque no le guste estoy unido a todos ellos compartiendo más que una especie, con una ligera diferencia porque Jaylen es mi alpha, pero usted no es mi reyna majestad.

Sin darle tiempo a réplica Matt se va del lugar llevándome con él.

* Somos suyas - mucho había durado.

* Le pertenecemos - pero yo también estoy feliz y orgullosa de nuestro lobito.

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Camelia_Red

Contra viento y marea. {segundo libro de una sirena para el alpha}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora