32. Nadir

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Estoy que no quepo en mi de la emoción.

Creo que deberíamos irnos, y darle espacio a los tortolitos.

Ignoro el comentario de mamá y continúo restregandome contra el suave pelaje de Nadir, escuchar sus ronroneos me llena el corazón. Es como escuchar el mejor y más increíble de los sonidos.

Y aunque me encanta estar así con él, necesitamos hablar como personas.

Dejo a un lado mi transformación y acaricio su pelaje una vez más, esta vez con mis manos.

- Creo que deberías transformarte - paso la mano por su cabeza lobuna, tirando hacia atrás sus orejas - quiero que hablemos mientras observo tu hermoso rostro humano en acción después de tanto tiempo inactivo.

Nos hemos quedado solos, tanto mis padres como Oliv se han ido.

*Dame unos minutos.

Continúo acariciando su pelaje, no entiendo cómo puedo disfrutar tanto de hacer algo tan simple como esto. Pero prontamente el pelaje desaparece como por arte de magia.

Me es imposible detener una lágrima traicionera que se desliza por mi mejilla.

Matt extiende los brazos con una radiante sonrisa en su hermoso y expresivo rostro.

No lo pienso mucho y me abalanzo sobre él. Matt ríe y yo lloro, él acaricia mi cabeza mientras que yo lo aprieto fuerte contra mí, temiendo a que se esfumara de mi lado.

- Estoy aquí, no iré a ningúna
parte - aspiro su aroma como una adicta que había estado en abstinencia, y no es para menos, Matthew es mi narcótico, y estos últimos días en los que no abrió sus ojos, ni movió un solo músculo de su cuerpo fueron los peores de mi vida.

Su delicioso aroma a lavanda y vainilla que ahora es mucho más concentrado hace estragos tanto en mi interior como en mi exterior. No quiero soltarlo.

- ¡Tardaste demasiado en despertar! - le pego un débil puñetazo en el
pecho - empezaba a pensar lo peor.

Sus brazos me aprietan más contra su pecho.

- ¿Tan poca confianza tienes en mí? - no me hace gracia que intente bromear en un momento como este. Levanto la mirada dispuesta a dejarselo en claro, pero sus labios chocando contra los míos me distraen de cometer dicha tarea.

Sentados en el suelo, y permaneciendo entre sus brazos, el beso es agradable, tan cálido como un día de verano. Mis dedos pasean entre las hebras de su abundante cabello, y su agarre en mi cintura es firme y dominante.

El calor entre nosotros empieza a hacerse notar, y es cuando me doy cuenta de que debería detenerlo, porque de lo contrario podríamos terminar revolcandonos entre tierra, hojas y troncos.

-¡Matt! - me separo a duras penas de sus labios, pero Matt empieza a besar mi cuello - este no es el momento, ni el lugar - su lengua se desliza por mi cuello haciéndome suspirar.

- ¿Por qué no? - su pregunta me deja sin palabras, buscando algo sólido para responderle - es broma - deja un beso en la comisura de mis labios.

- Más te vale - carraspeo sintiéndome una pervertida, debo admitir que su pregunta desató un cúmulo de pensamientos desastrosos. Respira Nara, no es el momento, trato de poner mis pensamientos en orden - ¿Cómo te sientes? - me siento un poco estúpida al hacer tal pregunta, eso debió haber sido lo primero que debía de haberle preguntado.

Matt se recuesta un poco apoyandose contra sus manos e inclinando la cabeza ligeramente hacia arriba cierra los ojos. Mientras que yo sigo apoyada contra él.

- Me siento... diferente - él parece pensar  en una descripción más exacta, seguro no tuvo tiempo de asimilar su cambio debido a que salió a buscarme en cuanto se despertó, por lo que guardo silencio, dándole su tiempo - supongo que ya no soy humano pero me gusta, me gusta mucho.

Siento como si se me fuera un peso de encima, había estado ansiosa inconscientemente. No me había detenido a analizarlo pero tenía miedo de que se arrepintiera, de que deseara volver a su humanidad. Porque aunque podía ayudarlo con la transformación, sería imposible devolverle su humanidad.

- ¿Cómo te va con Nadir?, ¿Cómo fué su primer encuentro? - quería que habláramos en nuestros cuerpos humanos a pesar de que podíamos hacerlo con pelaje y cuatro patas, para que sea mucho más cómodo para ambos.

Matt deja escapar una risa corta.

- Al principio todo fué muy confuso. Mientras estuve inconsciente me trasladé a una especie de sueño, pero era demasiado vívido para ser un simple sueño. Estaba confundido y solo quería encontrarte. Pero en tu lugar me encontré con un lobo, con solo una mirada me recordó a Aura, y supe que de alguna manera estaba relacionado conmigo. Acostado sobre sus cuatro patas, con pelaje gris y ojos azules celestes. Lo ví, grande y majestuoso, pero nunca le tuve miedo apesar de su tamaño y de sus ojos fijos sobre cada uno de mis movimientos - él ríe inmerso en sus recuerdos - debiste haber visto mi cara cuando Nadir me habló, fué chocante apesar de saber que no era imposible. Luego de una larga conversación al fin pudimos establecer nuestro vínculo - pasa su mano por mi cabello - y resulta que lo que me parecieron horas, resultaron ser días.

El silencio se prolonga por unos minutos, como si ninguno de los dos quisiera perturbar la tranquilidad que se instaló a nuestro alrededor.

- Estaba muy preocupada por tí, tú dolor parecía ser diez veces peor. No podía soportarlo.

Matthew me atrae tratando de acercarme aún más, no lo entiendo ya que estoy literalmente sobre él. No hay forma de estar más cerca.

Quizás los últimos días le están pasando factura.

Y las cosas van mejor porque no nos alejamos físicamente, de lo contrario el vínculo hubiese actuado como una especie de enfermedad. No quiero ni pensar en como nos habríamos sentido.

- Esto era lo que quería, dejar de ser
un peso para tus hombros, poder cuidar de ti haciéndole frente a cualquier cosa que intente interponerse en tú camino.

- Pero nunca te consideré una carga, no me gusta que pienses de esa manera, te amé como humano, te amo como licántropo, y te seguiré amando en un futuro sin importar la forma que adoptes. Porque no amo a una especie en específico, te amo a tí Matthew Marchand, necesito que entiendas eso.

Le hablo casi con desesperación, odio que se menosprecie de esa manera. Nunca quise que despreciara su humanidad.

- Lo sé, solo quiero que te tranquilíces. Estoy aquí frente a ti luego de completar el ritual de manera segura, pero la preocupación sigue consumiendote. Eso no es lo que quiero. Ya todo pasó, estoy aquí para ti, y permaneceré junto a ti toda una vida. ¿No son esos motivos para alegrarte? - me hace mirarlo a
los ojos - No te gusta la idea de ser
mía... - y luego de unos segundos
agrega - ...nuestra - sonríe, y yo lo acompaño.

- Siempre he sido tuya, y desde siempre me ha agradado la idea.

Él sonríe más ampliamente, para luego juntar sus labios con los míos en un beso que expresa más que mil palabras.

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Camelia _Red

💝 Ciao Cuores 💝

Contra viento y marea. {segundo libro de una sirena para el alpha}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora