24. Playa.

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- No quiero escuchar nada. Ya tomé mi decisión.

Termino de subir las maletas con la ayuda de Matthew.

- Acabas de llegar no puedes irte así sin más.

- Yo conduciré cariño - Matt asiente y se sube al asiento del copiloto, mientras que yo tomo asiento frente al volante.

Ignorando las quejas de mi padre, y las caras largas de los demás.

Pongo el auto en marcha alejándome cada vez más de sus gritos.

-¿Estás segura de esto? - despego mi mirada del frente por unos segundos para fijarla sobre él.

- Claro que sí - le confirmo con toda seguridad.

- Terminarán odiandome más - mira por la ventanilla.

- Nos estamos llendo solo por unos días, pero si al volver continúan con esa mala actitud nos iremos por un largo tiempo, y a un lugar del que no conozcan nuestro paradero.

Lo decidí, me iré con Matthew a la casa de la playa. Nos quedaremos ahí un tiempo.

- Espero que te gusten las sirenas - comento con una sonrisa soñadora.

Ya quiero mostrarle mi otra transformación.

- Todo lo que tenga que ver contigo me gusta, eso no será la excepción.

Sonrío ampliamente, sintiéndome agusto con sus palabras.

- Hace un tiempo que no lo hago, ya quiero sumerjirme en el agua salada.

No tengo nada que temer, tengo a mi merak. La reina no podrá hacer nada.

Si quiere una especie superior para suceder su trono, debería empezar a crearla por si misma.

-¡Llegamos! - aparco y bajamos sonrientes.

-¡Es increíble! - mira todo su alrededor con cara emocionada.

- ¿Verdad que sí? - busco las maletas - siempre me ha gustado mucho.

Matt me las quita y empieza a caminar hacia la casa.

Entramos, todo está en silencio, no hay un alma por todo este terreno.

-¿Qué hacemos primero? - pregunto viendo alrededor - ¿Quieres descansar?

-No quiero - me toma en sus brazos estilo princesa.

-¡Ahhh! - grito entre risas - ¡¿Qué haces?!

- ¡Quiero verte nadar!

Se dirige al mar conmigo entre brazos, el sol está brillando en su máximo esplendor a esta hora de la mañana. Dentro de poco estará insoportable.

Matt me baja una vez estamos en la orilla, a centímetros del agua.

Empieza a quitarse la ropa, quedando solo en bóxers. Y se mete al agua.

-¡Está increíble! - grita alejándose cada vez más.

Empiezo a quitarme la ropa para no quedarme atrás. Y me adentro al mar.

Maravilloso, hacía tiempo que no sentía esta sensación. Es como cuando pasas sed por mucho tiempo y finalmente vuelves a beber.

Mi transformación sucede de inmediato, a diferencia de la primera transformación licántropa, esta nunca ha dolido.

Mis orejas deben estar puntiagudas, y mi cola azúl como el mismo oceano sale a relucir.

Alcanzo a Matt en segundos. Su mirada asombrada me hace sonrojar.

- Hermosa - no aparta sus ojos de los míos - ¿Me muestras mejor? - asiento, me siento incapaz de decir media palabra. Saco mi cola dejándola más a la vista, los rallos del sol la hacen ver brillante y reluciente - ¿Puedo
tocarla? - vuelve a preguntar, y yo vuelvo a asentir.

Su mano se posa sobre ella, y empieza a deslizarla lenta mente. Erizando mi cuerpo.

- Wao, estoy tocando a una sirena - río por su cara embobada.

Hago un movimiento dejando caer mi cola con fuerza contra el agua. Provocando que un montón de agua caiga sobre él.

- Que tonto - río alejándome de él.

Él se pasa las manos por la cara con premura quitando el exceso de agua.

Río por lo chistoso que se ve.

- Que mala eres, tienes la ventaja - se acerca con pesadez debido a que el agua relentisa sus movimientos.

-¿Y por eso soy mala? - me quedo en mi sitio esperando por él - Creí que habías dicho que era hermosa - él llega a mi posando su mano en mi espalda, justo en el nacimiento de mi cola.

- Sí, eres mala - me acerca más a
él - pero eres aún más hermosa - sus labios húmedecidos por el agua salada se ven aún más deseables de lo normal, su cabello castaño pegado a su frente  completamente vencido por la húmeda resalta el lindo color de sus ojos, que en estos momentos se muestran tan
vivaces - ¿O quizás esa pizca de maldad es la que te hace ver aún más radiante?.

- No lo sé, dímelo tú - sus ojos dejan de mirar los míos para mirar mis labios. Los que relamo de forma automática, como si me estuviera anteponiendo a lo que va a pasar. Él lo nota y sonríe, para luego pegar sus labios a los míos dando cortos besos y unos segundos después empieza a subir la intensidad, haciéndolo cada vez más fuerte y demandante.

Yo dejo a un lado mi transformación y obtengo mis piernas nuevamente, para luego enredarme a Matt sintiéndolo más cerca de mí. Y su dureza.

-¿Por qué estás así? - él agarra mis nalgas entre sus manos y me aprieta más contra su dureza - mmm - gimo en respuesta de lo que me provoca el roce de nuestras intimidades.

- Soy de carne y huesos - hace un poco más de presión mientras se frota contra mi inmidad, como si quisiera dar fiabilidad a sus palabras.

- Ah - meto mi cabeza en su cuello, y empiezo a besar dicha zona - soy consciente de ello.

-¿Sí? - empieza a caminar conmigo aún pegada a su cuerpo - entonces deberíamos entrar a conocer mejor la nueva casa. ¿Qué dices?.

No sé para qué pregunta, si es claro que está en un punto en el que le sería casi imposible dar marcha atrás. Además no ha dejado de caminar hacia la casa en ningún momento.

* No lo hagas esperar, esa pregunta tiene un respuesta obvia. Ya quiero sentirlo nuevamente. Anoche no fué suficiente.

* Pero si lo tuviste toda la noche maldita golosa - ¿En insaciable o qué le pasa?

* Es que él es como una droga, mientras más lo tienes más lo quieres y más dependiente te vuelves. Si no puedes hacerlo cedeme el control, yo me encargo de todo.

* Claro que puedo hacerlo.

* Pues no pierdas el tiempo, él aún espera una estúpida respuesta. Si por mi fuera...

Cierro el link.

Y con eso sus palabras.

- Estamos completamente de acuerdo.

Vuelvo a besar sus adictivos labios.

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Camelia _Red

💝 Ciao Cuores 💝

Contra viento y marea. {segundo libro de una sirena para el alpha}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora