18. Dark Pack

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Tres vampiros aparecen de forma repentina en mi campo de visión.

- ¿Esta es la loba? - pregunta uno de ellos - ¿De verdad Harry se dejó matar de esa lobita?.

¿Harry?

¿Por qué hablan sobre él?

- Así parece. Aunque no es tan pequeña, su tamaño es similar al de un alpha.

- Sigue siendo una lobita maloliente - ríe para luego abalanzarse sobre mí - no es nada personal bonita, pero fuiste impertinente al atacar al bastardo hijo  del líder.

¿Líder, cuál líder?

¿Harry era su hijo?

Los vampiros se abalanzan sobre mí e inmediatamente empiezo a lanzar zarpazos y mordidas hacia ellos bloqueando y repartiendo ataques.

Esto no pinta nada bien, tres vampiros son mucho para mi sola. Son demasiado rápidos, y si a eso le sumamos que debo estar al pendiente de Matt y Betty pues empeoran las cosas.

Logro morder la muñeca de uno y rápidamente lo contrayo contra el suelo, para morder su cuello sin perder tiempo.

Uno menos quedan dos.

Pero uno de los restantes logra clavar sus garras en mi costado izquierdo haciendo que aúlle de dolor.

La sangre empieza a salir y se me dificulta el moverme, eso es muy malo ya que mis oponentes son rápidos.

- Buen golpe víctor - vienen nuevamente hacia mi logrando golpearme en repetidas ocasiones.

- ¡Nara! - Matt viene corriendo hacia mi, puedo sentir la angustia en su voz.

Pero no puedo permitir que llegue hasta aquí.

*Tenemos que hacerlo Nara.

Me transformo nuevamente a mi forma humana para jugar mi última carta.

No puedo permitir que nada les pase.

-¡Detente Matt! - él sigue
avanzando - ¡alto ahí! - logro que se detenga - ¡tapa tus oídos rápido! - los vampiros ríen sonoramente - ¡hazlo lo mejor que puedas confía en mi! - sangre sale por mi boca debido a los golpes y el esfuerzo de mis cuerdas vocales.

*Pero no es necesario que lo haga...

Lo sé, pero no quiero arriesgarme.

- ¿Qué pasa?, ¿intentas evitar que escuche tus gritos de agonía? - se burla uno de los vampiros provocando que el otro se ría estruendosamente.

Y para su sorpresa yo también me uno a sus risas.

- No, intento evitar que termine igual que ustedes - dicho esto empiezo a cantar usando mi voz de sirena, usarla está casi estrictamente prohibido. Pero es lo último que puedo hacer.

Al principio ellos se ven confundidos pero  a medida que pasan los segundos empiezan a verse afectados por mi canto, hasta que finalmente los hago matarse el uno al otro acabando con la amenaza.

- Maldita sea...- caigo sintiéndome extremadamente debilitada.

Matt y Betty se acercan a mi de manera apresurada. Matt reposa mi cabeza entre sus piernas y Betty toma mi mano.

- Estás muy herida - solloza mi querida amiga envuelta en un mar de lágrimas.

-No se preocupen, esto se curará
pronto - la verdad es que las heridas fueron algo grave, pero podré mejorar.

Lo malo es que me tomará algo de tiempo, y ahora estamos vulnerables ante cualquier otra posible amenaza.

¿Qué puedo hacer?

Contra viento y marea. {segundo libro de una sirena para el alpha}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora