𝐌𝐈𝐃𝐍𝐈𝐆𝐇𝐓 𝐑𝐀𝐈𝐍 - Uzumaki Naruto.

veititres

"Hazlo mejor".

Apenas despertó, la primer noticia fue que estaba en Konoha, Naruto le había ganado a Gaara y lamentablemente el hokage había fallecido.

Estuvieron toda la mañana en el funeral.

Tsuki recordaba con claridad que él fue quien no dudo ni un momento en apoyarlos luego de la masacre Uchiha, iba durante largos ratos a visitarlos, de hecho las primeras noches las pasaban en la oficina hokage.

—¿Me estas escuchando?

—Ah, lo lamento, Sasuke-chan ¿qué decias?

—Te pregunte si te molestaria si le agrego tomate al desayuno. —Susurró sin mirarla pues estaba picando distintas frutas.

—No, por supuesto que no. Solo estaba pensando en algo. —Confesó mientras continuaba lavando algunos trastes.

—¿Tu piensas? —Cuestionó con sarcasmo.

—Es solo que, he tenido un mal presentimiento desde el funeral ¿sabes? Y no he dejado de pensar en él. — Una rodaja de chile rodó por la mesa.

—No lo nombres.

—Lo siento. —Mordió la parte interna de su mejilla para intentar guardar sus palabras. —A veces me pregunto si realmente lo hizo por poder. Me refiero a que, estoy segura de que lo vi llorar esa noche, como si no quisiera hacerlo. —Sasuke partió los alimentos con más fuerza. —¿Y si realmente no quería? nii-chan, nunca te preguntaste ¿Por qué nos dejó vivos a nosotros?

—Tsukikari... —Advirtió la conversación estaba tomando un camino muy peligroso.

—Lo se, se que no te gusta ¿A quién más quieres que le diga, Sasuke? —Siseo apretando con fuerza el plato entre sus dedos. —Si su objetivo era que tu vivieras para matarlo, si te escogió a ti, ¿Qué hago yo aquí? ¿Por qué no me mato? Ni siquiera se detuvo con Izumi, ¿Por qué lo haría conmigo? —Escupió. —Yo nunca voy a ser capaz de si quiera responderle o algo así, no me dejo viva por eso.

—¡Callate! —Gritó finalmente cansado de tanta palabra, de tanta teoría.

—Bien. —Respondió dejando el último vaso  ahí, para que se secara por si mismo. —No tengo hambre, puedes cenar tu solo.

Con ello se retiró, fue hasta su cuarto, y como ya era costumbre. Cerro la puerta con llave para meterse en su baño principal, quitó toda su ropa comenzando con la blusa de mangas negra, su falda y zapatos del mismo color.

Y finalmente se metió en la bañera. Pero es una niña fuerte ¿no? Siempre había podido manejar todos sus asuntos sin ayuda de nadie. Todo el mundo siempre pedía más de ella, más por el hecho de ser una Uchiha.

Aun así siempre que alguien pedía más, ella lo lograba sin saber como. Recordaba las dulces palabras que su hermano mayor solia recitar.

Te quiero y siempre lo haré por toda mi vida, Tsuki.

¿No fue muy corta?

Cada palabra de Sasuke, cada vez que la insultó por querer pensar que realmente Itachi no era malo. Esas eran las consecuencias. Sus ojos sin vida observaron el agua ¿Así también se siente ser ninja?

Quería ser una maldita ninja médico, porque quería evitar que alguien pasara por eso mismo que ella sufría. Desmoronarse en su bañera ya se había vuelto una costumbre, quebrarse en pedazos y volver al día siguiente como si nada.

Suspiró con resignación, limpió su cuerpo y luego todo el desastre que hizo al dejar que la bañera se desbordara de agua.

Deseando con todas sus fuera un maldito sueño. Su mirada posaba en el balcón por el cual entraba una pequeña brisa, podía ver la lluvia que caía empapando levemente las cortinas.

Lluvia de medianoche.

—¡Tsuki-chan! —Un susurro que intento ser un grito la sobresalto y de inmediato buscó al causante de ello. —Lamento asustarte ttebayo. Es que mañana me voy a ir temprano. —Rápidamente terminó de colarse por la valla del balcón.

—¿No es muy tarde para que estés aquí, Naruto? —Ella pudo ver como sacudía la cabeza salpicando gotas de agua.

—Es que me voy mañana a primera hora, voy a ir a una misión con ero sennin. —Informó. —Jin nee-chan dijo que iba a venir a despedirse de Sasuke, aunque es un poco rara por que dijo que entraría por la puerta.

Tsuki lo miro con una cara de incredulidad cómica. Uno, estaba bastante segura de que había más posibles de que Sasuke se volviera loco e intentara matar a todo el equipo antes de que Jin se despidiera de él. Y dos, ¿Acaso la gente normal no entra por la puerta?

—¿A donde iras? —Cuestionó intentando recomponerse sobre su cama. Aun con su brazo adolorido.

—No lo se, ero sennin dijo que vamos a buscar a una persona muy importante. —Rascó su nuca. —Solo quería despedirme de ti, digo, mi plan era invitarte a comer ramen mañana pero no creo que quieras levantarte temprano.

Las pálidas mejillas de la azabache se tiñeron de un rosado lindo. —Eso es muy lindo de tu padre.

—Creo que, hay algo que debería decirte. —Murmuró dando un par de pasos hacia adelante.  —¡Pero te lo diré cuando vuelva! —Grito antes de volver salir por donde había llegado.

Uchiha soltó todo el aire que contenian sus pulmones. Dudaba en decirle a ese chico que cada vez que lo veía las mariposas en su estómago la mareaban.

Pero él era alguien tan puro para una persona tan retorcida como ella.

Él era todo lo contrario a ella.

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—Nee, Kakashi-Sensei... —Llamó la niña adentrandose en el apartamento de éste, detrás de ella se azomó su hermano.

—¿Por qué esta dormido Kakashi? ¿Y por que hay tantos jounin aquí? ¿Qué están haciendo? ¿Qué demonios está pasando aquí? —Una ronda de preguntas inundó a los mayores, cortesía de Sasuke. Luego de notar que los senseis de los novatos y Guy estaban ahí en la habitación.

—Ehh... No mucho en realidad. —El de cejas pobladas intentó restarle importancia.

—Oigan ¿Es cierto que Itachi a vuelto? —Otro jounin más también entro a medias en la habitación. El profesor de Lee gruñó. —¿Y que ademas esta buscando a Jin y Naruto? —Él eterno rival de Kakashi golpeó su propia frente con su mano. —Ay.

—Idiota. —Insultó Kurenai.

¿Naruto? ¿Jin? ¿Por qué los quería? ¿Por qué a ellos?

—Iban a salir de la aldea, Jiraiya, su maestro. Pero no me dijo a donde. —Informó la menor.

Su hermano prefirió ahorrarse las preguntas del porqué ella sabía eso si ni siquiera había visto a Naruto.

Después de ir a preguntar a Ichiraku y dejar pagado un ramen para no ser maleducados, en menos de un segundo ambos azabaches estaban corriendo a las puertas de la aldea.

Si llegaba a tocarlos... Morirían.