054; ¡No puedes dejarme!

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"¡No puedes dejarme!"

Naruto mantuvo una conversación mental con Obito, cosa que realmente lo dejó cansado por la gran cantidad de chakra que empleó intentando separar a las bestias con cola del Jinchūriki.

Así pues, fue capaz de lograrlo

—Cumpliste tu promesa, Uzumaki Naruto. ¡Y nos salvaste de verdad! —Gritó el gran mono al rubio que ayudaba a mantener de pie a su amiga.

—¡Si, Son! —El adolescente llevó a su mano a la frente como soldado.

Uno a uno los bijuus agradecieron a su modo. Naruto analizó las facciones de Tsuki una a una, notando qué su sharingan había vuelto a su forma inicial.

Para aquel momento un gemido de dolor los alertó, era Obito, sus oscuros cabellos sufrieron las consecuencias y se quedaron blancos al igual que su piel. Sobre él se hallaba Kakashi amenazándolo con un kunai.

—Chicos. ya les contaré después... Lamento aparecer de repente, pero dejen que me encargue de él como antiguo compañero suyo.

—¡Ya es suficiente, Kakashi-sensei!— Gritó Naruto sin avanzar pues sostenía a una debilitada Tsuki en sus brazos.

El cuchillo se aproximo al cuello del, ahora, Albino como un ataque del cual no sobreviviría.

—¿Papá? —Masculló Jin notando como el golpe fue detenido por el mencionado.

La alianza protesto ante ello.

—Obito. Cuando nuestros chakras estaban tirando coma nos mostraste tu corazón... Parece que tuviste una buena charla con mi hijo. Supongo que eso lo sacó de su madre.

—Papá... —Susurró Naruto.

—Pero en realidad, ese debería haber sido tu deber. Si hay alguien que de verdad comprende a Obito, que puede decirle algo... debes ser tú, Kakashi, su amigo. Y lo mismo con ustedes, Naruto, Jin.

Ambos rubios miraron a los azabache a sus lados. Entendieron a la perfección el mensaje.

—Naruto, Jin, ustedes y la alianza vayan a apoyar al primer hokage. Hay que sellar a Madara.

—¡Ah! ¡Es verdad! ¡Aun esta libre! —Jin jaló del brazo a su compañero para huir de la incómoda escena. —¡Vámonos, Sasuke!

—¡Es cierto! Tenemos que apurarnos, Tsuki-chan. —A pesar de no ser necesario, él tomó en sus brazos a la fémina para alejarse a la par de sus hermanos

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—Naruto... —Murmuró el Uchiha. —Te doy las gracias. Al quitarle a Obito los Bijuus... Eliminaron a un peón debilitado.

Los cuatro jóvenes en compañía de Sai observaron la resurrección de Madara con ayuda del Rinne Tensei no Jutsu.

—¡No seas tan presumido, fragmento del pasado! —El amaterasu de Sasuke golpeó la espalda de su antecesor. Fue casi imperceptible pues volaba sobre una gran ave, cortesía de su pálido remplazo.

—Para mi no son más que arenisca. —Sus antiguos y poderosos ojos lilas se dehicieron como polvo, se limitó a cerrarlos.

—¡No seas idiota, Sasuke! ¡Absorberá tus jutsus! —Avisó la rubia.

El armadura roja cayó a pedazos quemándose por el fuego negro.

Naruto y Tsuki observaron la escena. Con el sudor recorriendo sus cuerpos.

—"Dos fuerzas opuestas cooperan para dar forma a todo lo que existe". ¿Estos niños de aquí no te recuerdan a nosotros, Hashirama? No creo que ya hayas olvidado todo lo que ellas dieron por nosotros ¿No es así?

Luna y estrellas. Sol y lluvia.
Presentes en cada reencarnación y nunca en la posición correcta para disipar el odio de su complemento.

El rostro del primer hokage estaba incrustado en el pecho de su amigo de infancia.

—¡Mi resurrección salió tal como estaba planeada! —Anuncio sacándolo un jadeo a todos.

—¡Cuidado, Naruto! —El golpe destinado para el mencionado impacto a Tsuki quien escupio sangre.

Uzumaki ignoró la presencia de cualquier otro queriendo concentrarse en la fémina, corrió tanto como sus piernas le permitieron para atraparla.

Distracción qué Madara aprovechó para golpear tanto a Jin como a Sai. Del mismo modo robar el chakra de Hashirama y así despertar el senjutsu en su propio cuerpo.

Sasuke batalló con el por largos segundos mientras que Naruto estabilizaba a Tsuki. Realmente solo fue un golpe, pero estaba genuinamente preocupado por ella. Se limitó a cubrirla cuando Madara hizo un jutsu para poder escapar momentáneamente.

—Maldita sea...

—No importa, acabaremos con el ttebayo. —Prometió el joven.

—Naruto... Si el escapó de aquí... Es por ira por los Bijuus.

—¡¿Los Bijuus?! —Cuestionó con sorpresa. —Lo lamento, Tsuki-chan. Tengo que irme.

En un parpadeo fue tarde para pedirle que se quedara. Uchiha se maldijo mentalmente levantándose.

—¡Tsuki!

—¡Sasuke! ¿¡Dónde esta Jin..?

—Donde mismo que Naruto.

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Apenas podía mantener conciencia mientras intentaba obligar a Naruto a continuar respirando. Sus labios conectados con los de él previéndole oxígeno.

—¡No, no, no! ¡No puedes dejarme! —Lloriqueó sobre la arena.

"¡Naruto! ¡Naruto!".

Esa dulce voz se escuchaba demasiado lejana, mucho más de lo que a él le gustaría. Estaba quebrada y su débil corazón dolía mucho más. No estaba consciente, no sabía en que plano se la realidad se encontraba pero podía recordar perfectamente como ella intentó ayudarlo con su susanoo.

Lo mismo pasó con Sasuke y Jin. Sin embargo el cincuenta por ciento de Kurama logró ser sellado.

— ¡Naruto, por favor, despierta! — su voz se quebró en un sollozo.

Un terror profundo la invadía, un miedo que nunca antes había sentido, ni siquiera en las batallas luego de la masacre Uchiha.

El cansancio la golpeaba con fuerza, un agotamiento que no era solo físico, sino emocional y espiritual. Había dado todo lo que tenía para proteger a Naruto, para mantenerlo a salvo, pero ahora, sentía que su chakra se agotaba como un río seco, incapaz de seguir fluyendo.

No estaba segura de nada, su mano derecha intentaba hacer que el corazón del rubio continuara bombeando cada vez con menos fuerza. 

— No me hagas esto.—sus ojos comenzaron a lagrimear mientras que con cada segundo perdía la noción de su alrededor. — No quiero... no quiero estar sin ti...

Podía sentir cómo su vida se deslizaba fuera de ella, como una llama apagándose en medio de una tormenta.

Pensó que morir por cansancio y chakra seria una muerte estúpidamente patética y eso la hizo sonreír. De todos modos no seria capaz de vivir sin Naruto.

"Tsuki, Tsuki" apenas pudo escuchar la voz de Gaara llamándola, su conciencia se desvanecía junto con su chakra. Sentía como si el peso del mundo estuviera aplastándola, arrastrándola hacia la oscuridad, pero la única cosa que la mantenía aferrada a la vida era el hombre que yacía frente a ella, inmóvil, el hombre que había jurado proteger con su vida.

La arena a su alrededor comenzó a moverse en un vaivén inquieto, como si reflejara la desesperación que Gaara sentía al verlos.

"Pero si uno de nosotros muere
espero morir primero.
Porque no quiero vivir sin ti."


𝐌𝐈𝐃𝐍𝐈𝐆𝐇𝐓 𝐑𝐀𝐈𝐍 - Uzumaki Naruto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora