Seis años antes.
—Itachi nii-san. —Sus mejillas coloradas se azomaron por la puerta de la habitación del adolescente. —¿Quieres ver lo que puedo hacer con las shuriken?
—No puedo, estoy ocupado. ¿Por qué no le dices a Sasuke o a papá?
—No, no era nada. Lo siento nii-san.
—Tsuki, ven. —Hizo un ademán con su mano, con timidez la pequeña se acercó a él solo para recibir un golpecito con los dedos índice y medio en la frente. —Lo siento, Tsuki, otro día será ¿si? —La expresión de tristeza, preocupación, dolor e incluso más fueron cosas que ni siquiera para ella pasaron desaparecibidas.
—Tu siempre haces eso, creo que ya le pegaste la costumbre a Izumi-san.
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.—Nee, Izumi nee-san.—Llamó mientras ambas tiraban kunais a los blancos. —Itachi nii-chan nunca quiere hacerme caso, siempre me dice que me ayudará la próxima vez pero... —La pequeña quizo tragar el nudo en su garganta.
—¡No llores Tsuki-chan! —Revolvió su cabello. —Itachi-kun últimamente ha estado raro, tal vez sea porque... No lo se. No puedo entenderlo aún cuando llevamos varios años saliendo.
—¡Cuando yo sea grande quiero conocer a mi novio desde pequeños como tu con nii-san! — Sonrió limpiando levemente sus ojos.
La niña admiró con tranquilidad la cristalina agua debajo de sus pies, sentía pequeñas piedras clavarse en sus deditos y chapoteaba de un lado a otro bajo la atenta mirada de su hermano mayor.
Quería verla ser feliz una última vez antes de que la bomba estallara, la admiró con una sonrisa, una sonrisa triste. Ella lo odiaría dentro de una hora. ¿De verdad era lo correcto?
Sus ojos afilados se alejaron de ella, iría a prepararse para comenzar con todo. La tarde continuó normal para la niña, estaba en el pequeño lago que su padre había designado específicamente para que ella se divertiera.
Entonces una vez que el sol desapareció entre los árboles, Tsuki decidió que ya era hora de volver a casa, pues su mamá le indicaba regresar antes de la cena.
—¡Sasuke nii-chan! —Saludó desde la gran entrada al distrito Uchiha. —¡Tu también volviste! ¿Cómo te fue en tu entrenamiento? —De inmediato se lanzó a sus brazos y dieron un par de vueltas juntos.
La luna ya era visible en lo más alto del cielo, ambos jugaron el típico "El que llegue a casa al último es un huevo podrido" corrieron entre las calles solitarias y silenciosas del lugar.
—¿No es un poco temprano para que todos estén dormidos? —Cuestionó el pequeño.
—Hay mucho silencio. —Comentó ella.
Doblaron la avenida solo para encontrarse con signos de batalla, kunais, shurikens, sangre y... Cuerpos. La señora que solía regalarle dulces a Tsuki estaba tirada en el piso con una profunda herida en el pecho.
Los vendedores estaban todos muertos. Ella sintió ganas de vómitar. —¿Q-qué es todo esto? ¿Nii-chan?
—Tenemos que ir a casa. —Avisó con un tinte de preocupación, apresuraron el paso hasta llegar a la casa principal, solo para encontrarse con sus tíos sin vida.
Sasuke sollozo levemente mientras un sudor frío recorría su frente.
No perdieron más tiempo, abrieron las puertas de la casa, ambos retiraron sus sandalias cuidadosamente.
—¿Mami? ¿Papi? —Musito la azabache.
Se dividieron en dos para buscar a sus padres, Sasuke se encargó de revisar las habitaciones. Mientras tanto, Tsuki se dirigió la sala de reuniones.
Sus dedos se posaron sobre los pomos de las grandes puertas y se debatió en pasar o esperar a su hermano, optó por la primera opción.
Quiso despertar si es que era un mal sueño, sus progenitores se encontraban rodeados de un charco de sangre. Las oscuridad apenas la dejaba ver, retrocedió un poco al divisar una figura.
Unos iris rojos brillaron por la luz de la luna que se colaba por una ventana.
—¡Itachi nii-san! —Llamó desesperadamente. —Mamá y papá están... ¿Por qué...? —Corrió hasta el para refugiarse en sus brazos. Si embargo recibió un empujón, cayó sobre el líquido carmesí. —¿Qué te pasa? —Sus palabras apenas salieron audibles.
—Pequeña y tonta Tsukikari... —Ella intentó levantarse apoyando sus manos en el frío suelo, solo para mancharse de rojo.
El corazón de Itachi dolió, incluso más después de asesinar a sus progenitores, la expresión de miedo puro en el rostro de su hermana. Descartó por completo la idea de usar el tsukuyomi en ella, moriría, estaba seguro.
Nunca lo iba a odiar, incluso si mataba a Sasuke o la hacía inducia en un genjutsu, Tsuki jamás podría odiarlo.
—¿Por qué...? Nii-san ¿qué hiciste? —Negó con la cabeza repetidas veces, un sueño, tenía que ser un maldito sueño.
—Eres una basura, Tsukikari. Nunca le llegaste a los talones a Sasuke, y nunca ni siquiera podrás rozarme un poco. Ni siquiera con el mejor sharingan serias capaz de hacerlo. —Mintió.
No lo contuvo más, las náuseas se apoderó de ella y simplemente dejó salir todo lo que había comido durante la mañana. —No... No... Estas mintiendo... Tu nunca... Tu no...
—¿Te cuesta tanto aceptarlo? Mírate ni siquiera eres capaz de hablar. —Escupió con frialdad.
—¿Por qué lo hiciste...? —Pronunció sosteniendo su boca.
—Para medir los límites de mi habilidad. —Contestó con simpleza.
—No, tu nunca harías eso... —Intentó vocalizar.
—Oh... Pero lo hice, acabe con todos, uno por uno y disfrute oír sus gritos de dolor. —Confesó. —Eres demaciado estúpida para entenderlo, Tsuki. —La visión de la pequeña se volvió borrosa.
Pestañeó queriendo despertar, en ese entonces sus ojos se tornaron rojos. —Itachi nii-san... —Murmuró una última vez antes de dejar caer su cuerpo sobre el de su padre.
Con su última gota de conciencia admiró como una lagrima se deslizaba por la mejilla de su hermano.
—¡Tsuki, mamá, papá! —Fue lo último que pudo escuchar.
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𝐌𝐈𝐃𝐍𝐈𝐆𝐇𝐓 𝐑𝐀𝐈𝐍 - Uzumaki Naruto.
FanfictionUZUMAKI NARUTO | El es un rayo de sol y yo soy una lluvia de medianoche.