𝐌𝐈𝐃𝐍𝐈𝐆𝐇𝐓 𝐑𝐀𝐈𝐍 - Uzumaki Naruto.

059; ¿Quien te crees que soy?

A diferencia de la anterior dimensión, el frío no estaba presente. Sin embargo, la sensación de arena recorriendo sus cuerpos era inevitable.

Llevaban varios minutos caminando sin tener alguna posibilidad de escapar, porque su único escape, según Tsuki, era el Rinnegan.

El cansancio era inevitable. Después de un día entero peleando sin parar, y aun a pesar de que el Sabio de los Seis Caminos había regenerado gran parte de su poder, ambos podrían sucumbir ante el agotamiento en cualquier momento.

Finalmente, decidieron parar para descansar por un momento. La menor colocó sus manos sobre los hombros de su hermano para ayudarlo a recuperar fuerzas.

Hubo un silencio. Sasuke contó hasta tres, el tiempo máximo que duraban sin hablar.

Uno, dos, tres.

— ¿Y si esa fue la última vez que vi a Naruto? Ni siquiera tuve tiempo de disculparme con él —se quejó con tristeza.

El azabache arrugó las cejas, aún sin abrir los ojos—. ¿El mundo está a punto de acabarse porque nosotros no estamos ahí y lo único que piensas es si Naruto te disculpó o no?

Tal vez sería cómico pensarlo de esa forma. En cualquier momento alguno de los gemelos podría ser mandado a otra dimensión y, en ese caso, no habría nada que hacer. La Tierra estaría perdida y todas las personas muy probablemente morirían.

Entonces... ¿Por qué durante su infancia muchas personas llamaron a Sasuke "insensible", pero ahora era él quien estaba concentrándose en salvar a todos?

Puedes llamar a Tsuki egoísta, sí. Pero... ¿Puedes culparla? No realmente.

La aldea, las grandes naciones, la gente en general, se habían encargado de hacerle su vida imposible junto a Sasuke durante su vida, a ellos dos y a cualquier Uchiha también.

¿Qué les debía? Nada. Jamás se habían preocupado por ella, nunca. Durante toda su niñez estuvo sola y solo un par de personas estuvieron para ella.

Kakashi, Itachi, Jin, Naruto y Sasuke.

Todos los demás, si estuvieron para ella, fue por su propio beneficio, no porque tuvieran ganas de hacerlo voluntariamente.

— Sí —respondió luego de pensarlo detenidamente—. Kakashi-sensei y Jin-san me preocupan, no digo que no. Pero verdaderamente le debo una disculpa a Naruto.

— Por hacerlo intentar salvarme de esto por tanto tiempo.

Nunca lo había dicho en voz alta. Tal vez por eso sus manos temblaron levemente, tal vez por eso las palabras resonaron una y otra vez para sus adentros, tal vez por eso guardó silencio por más de un minuto.

— Maduraste, nee-chan.

La paz se vio perturbada por un desgarrador grito repentino—. ¡Es ahí! ¡Sasuke! ¡Por favor! ¡Rápido!

Ambos hermanos giraron la cabeza, compartieron una fugaz mirada para luego levantarse y correr hasta aquella voz.

Tsuki divisó a Obito y Jin, ambos al borde del desmayo a través de un portal con forma de espiral. Mierda... No lograrían llegar antes de que pudiera cerrarse.

— ¡Sasuke, tú corre!

— ¡No vas a quedarte aquí!

— ¡No lo haré, solo adelántate!

Bien, cerebro, ¿cuántas posibilidades tenemos de concretarlo? Un 10%, diría yo. Entonces vamos.

Su hermano desapareció ante sus ojos de un segundo a otro.