066; problemas.

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"Problemas".

Habiendo arruinado la primera misión por su nueva y rara condición, tuvieron que dejar las misiones faltantes para luego.

Tsuki envió una carta a Kakashi por medio de un cuervo, fue el hokage quien les ordenó volver a la aldea y dejar el resto en las manos de sus hermanos mayores. Había olvidado lo peligroso que era que sus dos alumnos más caóticos estuvieran juntos.

Durante el primer día, apenas podían alejarse el uno del otro por el dolor que les generaba eso, no era nada nuevo porque fue así durante tres largos años, el problema era que ahora la agonía era física y no mental.

Ellos mismos dejaron de lado completamente la tensión concentrándose en bromear sobre los regaños que recibirían por parte del Hatake apenas pusieran un pie en su oficina.

Ninguno podía negar que ahora la presencia del otro era mil veces más intensa pero calmante. Fue como si sus chakras vibraran en uno solo, siguiendo la misma sintonía.

—No te alejes demasiado —le recordó Tsuki, aunque sabía que era casi imposible que se separaran realmente. Había una extraña comodidad en su voz, nunca pareció estar en desacuerdo con su nueva condición.

Naruto asintió, observando el sendero que se extendía ante ellos. —No me imagino yéndome lejos —respondió con una sonrisa zorruna que podría haber derretido a la azabache—. Pero, ¿no te molesta que estemos tan... juntos todo el tiempo?

—¿Por qué me molestaría? —ella dijo con una muy pequeña sonrisa. —Siempre me ha gustado estar cerca de ti.

El corazón del Uzumaki latió con rapidez, sus mejillas se colorearon de un adorable rojo.

—Eso que dijiste, ¿No es un efecto de ese jutsu? —la inseguridad lo picó.

Aún muy dentro de si subsistían los rechazos que sufrió una y otra vez en su infancia.

El suave toque en su mejilla le devolvió la sonrisa.

–Quizás lo seria si nos hubieran atacado cuando nos conocimos, pero... Desde que tengo memoria me gusta estar contigo. — confesó manteniendo su toque.

Aún tenía que pararse de puntitas para alcanzar a tocarlo.

Él tuvo que contener el impulso de besar sus labios. No fue lo que le hubiera gustado pero un suave beso en su mejilla le hizo marearse.

—Tsuki-chan...

—Debemos apurarnos antes de que Kakashi-sensei se enoje más. — ella le avisó manteniendo el contacto visual.

—¿Crees que este enojado?

—Tal vez...

Un escalofrió recorrió sus cuerpos. —¡No es justo! ¡Ya no va a querer comprarme mi ramen!

La suave risa de la Uchiha fue como música para sus oídos.

—Naruto, ¿Te molestaría si te invito a comer algo además de ramen? —jugueteó con su cabello antes de comenzar a caminar en dirección a Konoha. —Algo hecho por mí, no he cocinado desde hace un año, pero creo que podría gustarte alguno de mis...

Un shock golpeó al rubio, reprimió las ganas de llorar que se acumularon en si mismo.

Por Dios, soñó tantas veces con comer comida casera. Jamás en su vida pudo deleitarse con la comida de alguien más, todo el tiempo compraba en puestos y las pocas veces que Jiraiya o Jin cocinaban era como comer carbón.

—¿De verdad harías eso por mí ttebayo? —preguntó, con la voz ligeramente temblorosa, casi sintiendo que volaría en cualquier momento.

Tsuki, que seguía caminando a su lado, asintió con una sonrisa cálida. —Por supuesto. Quiero hacer algo especial para ti.

El rubio tuvo que tragar saliva para no dejar que las lágrimas cayeran. No recordaba la última vez que alguien había hecho algo tan personal por él, y la idea de que ella quisiera cocinar para él lo hizo sentir más apreciado y querido de lo que jamás se había sentido antes.

No lo malentiendan, Jiraiya, Kakashi, Jin e inclusive Sasuke, todos ellos en su momento por más mínimo o máximo que fuera lo hacían sentirse querido, pero nunca a ese nivel.

—¡Entonces no puedo esperar a probarlo! —exclamó, recuperando su habitual entusiasmo mientras se apresuraba a caminar junto a ella—. ¡Seguro que será delicioso, Tsuki-chan!

—Podríamos dudar de eso ultimo. —bromeó. —Mi comida siempre queda muy salada o muy dulce, nunca hay un punto medio.

Sus ojos volvieron a encontrarse llenos de felicidad individual. A pesar de ello, Naruto estuvo seguro de que algo faltaba, algo más.

—¡Me va a encantar ttebayo!

—Tienes mucha confianza en mí.

Iba a responder, sin embargo, la repentina presencia de un ANBU los interrumpió.

—Parece que nos van a regañar más pronto de lo que creí. —él susurró con una sonrisa nerviosa.

—Si te compra ramen después de esto, será un milagro —respondió ella.

—Solo vengo para afirmar su posición actual, sin embargo, el Hokage solicita sus presencias en menos de dos días.

—Entendido. —ella asintió. —Gracias por el aviso.

El hombre finalmente se retiró dejando a los jóvenes completamente solos.

—¿Eso nos da una pista sobre si está enojado?

—Creo que fue una advertencia.

—¿Por qué siento que voy a tener tarea triple?

—¿Tienes tarea?

Naruto movió la cabeza. —Estoy preparándome para ser Hokage, Tsuki-chan.

—Oh... No lo sabía, pero siento mucho que vayas a tener que escribir en el cuaderno "No debo de dejarme golpear por Jutsus extraños" al menos mil veces.

El ánimo del rubio se desvaneció en una tristeza cómica.

De verdad estaban en problemas.

𝐌𝐈𝐃𝐍𝐈𝐆𝐇𝐓 𝐑𝐀𝐈𝐍 - Uzumaki Naruto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora