062; Lo siento por esa noche.

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"Lo siento por esa noche".

En un mundo sin presencia humana, el ruido de una aguja golpeando el piso sonaría como un huracán.

Tras escuchar las instrucciones de Hagoromo para terminar con el Tsukuyomi infinito, los jóvenes decidieron postergarlo por el cansancio y la falta de chakra.

Así pues, el silencio reinaba en el lugar. Ni siquiera el Hatake sabía que hacer o decir, después de todo, cada uno estaba inmerso en sus propios pensamientos.

La tensión era inminente y las tijeras eran una sola pregunta "¿Qué va a pasar?", todos se cuestionaban eso.

El tiempo estaría detenido mientras todos continuarán durmiendo, pero... ¿Y cuando todo terminara?

La mente de Naruto era un caos, no tenía una idea fija, únicamente un torbellino de palabras sin sentido.

Su deber sería cuidar de la chica que estaba sentada a su lado aunque tuviera que dar su vida para lograrlo, sin embargo en cuanto las manecillas volvieran a funcionar, todo estaría acabado.

Su cuerpo temblaba de miedo y no porque le asustara pelear contra millones de personas solo para mantenerla a salvo, sino porque le asustaba lo que podría pasarle en un descuido.

Por primera vez, luego de cuatro largos años podría abrazarla, pero estaba tan asustado del futuro que ni siquiera podía moverse.

Consideró la posibilidad de arreglar todo, romper el genjutsu y escapar al lugar más remoto del planeta con ella.

— ¡Suficiente! — Kakashi se levantó de un segundo a otro,  abrumado por la tensión entre sus alumnos. — Iré a buscar comida y un lugar para dormir, no hagan nada tonto.

Era una excusa, el no volvería hasta el día siguiente cuando cada pareja pudiera aclarar todo entre si. Si bien, quería escuchar a los Uchiha, aun podría esperar un poco.

Tsuki parpadeó varias veces, se preparó mentalmente para hablar aunque no pudo.

Jin la interrumpió. — Bien, esto es incomodo. Sasuke, vámonos.

El azabache miró a su compañera sin entender muy bien. — ¿Eh?

— Muévete, Sasuke, no tenemos todo el día. — y con ello, jaló la mano del mayor, arrastrandolo hasta dios sabrá donde.

Naruto ni siquiera les prestó atención, por que su atención ya había sido robada hacia muchos años por cierta niña de hebras oscuras.

— Tsuki-chan yo...

No le dejó hablar, solo colocó su dedo índice sobre sus labios. — Vamos allá. — apuntó a un punto fijo, a un acantilado cercano desde el cual se podría ver el inmenso océano azulado.

Él asintió múltiples veces, no se opuso a la orden, únicamente se dejó llevar por la mano que enrredaba su muñeca con delicadeza. Disfrutó el toque, algo que no hubiera podido decir hace dos meses, le disgustaba el contacto físico con otras personas.

Tras segundos de silencio mientras caminaban, al llegar ambos se sentaron en la orilla, el sol se ocultaba entre las nubes que habían aparecido por la madrugada.

Ambos tenían las palabras en la punta de la lengua pero ninguno quería hablar. Gotas, lluvia...

— ¡Te extrañe! / ¡Te quiero! — ambos hablaron al mismo tiempo.

Parecieron dos niños enamorados pues ambos tomaron la mano del otro, se dieron cuenta, las alejaron y luego miraron a otro lado con las mejillas rosadas.

Ni siquiera Nee-chan actúa tan igual como yo.

Sus manos temblaban, nunca en su vida estuvo tan nervioso. Él mismo la había besado y ahora no podía hablarle sin ponerse tan rojo como un tomate.

𝐌𝐈𝐃𝐍𝐈𝐆𝐇𝐓 𝐑𝐀𝐈𝐍 - Uzumaki Naruto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora