veintiocho

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"Exilio".

El único ruido que podía escucharse a esa hora era el canto de algún que otro grillo, quizás el viento y las temerosas pisadas la la niña.

Sasuke se adelantó, se veía tan seguro y ella ni siquiera podía mirar a otro lado además del suelo. No tenía el valor para despedirse de su aldea.

-¿No es muy tarde para que estés tu sola en la calle, Tsuki-chan? -Esa voz... Uchiha se quedó inmóvil, sus manos no querían moverse y no tuvo la valentía para mirarlo a los ojos.

-N-Naruto... -Murmuró. -Voy camino a casa.

-Es bastante tarde ¿no? ¿Por qué llevas una mochila? -Un sudor frío recorrió su frente.

-S-Salí a buscar unas cosas para el desayuno de mañana. -Titubeo. -Hasta luego, Naruto. -Intentó alejarse de el, no quería seguir mintiendo, mucho menos a ese chico que la había ayudado una y mil veces.

Los dedos del Uzumaki tomando su muñeca le impidieron irse. -¿Por qué lloras? ¿Estas enojada? ¿Te pasó algo? -Tragó saliva.

-Tengo que irme, Sasuke se enojara si tardo mucho. -Sonrió sin siquiera girarse.

El niño la obligó a hacerlo, sus oscuros ojos chocaron con los azules de él. -Tsuki-chan...

-Naruto... -Sus brazos lo envolvieron el pareció quedarse perplejo. Si, se había abrazado, pero nunca se había sentido tan débil ante su toque. -Escúchame...

Sus manos se dezlizaron hacia la cintura de la niña mientras sonreía. -Siempre te escucharé, ttebayo.

-No tengo mucho tiempo pero... -El cálido aliento de la Uchiha le generó un cosquilleo al niño. -Te quiero. -Murmuró. -No como quieres a tu hermana, no como quieres al ramen. Te quiero como... Lo que sigue de querer. -"Te amo" eso era lo quería decir pero simplemente las palabras no salían. -Estoy encantada de conocerte.

-Tsuki-chan... -Habló en voz baja. -Yo también te quiero, mucho más de querer.

-Naruto, si tienes la oportunidad, enamorate de alguien más. -Pidió aunque deseaba con todas sus fuerzas retractarse. -Cuídate mucho, tonto. -Sin decir ni una palabra más comenzó a caminar fingiendo ir a la residencia Uchiha.

El rubio la vio perderse entre casas y locales teniendo un mal presentimiento, su corazón le gritaba que corriera hacia ella, su cuerpo no podía moverse y su mente estaba en blanco.

Los ojos de la joven lagrimearon a más no poder, su corazón dolió levemente, no quería dejarlo, no quería irse, tampoco quería contaminarlo a él y era por eso que no dejaría que Sasuke se fuera solo, no podia perder a su única familia.

Caminaba sobre una cuerda floja que cortaría alguien esa noche, anhelaba que Sasuke se arrepintieron y anhelaba poder tener el valor de quedarse. Aguantó la respiración como si alguien pudiera escuchar sus sollozos, solo un poco más.

No lo hizo, no la detuvo. Y ella quizás se hubiera quedado para siempre si el se lo hubiera pedido.

Lo dijo, le dijo que lo amaba, de forma indirecta, y no había salido ni una palabra de él. Sus piernas flaquearon, apretó su agarre en los tirantes que sostenían su mochila.

Los dedos de su mano derecha se deslizaron hasta tocar la cadena que se encontraba enterrada bajo telas y telas de ropa. Ese pequeño presente que había significado miles de cosas para ella.

Pero... Ya no importaba, ni siquiera sabía si a él le importaria si se iba, se quedaba o si volvía.

Sólo tenía que olvidarse de él y continuar con su vida ¿No? Ya lo había hecho una vez, solo le tomo cinco años olvidarse de su familia, es fácil.

Las imponentes puertas de salida de Konoha estaban frente a ella cuando por fin se dio cuenta.

-Si viniste...

-No voy a dejarte solo, nunca. -Afirmó, levantó la mirada sólo para encontrar el cuerpo de Jin, estaba inconsciente y acostada en una pequeña banca. -¿Qué le...?

-Lo que tenia que pasar, no nos dejaría irnos. No le hice daño, despertara mañana antes de que salga el sol.

-Bien.

Adiós, adiós, adiós.
Eres más grande que todo el cielo.

-Vámonos.

Ambos pusieron un pie fuera de la aldea. Tsuki juró que nunca había dolido tanto dejar todo atrás.
Entonces ahora solo podía pensar en Naruto. Él, él lo era todo.

Él se había encargado de darle una felicidad inmensa durante esos últimos años. ¿Y ahora qué? La pregunta sonó muy vacía en la infinidad de su mente. Él lo era todo, era su aldea y ahora... Estaría el el exilio mirando todo desde la lejanía.

Cómo una película, quizás hacia lo había visto Itachi.

Irse queriendo quedarse.

Tenía que haber un lado positivo ¿Verdad? Naruto ya no tendría ese problema, ella ya no sería su problema.

¿Y entonces a quien molestare ahora?

Una rebelde lagrima se escapo de sus ojos, una lagrima que se deslizó hasta caer sobre la tierra debajo de ella.

Y ahora solo esperaba que él continuará brillando, regalandole una sonrisa a cada persona, alegrandole él día a todos. Como antes lo hacía con ella.

Esperaba que alguien más cumpliera todas las promesas que ambos hicieron juntos.

¿Entonces todo terminó así? Con una despedida vacía, ¿Solo con un "Cuídate mucho, tonto"?

Y ahora solo esperaba a que en cualquier momento él viniera gritando su nombre, haciendo escándalo y preguntándole si quería ir a comer ramen. Pero no lo haría, esto no era un libro de cuentos de hadas, ella no era una princesa y él no era un príncipe que la rescatarla.

-Los estábamos esperando, Sasuke-kun, Tsukikari-chan. -Otra voz la obligó a salir de sus pensamientos para alzar la mirada y encontrar nuevamente a esos cuatro ahí, haciendo una reverencia.

-¿Y a qué se debe el cambio de actitud? -Cuestionó su hermano.

-Estaba decidido que desde el momento en que abandonaras la aldea te convertirías en nuestro nuevo líder. -Respondió el de cabello azul dirigiéndose al Uchiha mayor. -Por favor disculpen la agresividad mostrada anteriormente. -Todos agacharon la cabeza aun más.

-Hmm, como si eso me importara. -El azabache continuó caminando ignorando por completo al cuarteto con su hermana detrás. Ella ni siquiera se digno a mirarlos, mordía fuertemente su labio inferior aun metida en sus pensamientos. -Vámonos, este es el comienzo. -Ordenó Sasuke, ese era su final en Konoha.

𝐌𝐈𝐃𝐍𝐈𝐆𝐇𝐓 𝐑𝐀𝐈𝐍 - Uzumaki Naruto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora