☞ ᴄʜᴀᴘᴛᴇʀ ᴛʜɪʀᴛᴇᴇɴ ☜

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— ¡Pero no seas tan grosero!

— ¡No es mi culpa que tú te pongas jeans tan ajustados!

— ¡A mí no me grites!

JungKook recibió un muy buen merecido golpe en la cabeza de parte de un enojado JiMin por estarle alzando la voz viendo que estaba de tan pésimo genio. Había reprobado una clase y de seguro YajaTzael se iba a enojar, con eso de que ya llevaban días sin hablarse ni por molestar.

De verdad sentía que las clases en Corea eran más pesadas que las de Francia y si no fuera porque debía irse, hace mucho que había pedido que alguien le ayudara. Por el momento quien lo hacía era JungKook, pues ese chico tenía un cerebro intelectual increíble.

— ¿Puedo saber qué te tiene de tan malhumor, Hyung?

— ¿Te parece poco haber reprobado una puta clase?

Se cruzó de brazos, con la cara más amarga posible miró a JungKook cuando éste se incorporó una vez logró subirle los jeans y abrocharlos. Fue un gran trabajo por cierto, eso de tener que meter mano de nuevo le traía recuerdos malos.

Suspirando cansado por el esfuerzo miró a JiMin y sus gestos de mal genio, eso lo hizo sonreír porque él sabía que no solo era por esa clase, ya que las clases le valían siete hectáreas de verga. Él más bien sospechaba que era por algo más, así que dispuesto a molestarlo incluso sabiendo que se llevaría unos golpes, comenzó a picotearle las costillas.

— No será por un chico, ¿eh, eh? Galán.

JiMin giró los ojos, intentando ignorarlo se fue a su casillero para ponerse la camisa y la gorra una vez su cabello ya estaba seco. Él lo siguió, igual de burlesco volvió a molestarlo con eso de picarle las costillas, es que como que tenía ganas de invocar a Satánas para venderle su alma.

— En mi vida no hay ningún chico en especial, JungKook. ¿Para qué enamorarme si pronto me iré de aquí con intenciones de no volver? — JiMin cuestionó — No quiero dejar corazones rotos, tampoco falsas promesas, ni mucho menos ilusiones perdidas.

— No me recuerdes que te vas, eso me parte el alma.

— ¿Y crees que a mí no? Puta, me acostumbré sin querer a este lugar, a ti, a salir contigo, hice amigos, hice cosas que nunca hice en Europa — Se quejó — Me en... me entristece tener que dejar esto y de cierta forma también rompí esa promesa que le hice a papá.

Enojado consigo mismo miró a JungKook, éste le asintió antes de atraerlo con un leve empujón. Lo abrazó fuerte en medio de risas, le jaló las mejillas con fuerzas para que ninguno se pusiera nostálgico ante su pronta partida.

El día en que él se fuera, ese día todo cambiaría para JungKook, pues es su mejor amigo, se convirtió en su mejor amigo en tan poco tiempo y pensar en dejarlo le dolía. Esperaba que al menos pudieran hablar a distancia, aunque él ya le había dicho que odiaba las relaciones a distancia con su vida.

— Tú sabes que yo te quiero mucho, ¿cierto? Y que cuando pueda iré a visitarte — Aseguró — Solo prométeme que yo seguiré siendo tu mejor amigo, Hyung.

JiMin soltó una risita con unas intensas ganas de llorar, pero haciéndose el fuerte le asintió. En su mirada mostraba lo mal que se sentía por tener que irse, pues ya era difícil cuando se había acostumbrado a ese lugar, a la universidad, a esa casa, a esa vida, a esa ropa, a todo.

Hubo un momento en que sí lloró, entonces JungKook le dejó un beso en la frente y portándose tan sobreprotector lo abrazó con fuerza. Esos musculosos brazos se envolvieron en él tan bien que él se le aferró al pecho entre tantas lágrimas, de tanta ansiedad por imaginarse yéndose de ahí y dejando todo lo que ahora amaba.

ᴍɪɴ's ᴘᴇʀғᴇᴄᴛ ☞ ʏᴀᴢᴀᴇʟ/ʏᴏᴏɴᴍɪɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora