☞ ᴄʜᴀᴘᴛᴇʀ ғᴏᴜʀᴛʏ ɴɪɴᴇ ☜

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Por todos los gatitos del mundo.

Zael sonrió, a pesar de que todo le dolía, logró sonreír porque el maquillaje cubría los moretones en toda su carita. Agradecía mucho a TaeHyung por haber pensado en llevarle el bolsito de maquillaje, pues sabía que habría querido hacerlo luego de ver cómo Choi lo dejó.

Tal vez el maquillaje no cubría las heridas mentales, pero sí las físicas y eso lo ayudaba a verse fuerte cuando estaba tan roto. Lo que sí no pudo ocultar eran lo rojos que sus ojos estaban, porque no había parado de llorar desde que despertó y recordó que ese malnacido era el asesino de su familia.

Pensar que había pasado años durmiendo con el verdugo de los suyos, comiendo y viviendo con quien le desgració la vida; le daba tanta cólera. Quería levantarse de esa cama e ir con Choi para hacerlo pagar con sus propias manos, de hacerlo sufrir tanto como él ha sufrido desde que su familia murió.

— Te juro, Choi, que si me llego a enterar de que tuviste algún aliado, lo voy a matar por haberme quitado lo que más amaba — Espetó — Lo voy a matar a él y a su familia para que sienta lo que yo sentí cuando me arrebató la mía. Lo juro por el apellido Min.

Entre lágrimas de rabia, de coraje llegó a abrazar entre su mano el collar que Jaeh le había dado cuando era un niño. Apoyó la cabeza en la almohada y cerró los ojos sin ánimos de llorar, pero que aún así lo hacía porque no podía hacer nada más que eso, porque en ese momento se sentía tan impotente.

La puerta fue golpeada un par de veces y suponía que era YoonGi o TaeHyung, pero quien entró a la habitación no fue ninguno de ellos dos, sino una chica con la que estaba formando la fundación de orfanatos. Iu era una de las chicas que lo ayudaba en ese tipo de cosas a pesar de tener una agenda tan ajustada.

— Zaelly-Oppa, ¿cómo te sientes?

— Bien. Gracias por venir a verme.

Ella negó con una sonrisa, se acercó a él y lo tomó de la mano antes de dejarle un beso en la mejilla como saludo. Trató de hacerlo lo más suave posible para no lastimarlo ni un poco, después de ese gesto le volvió a sonreír en medio de que le dejaba caricias en la mano como mimos, pues sabía que le gustaban.

— Yo sabía que ese señor no era bueno para ti, Oppa.

— La verdad es que prefiero olvidar ese tema, a Choi por un instante. Me duele la cabeza de tanto pensar — Sinceró — Mejor dime cómo estás tú. ¿Pudiste conocer a YoonGi? Él debe estar feliz de conocerte.

— Pues, pasé como una hora hablando con él. Es un chico muy encantador y muy guapo — Sonrió Iu — No hay duda de que salió igual de guapo que su tío, ¿eh? Los dos son como gotas de agua, muy parecidos.

— Sí. Yoonie es una cosita hermosa y encantadora — Asintió — Y es un magnífico compositor. Tiene un talento increíble.

— Le dije que estaría encantada de trabajar con él.

— ¿No se desmayó? Es que es un gatito chiquito.

Iu soltó una risita, asintió a su comentario mientras envolvía su mano entre esas finas y delicadas. Empezó a dejarle caricias en el dorso, como creando figuritas con una sonrisa. Él entonces le devolvió la sonrisa con amabilidad, un poco desubicado por ese tipo de caricias un poco íntimas.

— Bueno, eh... yo...

Él rió con un poco de nervios por no saber cómo soltar o alejar su mano de ella. Llegó a carraspear un poco, sonriéndole un poco incómodo, porque a pesar de que le gustaban los mimos, esas caricias las sentía un poco fuera de lugar y la verdad es que no le gustaba que lo hiciera, aunque no era la primera vez que ella lo hacía.

ᴍɪɴ's ᴘᴇʀғᴇᴄᴛ ☞ ʏᴀᴢᴀᴇʟ/ʏᴏᴏɴᴍɪɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora