— Es que es tan lindo.
YajaTzael frunció la nariz en medio de un sueño en coma. Sentía que alguien estaba a su lado y ese alguien no era JiMin, pero como la pereza le ganaba, prefería seguir durmiendo sin molestarse en siquiera averiguar si el que estaba a su lado era un psicópata asesino o un ladrón maldito.
— YajaTzaelly, casémonos, anda, ¿sí?
Definitivamente, no era un asesino, pero sí un psicópata que lo hizo abrir los ojos y al caer en la cuenta de quién era, acabó cayendo de forma abrupta de la cama al piso solo porque la impresión de esa sonrisa le dio pánico.
— ¡YajaTzaelly, ¿estás bien?!
— ¡Tú eres el que no está bien aquí, en definitiva!
Él se levantó del piso entre quejidos y ayes de dolor ante la fuerte caída, produciendo luego un dolor de cabeza se sentó en la orilla de la cama, siendo en ese preciso momento en donde ese hombre acosador con complejo de gatito lo abrazó por la espalda para darle caricias en el hombro como disculpa por haber provocado que cayera.
— YajaTzaelly...
— ¡¿Cómo carajos entraste a mi habitación, Zael?!
— Ah, por la ventana, ¡es que te ves tan tierno cuando duermes!
El menor apoyó el mentón en su hombro con una sonrisa, así le pellizcó levemente la mejilla para quitarle ese gesto tan gruñón y enojado que poseía durante las mañanas solo porque amanecía de luna, en donde no se soportaba ni a sí mismo.
— Mira, Zael, esto ya es acoso y puedo denunciarte por...
— Uh, entonces yo también te voy a denunciar por haberte robado mi corazón.
Harto, cansado, irritado de tantas cursilerías de parte de Zael, se pasó las manos por toda la cara en busca de encontrar aunque sea un gramo de paciencia para seguir lidiando con tantos acosos y caprichos de parte de ese tipo simplemente porque éste había crecido en cuna de oro y creía que todo lo que quería lo obtendría.
— Si antes no te golpeé fue porque era mi jefe y debía respetarte, pero ahora que no eres mi jefe yo en serio te voy a golpear — Amenazó — Tus acosos me están asustando. Entiendo que soy guapo e irresistible, pero así no se puede, Min Zael.
— Pero es que...
— ¿Qué puño prefieres? ¿El derecho o el izquierdo? Soy ambidiestro, tú pide el que quieras — Murmuró — El derecho te garantiza un sangrado tipo hemorragia y el izquierdo un reinicio de sistema. Tú decides.
— Uh, qué difícil decisión...
Zael lo pensó muy seriamente, se planteó las posibilidades y probabilidades que un puño podría darle y causarle. La verdad es que había amanecido un poco distraído, más de lo normal, también muy torpe, así que el izquierdo podría ayudarle a poner los pies sobre la tierra correctamente.
— Bueno, el izquierdo.
— Bien.
— Espera, ¿era en serio?
— Pero por supuesto.
— No lo puedo creer, YajaTzaelly. ¿Serías capaz de golpear a tu futuro esposo?
— En efecto.
— ¡¿O sea que sí nos vamos a casar?!
— ¿Qué? Claro que no, yo...
— ¡Nos vamos a casar, YajaTzaelly!
El mayor se dejó caer a la cama como con ganas de llorar por lo incomprendido que era Min Zael, y pensar que ese tipo que ahora se mostraba tan tierno; al principio fue el hombre más cruel y despiadado de todos. Eso era una gran diferencia.
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ᴍɪɴ's ᴘᴇʀғᴇᴄᴛ ☞ ʏᴀᴢᴀᴇʟ/ʏᴏᴏɴᴍɪɴ
Fanficʟᴏs ᴍɪɴ ᴇʀᴀɴ ᴘᴇʀғᴇᴄᴛᴏs, ᴘᴇʀᴏ ᴜɴᴏs ᴘᴇʀғᴇᴄᴛᴏs ᴘʀᴇsᴜᴍɪᴅᴏs, ᴀʀʀᴏɢᴀɴᴛᴇs, ᴇɴɢʀᴇɪᴅᴏs ʏ ᴄᴀᴘʀɪᴄʜᴏsᴏs. ᴛᴇɴᴇʀ ǫᴜᴇ sᴏᴘᴏʀᴛᴀʀ ᴀ ᴅᴏs ʜᴏᴍʙʀᴇs ᴄᴀᴘʀɪᴄʜᴏsᴏs ᴛɪᴘᴏ ᴀᴄᴏsᴀᴅᴏʀ ᴄᴏᴍᴏ ǫᴜᴇ ᴇʀᴀ ᴛᴏᴅᴀ ᴜɴᴀ ᴘᴇsᴀᴅɪʟʟᴀ ᴘᴀʀᴀ ʟᴏs ᴘᴀʀᴋ. ʏ ᴘᴀʀᴋ ʏᴀᴊᴀᴛᴢᴀᴇʟ sᴏʟᴏ... - ¡¿ᴄóᴍᴏ ᴄᴀʀᴀᴊᴏs ᴇɴᴛʀᴀsᴛᴇ...