— ¡JiMin-Ah, debes calmarte!
TaeMin se encogió en su sitio cuando el bate de madera casi cae en su cabeza. DoYoung, como siempre, era el que estaba intentando tranquilizar a esa fiera que se hacía llamar JiMin, quien estaba que se quemaba de la ira, de los celos que sentía tras ser testigo de esa estúpida escena en donde YoonGi era besado por ese imbécil que siempre se hizo pasar por mosquita muerta.
Estaba que ardía de los celos, veía hasta rojo y solo quería quemar todo el maldito lugar, cosa que podía hacer sino fuera porque sus amigos estaban ahí, en su casa. Habían logrado llevárselo a fuerza de ese parque para que no hiciera una locura y se llevaron golpes, insultos y maldiciones, pero pudieron llevárselo.
¿Cómo ese imbécil hijo de la tres mil puta había tenido la maldita osadía de tocar a YoonGi, de poner sus asquerosos labios en esos perfectos?
— ¡Lo voy a matar! ¡Lo voy a agarrar por el cuello y le voy a sacar los ojos, luego lo voy a despellejar vivo y lo voy a meter en agua hirviendo! — Masculló — ¡Le voy a arrancar el alma y lo voy a meter en el poso del infierno, para que las otras almas lo castiguen por haber tocado lo que es de su rey!
— ¡No sé de qué hablas, pero cálmate!
— ¡No me voy a calmar! ¡¿Sabes qué?!
Ahora sí, completamente cegado por la ira y los celos, hizo que sus manos comenzaran a sufrir de una terrible picazón porque dentro de pocos segundos iba a quemar todo a su paso, con él adentro porque en ese momento necesitaba quemarse con el fuego del infierno.
— ¡JiMin! ¡¿Qué te pasa?!
Estuvo a punto de hacerlo, de quemar todo, pero JungKook llegó a tiempo y lo apresó por la espalda para que mantuviera esas manos quietas, aun sabiendo que con solo el pensamiento podía provocar fuego. Él entonces intentó soltarse, gritándole hasta de lo que se iba a morir, pero JungKook no le temía a eso.
— Chicos, yo me quedaré con él, pueden irse.
— Perfecto. Adiós.
TaeMin no necesitó escuchar nada más cuando ya se encontraba corriendo hacia la puerta para irse y salvar su vida. DoYoung tenía planeado quedarse para seguir calmando a JiMin, pero en vista de que JungKook ya estaba ahí, tomó la decisión de irse con TaeMin porque al final, solo JungKook podía domar a esa fiera en esos momentos.
— ¡Maldito hijo de puta, te voy a ver quemándote en el infierno y juro reírme de ti, malnacido!
JungKook sujetó muy bien a JiMin, puso más de su fuerza para que no se le soltara, aunque en esos momentos JiMin poseía una fuerza inhumana y ni hablar de los gritos tan fuertes que soltaba. Él sólo estaba esperando a que ese par se alejara para poder liberar a esa bestia.
— ¡Lo voy a matar! ¡Tu alma será mía, imbécil! ¡Yo te la voy a arrancar!
Bien.
Muy bien.
Una vez estaba seguro de que los chicos ya estaban bastante lejos, soltó a JiMin y se alejó un poco para que éste pudiera desatar toda su furia. En cuanto el grito inhumano se escuchó, la casa agarró fuego solo por dentro y por fuera nadie podía ver que se estaba quemando.
Él no agarraba fuego, ni se quemaba porque JiMin no lo permitía, porque lo estaba protegiendo. Ni siquiera sentía calor o algo gracias a la capa que tenía puesta, que impedía quemarse. Él ya conocía lo que era JiMin, hace poco éste se lo contó, por eso no estaba asombrado de nada.
— ¡Tráeme su alma!
— ¡No! ¡No hagas eso, JiMin-Ah! ¡Piensa en YoonGi-Hyung!
El fuego se fue, se esfumó, la orden que JiMin dio quedó anulada, entonces luego se dejó caer al piso para llorar de la impotencia que sentía, porque él había entregado a YoonGi a ese imbécil malnacido que no dudó nada en aprovechar la oportunidad. Todo eso era su maldita culpa.
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ᴍɪɴ's ᴘᴇʀғᴇᴄᴛ ☞ ʏᴀᴢᴀᴇʟ/ʏᴏᴏɴᴍɪɴ
Fanficʟᴏs ᴍɪɴ ᴇʀᴀɴ ᴘᴇʀғᴇᴄᴛᴏs, ᴘᴇʀᴏ ᴜɴᴏs ᴘᴇʀғᴇᴄᴛᴏs ᴘʀᴇsᴜᴍɪᴅᴏs, ᴀʀʀᴏɢᴀɴᴛᴇs, ᴇɴɢʀᴇɪᴅᴏs ʏ ᴄᴀᴘʀɪᴄʜᴏsᴏs. ᴛᴇɴᴇʀ ǫᴜᴇ sᴏᴘᴏʀᴛᴀʀ ᴀ ᴅᴏs ʜᴏᴍʙʀᴇs ᴄᴀᴘʀɪᴄʜᴏsᴏs ᴛɪᴘᴏ ᴀᴄᴏsᴀᴅᴏʀ ᴄᴏᴍᴏ ǫᴜᴇ ᴇʀᴀ ᴛᴏᴅᴀ ᴜɴᴀ ᴘᴇsᴀᴅɪʟʟᴀ ᴘᴀʀᴀ ʟᴏs ᴘᴀʀᴋ. ʏ ᴘᴀʀᴋ ʏᴀᴊᴀᴛᴢᴀᴇʟ sᴏʟᴏ... - ¡¿ᴄóᴍᴏ ᴄᴀʀᴀᴊᴏs ᴇɴᴛʀᴀsᴛᴇ...