Era hora de adueñarse de otra alma.
YajaTzael entró a esa habitación, observó las cámaras antes de fijarse en la porquería que estaba en la camilla, en el estropajo que tuvo el atrevimiento de tocar a alguien tan sagrado como lo era Min Zael, porque desde el día en que probó por primera vez esos labios, desde ese día Min Zael era intocable, hasta para él. Esa era la razón del porqué le dio ese collar, para que ni él pudiera hacerle daño.
Se acercó a la camilla, aspiró el aroma que había en el aire y sonrió por ello, porque era el aroma de la muerte, de que una alma pronto dejaría un cuerpo y que tal alma se iría con él. Lamentablemente, había tomado la decisión de que no quería nada que tuviera que ver con Choi, lo único que sí quería era hacerlo pagar por cada golpe que le dio a Zael.
— Abre los ojos, estoy esperándote.
Choi entonces abrió los ojos como pudo, ya que el dolor que sentía era completamente insoportable. No podía siquiera mover un solo músculo porque dolía como nada en el mundo, todo por los disparos que recibió y que lo jodieron por completo. Lo que más lamentaba era que debía dejar a Zael para alguien más luego de todo lo que tuvo que hacer para tenerlo.
— Tú y yo tenemos una cuenta pendiente, ¿lo recuerdas? Te dije que te iba a buscar y que te iba a encontrar — Sonrió — Ahora vas a pagar cada lágrima que Zael derramó por tu culpa y cada golpe que tuviste la osadía de darle.
Choi se rió de él, porque no le daban miedo sus amenazas, porque no le tenía miedo ni al mismo Dios. Eso era algo digno de admirar, había de ser honesto, pero eso no significaba que no le haya enojado que se tomara de broma sus palabras cuando había sido más que sincero.
— Yo... no te tengo miedo, imbécil. Espero que... que Zael muera, ¿sabes? Así na-nadie podrá tenerlo — Sonrió el mayor — Así solo será para nadie, porque si-si no es mío, mucho menos será tuyo.
— Es que ahí está el detalle, mi estimada alma en pena... que si Zael muriera, le pertenecería a la muerte y adivina qué, la muerte soy yo — Informó — Eso quiere decir que vivo o muerto, Zael ya es mío. Aquí puedo ofrecerle el mundo, pero allá abajo puedo ofrecerle un poder inigualable.
De sus labios se formó una sonrisa de lado, ladina, bastante engreída. Miró a Choi mientras la habitación comenzaba a ponerse oscura, con un viento más frío que el del aire acondicionado, sintiéndose unas presencias pesadas a los alrededores. Eran los que se encargaban de llevarse el alma cuando un cuerpo moría.
— Mira qué irónica es la vida, mataste a la familia de quien decías amar, pero ahora vas a morir peor que ellos — Notificó — Fue un golpe bajo, ¿no lo crees? Matar lo más importante de Zael solo para quedarte con él. Eres un asco de persona.
Choi volvió a reírse de él, lo hizo antes de toser mientras se sujetaba el abdomen porque moverse le dolía las heridas de bala. Se acomodó en la camilla, bastante cansado de tanto toser y de tanto moverse cuando no debía hacerlo si es que no quería sentir más dolor como ese.
— Y dime, ¿qué te hace pensar que solo yo tengo la culpa?
— ¿Qué? ¿De qué hablas?
A pesar del dolor, eso no le importó cuando volvió a reírse, pero esta vez por la confusión que YajaTzael demostraba en la cara. Se sujetó el abdomen vendado y siguió riéndose porque le parecía divertido tenerlo ahí para informarle diversas cosas de las cuales no podrían inculparlo.
— Yo solo cambié las placas del auto, imbécil, pero quien mató específicamente a la familia Min fue...
Cerró la boca paga reírse otra vez, porque incluso así de enfermo le parecía tan divertido y satisfactorio ver a YajaTzael de esa forma, tan confundido y ansioso por escuchar lo que debía decir. Llegó a toser, pero ni así dejó de reír, ya que quería ver destruido a todo aquel que se acercara a Zael en su ausencia.
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ᴍɪɴ's ᴘᴇʀғᴇᴄᴛ ☞ ʏᴀᴢᴀᴇʟ/ʏᴏᴏɴᴍɪɴ
Fanfictionʟᴏs ᴍɪɴ ᴇʀᴀɴ ᴘᴇʀғᴇᴄᴛᴏs, ᴘᴇʀᴏ ᴜɴᴏs ᴘᴇʀғᴇᴄᴛᴏs ᴘʀᴇsᴜᴍɪᴅᴏs, ᴀʀʀᴏɢᴀɴᴛᴇs, ᴇɴɢʀᴇɪᴅᴏs ʏ ᴄᴀᴘʀɪᴄʜᴏsᴏs. ᴛᴇɴᴇʀ ǫᴜᴇ sᴏᴘᴏʀᴛᴀʀ ᴀ ᴅᴏs ʜᴏᴍʙʀᴇs ᴄᴀᴘʀɪᴄʜᴏsᴏs ᴛɪᴘᴏ ᴀᴄᴏsᴀᴅᴏʀ ᴄᴏᴍᴏ ǫᴜᴇ ᴇʀᴀ ᴛᴏᴅᴀ ᴜɴᴀ ᴘᴇsᴀᴅɪʟʟᴀ ᴘᴀʀᴀ ʟᴏs ᴘᴀʀᴋ. ʏ ᴘᴀʀᴋ ʏᴀᴊᴀᴛᴢᴀᴇʟ sᴏʟᴏ... - ¡¿ᴄóᴍᴏ ᴄᴀʀᴀᴊᴏs ᴇɴᴛʀᴀsᴛᴇ...