•• ᴘʀᴏʟᴏɢᴜᴇ (ᴛᴡᴏ) ••

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— Nos vemos, chicos.

— Adiós.

— ¡Hyung, Hyung!

JiMin se terminó de secar el sudor en cuanto salió de la sala de prácticas con el bolso pesado en sus hombros. Mientras se dirigía hacia el ascensor, uno de sus compañeros se acercó a él corriendo y entre risas lo abrazó por la espalda.

— ¿Qué pasa, JungKook?

— ¿Por qué no me habías dicho que tenías novio?

— ¿Yo tengo novio? Ah, caray. ¿Y quién es?

— No te hagas el chistoso, Hyung — Rió el menor — Bien guardado que te lo tenías, galán.

JiMin lo miró extraño, con las facciones arrugadas por la increíble confusión que sentía por lo que le estaba diciendo. Una vez entraron al ascensor, se mordisqueó la uña del pulgar mientras divagaba en su mente en busca de encontrar algo que le recordara cuándo y en qué momento aceptó ser novio de alguno de sus tantos pretendientes.

— No recuerdo haber aceptado la propuesta de Jackson, ni la de ChanYeol, menos la de TaeYong — Murmuró — Caray, ¿entonces? ¡Ah! Ya me acordé a quién te refieres, pero tú ya lo conoces, JungKook. ¿De qué hablas?

— ¿De qué hablas tú? Yo no lo conocía.

— Pero ya conoces a mi papá y sabes que él siempre dice que es mi novio para espantar a los demás.

— No es tu papá, Hyung, es un chico muy guapo y es tan blanco — Sonrió el menor — Grita perfección por los poros y se ve que también está forrado en dinero.

— ¿Chico guapo y blanco?

Los dos salieron del ascensor, caminaron directo a la salida, pero JiMin iba en otro mundo porque no encontraba a nadie con la descripción que él le dio. A decir verdad, todos eran blancos, pero la definición dada parecía darle a entender que era más blanco que cualquier otro.

— Parece un muñeco de nieve, pues.

— Muñe...

Carajo.

Él en serio que quiso un rayo en seco o desaparecer de ahí en cuando vio a su acosador número uno. Min YoonGi estaba fuera del auto con un ramo de rosas y una sonrisa estúpidamente bonita.

— ¡Allá está, Hyung!

— Sí, ya... ya lo vi.

— Vamos, vamos.

JungKook lo agarró de la mano con euforia de la emoción por presentarse con ese chico y él estaba intentando meter alguna excusa para irse de ahí antes de llegar hasta en donde estaba YoonGi, pero en vista de que estaba siendo arrastrado, básicamente, no tuvo más opciones que dejarse.

Tras llegar, el menor lo empujó hasta que terminó chocando contra YoonGi, quien sonriendo lo apresó entre sus brazos mientras le dejaba incontables besos en la frente, actuando como si fuera su novio cuando él nunca aceptó serlo.

— Hyung, Hyung, preséntame.

JungKook lo jaloneó de la chamarra, así que él buscó separarse de ese chico que parecía querer quitarle el aire ante lo fuerte que lo estaba abrazando, pero sí pudo soltarse tras el pellizco que le dio en el estómago, solo así pudo esconderse detrás de JungKook con el ceño fruncido.

— ¿Por qué estás tan cerca de mí novio, tú, chico con dientes de conejo?

— Que no soy...

— JiMin, bebé, estamos hablando los mayores.

— ¡JungKook es menor que yo!

— Bueno, entonces estamos hablando los altos.

— ¡Tú eres de mi altura!

— Bueno... entonces es una discusión de activo a activo.

— ¡Yo también...! No, no lo soy.

JiMin le gritó, irritado abrazó a JungKook por la espalda y enterró la cara ahí porque no quería ver a YoonGi luego de tantos acosos, además de que era bastante empalagoso, como una sanguijuela o una garrapata. No estaba exagerando en lo más mínimo, solo describió a ese tipo a la perfección.

— Ah... Yo soy Jeon JungKook y...

— ¿Estás buscando novia?

— No, yo...

— ¿Novio?

— Bueno, eso...

— ¿Eres desafortunado en el amor?

— Tal vez, un poco, sí...

— ¿Quieres que te presente a un amigo?

— ¿Lo harías?

— ¡Pero por supuesto, hombre! Con tal de que te alejes de mi novio, sí.

— ¡Woah!

— ¿Quieres saber cómo es él?

— Sí, sí.

— Aléjate de mi novio, pues.

JungKook sonrió en grande, fue tanto que sus tiernos dientes se dieron a ver tan lindos, así se alejó por completo de JiMin, quien indignado por haberse vendido se fue echando humo de las orejas hacia el auto de YoonGi, eso porque no quería coger un taxi.

— ¿Y... cómo es él, Hyung?

— Es modelo, de tu altura, rostro hermoso e irreal, un cuerpo de puta madre — Respondió YoonGi — Es carismático, jode más que la gran puta, es tierno y torpe, bastante distraído y...

— Suena a mi chico ideal.

JungKook soltó un suspiro enamorado tras hacerse una imagen mental de ese chico, observó hacia el cielo para tener una mejor imaginación, eso hizo que él lo viera raro porque se mostraba tan embobado por alguien que todavía no conocía que él en serio pensó en que estaba mal.

— Te lo voy a presentar mañana, ¿te parece?

— ¿Cree que yo le pueda gustar a él, Hyung?

— Sí... por alguna extraña y enferma razón, le vas a gustar.

— ¡Ya quiero conocerlo!

— Sí, sí, toma una foto de él para que te masturbes o algo.

YoonGi, de su cartera, sacó una fotito de su mejor amigo, del tercer amor de su vida y se la entregó al menor, quien sí soltó un chillido tras aceptarla. Luego lo abrazó con euforia mientras le agradecía un sinfín de veces por hacerle el conecte con una chico tan hermoso.

— ¡Muchas gracias, Hyung!

— Como sea, ahora vete, desaparece, piérdete entre las llamas del infierno.

JungKook asintió con una gran sonrisa, justo así se fue mientras veía y veía la foto de un chico tan lindo. Una vez estando solo, él entró al auto y miró bonito a JiMin, quien giró los ojos de brazos cruzados con vista a la ventana.

— Cierto... ¡Oye, tú, su nombre es Kim TaeHyung!

— ¡Gracias por el dato, Hyung!

— Oye, bebé, ahora que estamos solos...

— Cállate y maneja antes de que te castre.

— Me encanta el tono dulce con el que me hablas, me hace sentir especial.

JiMin volvió a girar los ojos, pensando en que ese chico que ahora lo acosaba antes era un chico engreído y presumido que creía que él aceptaría sus propuestas solo porque estaba acostumbrado a tener todo lo que quería.

No.

— No me veas así.

YoonGi le mostró sus bonitos dientes, le mostró lo perfectos que eran siendo tan chiquitos, con esas encías tan rositas.

El maldito era encantador, pero él no iba a caer en ese juego, así que solo decidió mirar al frente mientras el auto iniciaba su viaje directo a una de las heladerías que quedaban a tan solo unas cuadras.











ᴍɪɴ's ᴘᴇʀғᴇᴄᴛ ☞ ʏᴀᴢᴀᴇʟ/ʏᴏᴏɴᴍɪɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora