☞ ᴄʜᴀᴘᴛᴇʀ ғɪᴠᴇ ☜

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— Gracias, Yoonie.

— A ver, deja que tome tu preciosa mano, mi príncipe hermoso.

YoonGi hizo una reverencia algo exagerada, casi tocando la cabeza contra el piso mientras TaeHyung aceptaba su mano para salir del coche. Soltando una risita éste se acomodó el bolso antes de que él lo abrazara con todas las energías que siempre tenía.

— Todos los días te ves hermoso, mi rey, pero mira lo bonita que te queda esa boina. ¿Por qué eres tan perfecto, osito de miel? — Lloriqueó — Mis ojos van a necesitar lentes por tanta belleza, mi ángel de sonrisa bonita, preciosa, perfecta, mi rey.

— Yoonie-Ah...

— Acepta casarte conmigo y te bajo todas las constelaciones del universo, ángel divino. Pídeme la luna y te la doy, mi bebé hecho de miel — Sonrió — Pídeme que me quede a tu lado y me quedo, pídeme que entre a tu clase contigo y yo entro aunque no entienda nada, mi precioso Adonis.

TaeHyung soltó una risita. Se supone que ya debería estar acostumbrado a sus halagos, pues los recibía las veinticuatro horas del día de todos los días, pero él era tan lindo que era imposible acostumbrarse, por eso siempre estaba tímido.

— Mira esas mejillitas, mira esos ojitos y mira esa carita preciosa, divina, perfecta...

— Adiós, cuñado.

¿El qué?

YoonGi había estado tan feliz jugando con sus mejillas rojitas, hablando entre pucheros como si TaeHyung fuera un bebé que de repente pasó un chico de su sección y dijo tal cosa, entonces YoonGi miró el piso como con una crisis existencial, sin saber cómo digerir lo que acababa de pasar.

— Kim osito de miel TaeHyungie, ¿ya tengo cuñado y no me habías dicho?

— Yoonie...

— ¡Cuñado, cuñado, ven aquí! ¡Oh, por Dios, tengo un cuñado!

Él empezó a llamar al chico que le había llamado de esa forma sin lograr que su inocencia comprendiera que había sido solo un chifleteo porque le gustaba TaeHyung, quien por cierto sí se cubrió la cara de la vergüenza que sentía por los gritos que estaba soltando con tanta euforia.

— ¡Cuñado...!

— ¡Yoonie! Solo te está chifleteando.

— ¿Sí?

— Sí.

— ¿O sea que no son novios?

— No.

— ¿Y no estás buscando uno?

— Bueno...

— ¿Sientes que ninguno te convence?

— Algo...

— ¿Cómo te gustan?

— Un...

— ¿Quieres que te presente a un amigo?

— Yo...

— Tengo muchos candidatos perfectos para ti, mi osito de miel.

— Yoonie, solo entremos ya.

— ¿Eso qué significa, mi rey?

— Eso significa que vamos a llegar tarde.

— ¿Eso significa que no tienes novio y yo no tengo un cuñado?

— No tengo novio.

— ¿Y no quieres uno?

— No. Entremos ya.

ᴍɪɴ's ᴘᴇʀғᴇᴄᴛ ☞ ʏᴀᴢᴀᴇʟ/ʏᴏᴏɴᴍɪɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora