☞ ᴄʜᴀᴘᴛᴇʀ sᴇᴠᴇɴᴛᴇᴇɴ ☜

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Por todos los dioses que hicieron a ese chico.

YoonGi sonrió completamente enamorado de JiMin. Lo observó dormir ahí en en sofá, bien acurrucado con la manta luego de hace como una hora que había dejado que el sueño le ganara.

Eran como las doce de la noche y aún nadie había llamado para avisarle del paradero de su tío. Estaba tan preocupado y ansioso por eso que ver a ese ángel dormir era lo único que lograba despejarlo de la realidad.

JiMin era tan jodidamente hermoso siempre, pero durmiendo era la cosa más preciosa que nunca nadie podría igualar. Se veía tan pequeño envuelto en la manta, bien acurrucado por el frío y el puchero que inconscientemente hacía gracias a sus rellenas mejillas lo hacía ver tan tierno, tan adorable.

Ese chico era la obra de arte que podría admirar toda la vida.

Había costado que se quedara dormido. Pasaron como media hora arreglando las goteras de la casa, luego de eso fueron a la sala para seguir esperando alguna llamada, pero lo que hizo que JiMin se quedara dormido fue el que él había estado hablando como perico, sin parar o respirar.

También las caricias en el cabello estando somnoliento, todo eso hizo que cayera rendido luego de tanta preocupación. Él, por su lado, había decidido cuidar el sueño de ese chico para que nada lo despertara, aunque a veces sí llegaba a cabecear porque la verdad es que también moría por dormir como desde hace días no lo ha hecho gracias a la universidad.

Las clases se ponían más pesadas ya al final del año.

Bostezó un sinfín de veces, se restregó las manos en los ojos para espantar el sueño y lo seguía haciendo mientras dejaba palmaditas en las piernas de JiMin como caricias para que siguiera durmiendo. Lo miró nuevamente y sonrió por lo precioso que era.

Verlo le hacía ignorar el dolor de cada rechazo de parte de ese chico, porque sí le dolía el rechazo que obtenía constantemente, también la indiferencia, pero ese dolor no era más grande que el amor que sentía, así que por eso no le prestaba atención.

— Eres el ángel más hermoso de todos los ángeles, mi precioso JiMinie de Min — Sonrió — Tu perfección me sorprende, ¿sabes? Es que eres tan lindo y tan...

Por fin.

La docena de halagos quedarían para más tarde, ahora solo había cogido con rapidez el celular tras la llamada entrante que estaba teniendo. Observó que quien lo llamaba era uno de los oficiales que había salido a buscar a su tío y a YajaTzael, eso significaba que ya tenían noticias de ellos.

— Oficial de azúcar, ¿qué pasó?

— Los encontramos, YoonGi.

— ¿Vivos o muertos?

Yo diría que bien vivitos y bien acurrucaditos.

— Cállate, cállate.

¿Qué fue lo que pasó?

Debido a la lluvia llegaron a chocar con un árbol caído, pero no fue nada grave y...

— Sí... ¿Oficial de azúcar? Carajo.

Terminó chasqueando la lengua en cuanto la llamada se perdió por la interferencia que había todavía porque la tormenta no se detenía, pero lo importante fue que al menos ya sabía que su tío estaba bien junto con YajaTzael.

Emocionado y con un gran alivio en el corazón, volteó a mirar a JiMin para empezar a despertarlo de manera lenta para que no se levantara asustado. Buscó zarandearlo con toda la delicadeza que poseía porque tampoco quería molestarlo o algo, ya que se notaba que despertaba de malhumor siempre.

ᴍɪɴ's ᴘᴇʀғᴇᴄᴛ ☞ ʏᴀᴢᴀᴇʟ/ʏᴏᴏɴᴍɪɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora