𝗢𝗨𝗥 𝗟𝗜𝗧𝗧𝗟𝗘 𝗚𝗜𝗥𝗟 / 𝘁𝗼𝗸𝘆𝗼 𝗿𝗲𝘃𝗲𝗻𝗴𝗲𝗿𝘀

𝒇𝒊𝒏𝒂𝒍; 𝒎𝒂𝒏𝒋𝒊𝒓𝒐

Tocan la puerta de manera escandalosa, haciéndola sobresaltar. Suda frío y vuelve a acomodar su vestido, desliza sus palmas en lo largo del mismo, sintiendo la increíble suavidad de la tela, definitivamente ha sido caro, además de que es muy lindo. Tal vez habría preferido usar algo hecho por Mitsuya pero quien sabe... Cambiaría muchas cosas como para pensar en ello ahora.

Un nudo se instala en su estómago y aumenta la presión conforme sigue a aquella señora de la tercera edad. Analizó el pequeño trayecto que recorrió pero no vio nada que le pueda ser de utilidad.

Con —lo que le pareció— mucho esfuerzo, la anciana abre la gran puerta de madera, causando un gran chirrido. Un olor espantoso invade sus fosas nasales, pero tal como le advirtió, se concentro en sonreír como si fuera el día más feliz de su vida. De cualquier forma, ya él se desquitará con alguien por aquello.

Sus orbes ____ se conectan con los obsidianas del otro y camina hasta donde él, sin permitirse —más que nada por la advertencia— mirar a los invitados, que, no tiene idea de quiénes puedan ser.

Sus manos tiemblan cuando toma las del él. Manjiro le sonríe de una manera tanto infantil, la hace pensar en los viejos tiempos. Ella traga saliva antes de corresponder a su cariñosa muestra de afecto y finge que no se quiere orinar del miedo cuando le acaricia las manos con los pulgares.

La mirada de Sano endurece cuando mira al padre a un lado de ellos, el pobre señor se ahoga por un momento con su saliva antes de comenzar con la misa. Eso ocasiona que Manjiro sacara su pistola de entre su traje pero afortunadamente ______ está ahí para evitar que asesine a nadie en una de sus pataletas.

La misa transcurre de forma lenta y tortuosa para ella, solo quiere correr lejos de ahí, de él, no sabe en qué momento se terminó su faceta infantil pero, carajo, si que la extraña e incluso la añora, cualquier cosa menos esta versión de él.

Gime cuando él aprieta su muñeca, la mira inquisitivamente, mira al padre de reojo y éste repite: —¿Acepta a Sano Manjiro como su esposo?

Traga saliva. Sus manos ahora tiemblan de manera tan evidente que comienzan a irritar a Manjiro. Su mirada comienza a ser fría.

Mira hacia sus invitados. Manjiro suspira consternado, ______ grita horrorizada y el padre comienza a lloriquear. Él toma su brazo con brusquedad, forzándola a volver a su posición inicial, frente a él.

—No hagas un escándalo, ¿vale? No me habrías perdonado si ellos no estuvieran aquí.

Lágrimas desbordan de los ojos ______, de reojo vuelve a mirar a los bancos de los invitados, encontrándose cadáveres de a montones —y por eso el mal olor— muchas personas. Takemichi casi en los huesos, con un trozo del rostro colgándole por la barbilla. Izana con dos agujeros —de bala supuso— en el pecho. Shinichiro parecía estar simplemente dormido, al igual que Emma, es evidente que se esforzó en hacerlos lucir lo mejor posible pero aún con el maquillaje que sobresale del tono natural de Emma es posible notar hematomas en la zona de su cuello, además de que parece —por la forma rara en la que está sentada— que también está roto.
No sabe en qué momento asesino a la mayoría.
Pero siente su corazón y su cordura largarse por completo cuando ve a Sakura —muerta— sentada ahí también. Sus labios fueron cocidos de alguna manera para que aparentara tener una sonrisa.

Alza su vestido y de su liguero toma su arma. Apunta a Manjiro aún con la vista borrosa por tantas lágrimas. 

—No hagas una escena en nuestra boda, ¿si? 

No lo piensa cuando quita el seguro del arma.

—¿Vas a matarme? —Manjiro parece molesto.

Una risa sale de sus labios, incrédula, de que a pesar de todo, le es imposible jalar el gatillo. Es más fácil si...

Cierra los ojos y jala el gatillo.

Espera no sentir, escuchar o ver nada mas pero no es así. Unos secos y pausados aplausos resuenan frente a ella. Abre uno de sus ojos, es él, mira el arma y... Ah, claro que prevería eso.

—Me alegra saber que prefieres morir antes que matarme —Manjiro sonríe como un niño pequeño, ella tiembla—. Padre, repita la pregunta.

—¿A-acepta a Sano Manjiro como su esposo?

—Acepto.

—Y usted, Sano Manjiro... ¿acepta a Kinomoto ______ como su esposa?

—Acepto.

—Por el poder que Dios me concede, los declaró marido y mujer. Puede besar a la novia...

Manjiro le dispara al padre en la cabeza, está tan acostumbrado que ni siquiera tiene que mirarlo para saber que acertó, bastó con sentir la sangre caerle en el rostro y mano.

El velo de ______ se llena de la sangre que hay en las manos de Manjiro, pero no dice nada, solo acepta el beso que los une en matrimonio.