‼𝙩𝙤𝙠𝙮𝙤 𝙧𝙚𝙫𝙚𝙣𝙜𝙚𝙧𝙨 𝙮𝙖𝙣𝙙𝙚𝙧𝙚‼
______ Kinomoto regresa a Japón luego de muchos años solo para reencontrarse con su viejo mejor amigo, Hanagaki Takemichi. Ambos se llevarían muchas sorpresas del otro. ______ se preguntaba cómo su mejo...
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Admirar las cosas o a las personas siempre me pareció bastante estúpido, pero, si soy sincero, me parecería más estúpido alguien que no la admirara, no formo parte de ese grupo, jamás lo haré.
Y aunque me siento como un poco como un completo acosador al observarla mientras duerme, está bien porque sé que ella no se enterará de nada. El gato gris que le pertenece apareció en la sala de estar, se restregó un momento contra mi pierna y saltó al sofá para intentar llamar la atención de su dueña, lamiendo el dorso de su mano, claro, sin éxito. Solté un gran suspiro recordando los problemas que nos dió Silver a la hora del traslado. El mínino pareció rendirse enseguida pues al no obtener respuesta de la peli____ simplemente se tumbó encima suya para acompañarla en su sueño.
Izana me advirtió que ella estaba muy alterada y aunque no me fío mucho del albino, sé que dice la verdad pues de lo contrario no la habría tenido que dejar inconsciente en plena sala de estar como hizo, aún mas, desperdiciando lo que pudo haber sido su día juntos, que, por como marchan las cosas es menos probable cada vez. Bonten está más ocupado que nunca, -y como no- la mayoría está todo el tiempo cerrando tratos, matando gente o simplemente supervisando que todo esté bajo control, -y en su caso, al ser uno de los dos líderes, la cosa era peor- pues apenas tenían ratos libres que con suerte los dejaban verla por un momento por las cámaras, si, no querría ser Izana o Mikey justo ahora.
Sacudí mi cabeza, por un momento desvíe mi atención de lo que es realmente importante, lo único que me importa ahora a decir verdad. ______.
Un suspiro enamorado escapó de mis labios y agradecí al gobernante en el cielo por encontrarme solo, pues si alguien me hubiese escuchado, habría muerto de vergüenza. Podía sentir mis mejillas calientes, pero a ese detalle en específico ya me había acostumbrado, no podía evitarlo cuando se trataba de ella. No podía ni siquiera pensar en ella sin sonrojarme, en un inicio me preocupo pero después noté que al resto de los chicos también les ocurría y dejó de importarme... Con el resto, creo he lidiado bastante bien, por lo menos de una forma en la que no afecte a nadie directamente, claro, aún así no estoy orgulloso de haber asesinado a tantos inocentes en Bonten.
Estiré mi mano para comenzar a acariciar una de sus mejillas, un escalofrío recorrió mi cuerpo cuando ella movió su rostro en busca de más contacto, en un gesto parecido al de un gato. Ah, ____-chan...
Desde el primer momento en que la vi, supe que ella me necesitaba. Pude ver esa mirada en su rostro, que me pedía a gritos que la salvase. Ella era como una pequeña niña en medio de desastre que era su vida, sin saber realmente que hacer o cómo lidiar con todo. Yo lo sabía, y tenía que ser yo quién la salvaría.
