𝗢𝗨𝗥 𝗟𝗜𝗧𝗧𝗟𝗘 𝗚𝗜𝗥𝗟 / 𝘁𝗼𝗸𝘆𝗼 𝗿𝗲𝘃𝗲𝗻𝗴𝗲𝗿𝘀

𝟎𝟒𝟒

El chico de los colmillos comenzaba a colmarle la paciencia, una vena comenzaba a resaltar de su frente ante su enojo. 

—¡¿Por qué te dejaría llevártela?! —le gritó irritado.

Baji estaba harto de que le insistieran, mientras que, por su parte, Kokonoi estaba harto de que ese idiota no comprendiera la situación, o mejor dicho, que fuera tan terco. Porque si, Baji sabía que lo mas responsable era que ______ regresara a su hogar —que para él era su edificio— pues sus socios ebrios devorándola con la mirada y ellos armados no era una buena combinación.

Sin mencionar a la chica, que, luchaba contra su apetito y el sueño. Resultó ser que, en combinación con el alcohol, la carencia que tuvo de ello estos días hizo que se acentuaran aun mas. Rindou había insistido en que conseguiría a alguien para que le cocinase lo que mas se le antojara, pero ante su insistencia en comer taiyakis de algún puesto en la calle desistió. Él mismo la habría acompañado de no ser porque trataba con importantes socios.

Mikey e Izana contemplaron a la chica en la barra, se le notaba muy ebria y aunque se veía guapa aun así, sus ojos se esforzaban en no cerrarse mientras comía algunas rodajas de lima que se utilizaban para las bebidas, supusieron para calmar su estomago. Preocupados por ella, dieron autorización al pelinegro encargado de las finanzas en Bonten llevársela, claro, para que hiciera todo lo que le pidiera. Baji no pudo mas que resignarse, pues, le gustará o no, Izana y Manjiro tenían la última palabra, ellos eran los que tomaban ese tipo de decisiones. 

Así que, ahí estaba Kokonoi, supervisando a la peli____ que pedía su comida para llevar. Suspiró al verla dar un par de saltitos, al ser tan baja, el vendedor no la podía distinguir muy bien entre tanta gente, rió incrédulo cuando se acercó para ordenar en su lugar. Ella lo miró agradecida mientras él optó para mirar en otra dirección. De camino al lugar, notó que además de tener sueño tenía los pies adoloridos, se esforzó en ocultarlo —pues no quería causarle mas molestias— pero era bastante evidente por la forma en la que caminaba, así que aparte de la bebida energizante también compró unas sandalias, había afortunado el que las vendieran, ¡y encima a esos precios! Koko calculaba mentalmente cuanto podría ahorrar para cuando su comida les fue entregada. 

La chica insistió en sentarse a comer en algún parque cercano y aunque al inicio no estaba muy seguro termino aceptando al recordar las palabras de sus jefes. Consiéntela en absolutamente todo lo que te pida o quiera, esas fueron las palabras de Mikey. Le entregó una tarjeta que en seguida supo debía contar con grandes cantidades de dinero, lo suficiente como para para comprarle un automóvil si eso desease. 

Tomaron asiento en la banca en completo silencio, las estrellas en el cielo brillaban y la brisa que avisaba la llegada del invierno soplaba por los aires. El cabello ____ de la chica se movía con el viento, desprendiendo un dulce aroma, fue entonces que centró su atención en ella.