‼𝙩𝙤𝙠𝙮𝙤 𝙧𝙚𝙫𝙚𝙣𝙜𝙚𝙧𝙨 𝙮𝙖𝙣𝙙𝙚𝙧𝙚‼
______ Kinomoto regresa a Japón luego de muchos años solo para reencontrarse con su viejo mejor amigo, Hanagaki Takemichi. Ambos se llevarían muchas sorpresas del otro. ______ se preguntaba cómo su mejo...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Izana se puso de pie cuando a lo lejos vio a la rubia, recibiéndola con un abrazo. La chica sonreía con alegría mientras correspondía.
—Lamento haberte llamado sin aviso —dijo él, mientras tomaban asiento, cenarían en un restaurante.
—No te preocupes. Me alegra que lo hicieras —sonrió—. Cuéntame cómo estás.
—Si, bueno —hizo una mueca—. No tan bien...
—Lamento escuchar eso, Izana-kun. ¿Puedo hacer algo por ti? —la preocupación de Emma por su hermano era genuina. Su mirada la delataba.
—Es sobre Mikey-kun... —suspiró—. Ayer discutimos y terminó en una pelea con Toman.
Emma se sorprendió: —No tenía idea... —la chica se sintió algo triste, últimamente Mikey no le contaba mucho sobre los asuntos de Toman.
—Oh, lo siento, Emma-chan. Debes creer que solo te llamo porque me siento triste —murmuró cabizbajo.
—Estoy aquí para apoyarte, ¿de acuerdo? —la chica tomó la mano del albino por encima de la mesa—. Somos familia, no te voy a abandonar.
—Lo sé, siempre fuiste tan linda conmigo a pesar de todo. Me siento muy mal por haberte alejado así, sé que pasó con Shin-kun no fue tu culpa.
Los ojos de la chica se cristalizaron un poco, no podía creer lo que Izana le decía: —Y-yo... —las lágrimas de la chica comenzaron a bajar por sus mejillas—. Lo siento muchísimo, Izana-kun. Fue mi culpa que te alejarás —llevó su mano hasta su corazón, estrujando la tela de su camiseta—. Yo sabía cómo te sentías al respecto y no hice nada —su voz temblaba.
—Hey, no quiero que te culpes de esa manera, ¿si? —acarició su mano—. Tu siempre hiciste tu mayor esfuerzo para conmigo. Yo fui quién se esmero en alejar a Mikey-kun. Sin embargo —guardó silencio un momento—. El día que estuvo en el hospital tuve tanto miedo —cerró los ojos con fuerza.
—No quiero que sigamos con esto —negó la rubia, mientras limpiaba sus lágrimas—. ¿Te imaginas lo triste que estaría Shin-kun si viera lo que nos paso? —sollozó.
