𝒇𝒊𝒏𝒂𝒍; 𝒊𝒛𝒂𝒏𝒂

250 14 1
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



Hay algo que Izana aprendió muy bien y aunque no debería enorgullecerse de ello, digamos que le era conveniente. Ser uno de los jefes de Bonten y haber estado necesitado de amor durante tanto tiempo le facilitan las cosas.

Su estrategia es fácil, el afloja un poco y ella le da todo, todo lo que puede, todo lo que el albino le pide y esté en sus manos, ella lo cumplirá. Puede ser algo sencillo como hacer que ella lo reciba con una sonrisa hasta algo más allá.

Izana es muy bueno haciendo su trabajo, sabe hablarle de una manera dulce, tratarla como una reina, ser afectuoso, pero... Sin duda lo mejor que el albino le ofrecía es las oportunidades para ver a la pequeña castaña, con todo eso y un poco mas, ha sido fácil para él ganarse por completo el corazón de ______.


Él la ama completamente y esa es su forma de demostrarlo, lo menos que puede esperar es que sea recíproco, ¿no? Por eso se molesta mucho cuando ella duda de obedecerle.

No es que él quiera gritarle, humillarla, gritarle o encerrarla, no, por supuesto que no. Él es feliz viéndola ser sumisa, sin necesidad de hacer esas cosas, eso es solo un gusto culposo extra que se puede dar de vez en cuando.



Hoy es uno de esos días. Sus pupilas se dilatan al verla así.



Las mejillas de ______ están completamente rojas, se siente ridícula pero sobretodo muy expuesta.

Un sostén que constaba de una pobre tela negra en triángulo, un tanga a juego, medias negras, un delantal con los bordes de encaje que cubría pobremente su viente desnudo. Una pechera de encaje y moño alrededor del cuello, solo un katyusha para finalizar. 



—Izana-sama —lo llama de forma tímida—. Le he traído unos aperitivos. 



El moreno sonríe con satisfacción detrás de su escritorio, le indica que se acerque y ella le obedece, dejando la charola sobre la madera frente a él. 



—Inclínate sobre el escritorio —ella suspira y lo hace.

—¿Ah? —una vena se marca en su frente—. ¿Eso que escuche fue un suspiro de molestia?

—N-no —él arquea una ceja—. Por supuesto que no, Izana-sama. 



Aunque está muy avergonzada, menea el trasero y la molestia del hombre se va. Una sonrisa aparece en sus labios. 



—Ven, para acá, eres una buena niña —palmea su regazo y ella se sienta en el enseguida. 



La chica mueve sus caderas, meneándose y frotándose con el miembro duro del hombre. Acaricia sus mechones blancos y da mimos en su rostro. 



—Mmmh, mi bella ____-chan quiere algo~ —canturrea juguetón, ríe cuando ella frota su rostro contra su cuello—. Has sido buena conmigo. 



Acaricia su suave piel. 



—Dejémoslo aquí, tengo ganas de ver alguna película y que me des mimos —ella asiente con una sonrisa–. Después podremos hacer lo que quieras.

—¿Lo que quiera? —sus ojos brillan.

—Si, si quieres verla pues adelante —ella lo abraza. 



Él toma su cabello con fuerza, la obliga a mirarlo a los ojos.



—Sólo recuerda lo que ocurre cuando te portas mal —amenaza entre dientes, la peli____ traga saliva, no quiere mas huesos rotos y le sonríe asintiendo—. La castigada podría ser ella —los ojos de Izana brillan con sadismo cuando la siente temblar—. ¿Crees que Sakura podría aguantar los castigos que te doy a ti?

—Eso no tiene porque pasar, prometo que haré cualquier cosa que me digas —niega dándole un beso en los labios.

—Eres la mejor.



¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
🎉 Has terminado de leer 𝗢𝗨𝗥 𝗟𝗜𝗧𝗧𝗟𝗘 𝗚𝗜𝗥𝗟 / 𝘁𝗼𝗸𝘆𝗼 𝗿𝗲𝘃𝗲𝗻𝗴𝗲𝗿𝘀 🎉
𝗢𝗨𝗥 𝗟𝗜𝗧𝗧𝗟𝗘 𝗚𝗜𝗥𝗟 / 𝘁𝗼𝗸𝘆𝗼 𝗿𝗲𝘃𝗲𝗻𝗴𝗲𝗿𝘀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora