𝟎𝟒𝟑

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_______ palmeó el colchón a su lado. Se sentó de golpe al no encontrar a su hermana pequeña, Sakura. Recorrió la habitación con la mirada sin éxito en su búsqueda. Bostezo estirándose, había dormido muy bien, necesitaba descansar del mundo y ese lugar resultaba ser el indicado para hacerlo.

Con pereza se colocó sus sandalias de peluche y camino hasta la puerta, en el área común no vio a nadie por lo que simplemente avanzo hasta el ascensor, oprimió el piso de su destino y espero pacientemente hasta llegar. Silver, que paseaba por ahí, la miró mal y luego se adentro en la habitación de Baji, sacándole una risa.

Otro bostezo salió de sus labios cuando al abrir la puerta de Mitsuya, el chico ahí, le sonrió desde la cocina.
Un delicioso aroma a huevos fritos y tocino llegó a su nariz, ansiosa de comer, se sentó en el sofá y prendió la consola de videojuegos.



—¿Sabes que eso es para las niñas, no? —se burló el chico.


—Aún soy una niña —alzó los hombros—. No es mi culpa si ustedes se sienten unos ancianos.


—Sigue bromeando así y no tendrás postre —amenazó.



_______ guardó silencio con un puchero en los labios, movía el joystick del mando, indecisa de que jugar.


—¿Puedes ayudarme mas tarde con unos diseños?


—No entiendo su insistencia en querer incluirme en todo —murmuró—. Sé que me quieren pero muchas chicas lo harían mejor.


—Oh, vamos. Nadie lo hace como tú.


—Claro —intentó esconder su sonrisa.



La puerta de repente se abrió, dejando entrar a un albino junto a un rubio cenizo. El rubio avanzo entre saltos hasta sentarse junto a ella, el albino camino con normalidad pero imitó la acción de su hermano.

Ambos tomaron un mando, decididos a jugar con ella. Pasaron un rato jugando hasta que la puerta volvió a abrirse dejando pasar al resto de los chicos, todos le sonreían y la miraban de una forma tan intensa que la hicieron sentir nerviosa.

Los chicos se agruparon a su alrededor buscando contacto físico con la chica, por mínimo que fuera. Sanzu incluso se había colado entre el espacio de sus piernas. Por alguna razón, tenía la sensación de que esos diez chicos harían lo que fuera por ella. Ni siquiera notó cuando Mitsuya se les unió.

𝗢𝗨𝗥 𝗟𝗜𝗧𝗧𝗟𝗘 𝗚𝗜𝗥𝗟 / 𝘁𝗼𝗸𝘆𝗼 𝗿𝗲𝘃𝗲𝗻𝗴𝗲𝗿𝘀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora