𝟎𝟏𝟕

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Kakucho miró impaciente el reloj que estaba en la pared, caminaba de un lado a otro con nerviosismo. Se dejó caer en el sofá gruñendo, insultando a lo que fuera que mantenía a los Haitani tan ocupados como para no atender sus llamadas, sabía que seguramente estarían arreglando algo importante, pero estaba bien consciente de los insultos que recibiría por 'no avisarles' de la situación. Su pesar no era tanto, pues, aunque había sido ignorado al respecto, ya había puesto al tanto a Izana —a través de mensajes que fueron ignorados— en cuanto todo sucedió.

El de la cicatriz alzó la mirada esperanzado de ver a Izana cuando escuchó la puerta de la casa abrirse, suspirando fuertemente al ver a aquel dúo cruzar el umbral. Kisaki y Hanma se dieron una mirada rápida —confundidos para con la actitud del chico— antes de caer en cuenta de lo que le estaba causando tanto estrés. Hanma soltó una sonora carcajada al ver a la chica inconsciente en uno de los sofás, a Kisaki no le causó gracia alguna, pues al estar consciente de los planes de Moebius supo que habían metido la pata. 



—¿Qué carajo? —el de anteojos exigió saber. Sus nervios estaban hechos locos, luego de que su informante en Toman le informo que habían encontrado únicamente a Sanzu, había dado por sentado que Moebius se había hecho con ella.


—¿Sabes dónde mierda están todos? No sé que hacer con ella, no reacciona.


—¿Es que los jefes decidieron secuestrarla sin mas? —se burló Hanma mientras se servía un trago. 


—No estoy muy seguro de que hayan sido ellos —murmuró echándole una mirada a la oji____—. Cuando llegué, Moebius estaba ahí... Ya se encargaron de los que estaban inconscientes, pero tres huyeron en una camioneta. 


— ¿Estás seguro que eran de Moebius? ¿Qué asuntos crees que podrían tener con ella? —habló con tranquilidad Hanma. 


—Carajo, claro que sé diferenciar un jodido uniforme, Hanma —ladró Kakucho con molestia—. No entiendo que querrían...


—Seguramente se trataba de un asunto con Toman —intervino Kisaki—. Por lo que tengo entendido, Sanzu estaba con ella, ¿no es así?


—¿Tu cómo sabes eso? —inquirió el pelinegro.


—Tranquilizate, Izana-lover —se burló Hanma.


—Los Haitani nos pidieron encargarnos de la negociación de hoy. Querían deshacerse de su enojo en el club —aclaró Kisaki con calma—. Akashi se la robó a Rindou en media cita.

𝗢𝗨𝗥 𝗟𝗜𝗧𝗧𝗟𝗘 𝗚𝗜𝗥𝗟 / 𝘁𝗼𝗸𝘆𝗼 𝗿𝗲𝘃𝗲𝗻𝗴𝗲𝗿𝘀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora