‼𝙩𝙤𝙠𝙮𝙤 𝙧𝙚𝙫𝙚𝙣𝙜𝙚𝙧𝙨 𝙮𝙖𝙣𝙙𝙚𝙧𝙚‼
______ Kinomoto regresa a Japón luego de muchos años solo para reencontrarse con su viejo mejor amigo, Hanagaki Takemichi. Ambos se llevarían muchas sorpresas del otro. ______ se preguntaba cómo su mejo...
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Los miembros de Toman —que en su mayoría eran fundadores— gruñeron con enojo al escuchar lo que el pelivioleta decía, ya hace treinta minutos había comenzado su reunión, sin embargo, habían estado bastante concentrados en lo que el comandante decía como para poder comentar algo al respecto.
—¿Cómo es que no nos dijiste nada sobre los regalos? —reclamó Mtsuya.
—Mikey-kun y yo estábamos arreglando asuntos que nos servirán a futuro —siseó Haruchiyo—. Cosa que ustedes claramente no han hecho. Solo han venido aquí a ladrar como perros y cuestionando a Mikey-kun.
—Si no les dije nada fue precisamente porque estaba ocupando con los detalles —murmuró—. Claro que si lo pueden hacer por ustedes mismos, adelante —los miró, el silencio se hizo presente—. Lo supuse...
—¿Eso significa que solo la dejaremos ahí? —frunció el ceño Kazutora, centrándose en lo importante—. No sabemos de lo que Tenjiku es capaz.
—Mikey —consultó Draken.
—Ellos no harán nada, solo buscan provocarnos. No me malinterpreten —dijo entre dientes—. No piensen que estoy bien con esto, es mas bien todo lo contrario, no sé... —sus ojos se oscurecieron, los cerro con fuerza mientras se obligaba a tragar saliva—. También tenemos que hacernos cargo de esto... sobretodo hasta que comience a trabajar con Ken-chin.
—¿Entonces estás de acuerdo con que salgamos con ella? —preguntó sorprendido Chifuyu, ni siquiera él estaba bien con ello. No confiaba en lo que el rubio decía.
—Creo que es obvio que ninguno puede hacer mucho por su cuenta —se quejó Baji—. Así que esto... ¿es una especie de alianza temporal?
—Si, creo que se le podría llamar así —suspiro Draken.
—Sanzu y yo ya estamos por deshacernos de los Haitani —sentenció Mikey regresando la atención a él—. Así que no. Por el momento no haremos nada tan estúpido como para darles una excusa. No podemos entrar como si nada en su territorio.
—Sin mencionar que ellos nos llevan la ventaja —rio el del cascabel viendo a la escasa cantidad de gente a su alrededor.
—¿Ya se hicieron cargo de ocultar la pequeña 'visita de Izana'? —indagó nuevamente Mikey.