𝟎𝟑𝟔

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______ sonrió a la chica de la recepción solo para pasar de largo hasta el ascensor. En cualquier otra situación se habría acercado a ella para evitar malentendidos pero en ese momento no tenía cabeza para mucho e Izana le dijo que había informado a la chica de su visita, no tendría porque haber problemas. 



—Nii-san —la niña habló entrecortada—. ¿Vamos tarde a algún lado? —jadeó.



La peli____ entonces desaceleró su paso, regalándole a su hermana una sonrisa de disculpa. Mientras para ella fueron solo unos minutos a caminata rápida para la pobre Sakura debió ser el cardio de su pequeña vida.

La castaña soltó una risita cuando el elevador comenzó a subir, pues la sensación que le llegó al estómago le pareció graciosa, la mayor la miró con ternura mientras revolvía su cabello. Las puertas se abrieron en lo que parecía ser un mal momento. Izana tenía el teléfono en mano aunque parecía bastante molesto.



—____-chan —saludó forzándose a mostrarle una sonrisa—. Llegaste temprano.


—Lo siento —dijo inquieta—. Es que esto me tiene nerviosa.


—Me imagino —hizo un tenue puchero acercándose a ella para acariciar su mejilla—. ¿Estás bien? Sabes que te ayudaré con lo que sea.



_______ mordió su labio. Izana intentó concentrarse en lo que la chica le dijo después de aquello, no lo consiguió pero tampoco era algo que no supiera ya, aunque si se sorprendió cuando dijo necesitarlo específicamente a él, eso lo había alegrado mucho. Tanto que olvido su enojo casi por completo.

Kurokawa se había hecho a la idea de recibir a la mayor a solas, por lo que encargó a Kakucho estar presente en la guardería —para darle mas confianza— así que se sintió bastante frustrado cuando entendió que _______ no tenía planes de dejar ahí a la menor. 

La peli____ balbuceó durante un buen rato sobre favores, disculpas pero sobre todo soltó preguntas a medio hacer que detenía cuando los ojos verdes de la niña se fijaban en ella, fue entonces que comenzó a arrepentirse de no dejarla en la guardería pues no tenía intención en que escuchará su conversación y tampoco era que hubiese —siendo una niña— algo con lo que entretenerse en ese lugar. O eso creyó.

El albino sonrió, harto de la situación tomó la mano de Sakura, la sentó frente al gran televisor, colocó el control parental y luego entregó el aparato a la niña que miraba emocionada entre tantas opciones. ______ sonrió agradecida y no puso objeción cuando él tomó su mano. 

𝗢𝗨𝗥 𝗟𝗜𝗧𝗧𝗟𝗘 𝗚𝗜𝗥𝗟 / 𝘁𝗼𝗸𝘆𝗼 𝗿𝗲𝘃𝗲𝗻𝗴𝗲𝗿𝘀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora