Un gato viviendo en la guarida de un tigre.(Traducción Finalizada)

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No fue sino hasta un mes después de decirle a Doyeong que esperara, que Seohan finalmente lo contactó.

El breve mensaje que decía: "Estaré allí pronto" provocó el caos absoluto en la casa de los gatos. Después de todo, originalmente Doyeong criaba a sus bebés escondiéndose en su habitación todo el día para evitar las miradas de los empleados, pero, ahora, se había iniciado una desinfección profunda y una limpieza bastante exhaustiva de cada zona para evitar que su prometido, que era un visitante, se sintiera molesto cuando percibiera el olor o los rastros corporales de los bebés.

Habían terminado de desinfectar no solo la sala donde se quedaría, sino también los rincones del jardín y las rendijas de las ventanas de la última habitación aunque seguramente no querría visitarlo. Pero, en lugar de entrar, el tigre se paró frente a la puerta y sacó un enorme documento dentro de un sobre manila.

"A partir de ahora, somos oficialmente prometidos ante la ley".

"... ¿Qué?"

"Y eso significa que necesito que subas al auto."

La mirada sorprendida de Doyeong se volvió hacia las palabras de Seohan. Los felinos que se comprometían oficialmente celebraban una especie de ceremonia prenupcial antes de la boda. Ya esperaba que no hubiera una incluso si él no rompía el compromiso, pero, ni él, ni su familia estaban preparados para que dijera que ahora era un hecho ¿Y escuchó bien? ¿Oficiales?

Seohan, quien vino sin padrinos ni damas de honor y le pidió a Doyeong que subiera al auto, estaba vestido con un elegante traje de tres piezas como de costumbre, pero, no era un atuendo formal adecuado para lo que le estaba pidiendo justo ahora. Y como no había noticias de que vendría a recogerlo para llevarlo a su mansión, los padres de Doyeong y el mismo Doyeong no pudieron ocultar su vergüenza al lucir ropa cómoda para estar en casa.

"¿Realmente va a tomar a Doyeong como compañero, mi señor?"

"Sí."

Dio una respuesta ambigua a la pregunta de sus padres. La boca de su madre estaba apretándose constantemente y su padre no podía ocultar su curiosidad ni por un segundo. Pero, por supuesto, nada de eso le importaba a Doyeong porque incluso si era aceptado como prometido, para él era importante quedarse allí porque tenía a los bebés y a su familia y su vida cotidiana también. Básicamente todo lo que conocía. Pero, dado que seguían en silencio, finalmente fue como si nadie se atreviera a ir en contra de sus deseos porque, después de todo, el tigre, que era más misericordioso de lo que esperaba, iba llevarlo a casa para evitar que se metiera en problemas. Era más sensato de lo que pensaba y estaba tratando de encubrir el nacimiento de los bebés para que la familia de los gatos no se arruinara en el futuro. Pero de todos modos era sospechoso que decidiera casarse así como si nada con alguien que básicamente le había sido infiel. Tal vez el hombre estaba enfermo o quizá era una trampa.

"¿Qué pasará con nuestro hijo, mi señor?"

Porque cuando Seohan dijo que se llevaría a Doyeong a casa, sus padres parecieron tener pensamientos tan alarmistas como los de su hijo. Se pusieron adelante, tomaron su brazo y entonces el hombre, que no tenía respuesta, simplemente miró al gato con sus ojos oscuros y profundos y abrió la boca:

"Doyeong."

"¿Sí...?"

"¿No me escuchaste? Te dije que fueras al auto."

"... Es verdad."

Doyeong, que se había estado torturando a su antojo todo este tiempo, finalmente dio un paso adelante y dirigió la mirada hasta la puerta de entrada. Y ya fuera que lo de la trampa se hiciera realidad o apareciera algo mucho más confuso que eso, lo que existía ahora para él era básicamente que no tenía la oportunidad de decidir nada por su cuenta. Como él dijo, debía estar a la espera hasta que decidiera qué hacer con la situación actual y si el lugar en el que quería resolverlo era la casa principal, su auto o la mansión de los tigres no era algo que pudiera objetar y por lo tanto, tampoco pareció que tuviera permitido hacer un drama.