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Habían pasado dos semanas desde que entró al territorio del tigre y, por consiguiente, dos semanas desde que lo había golpeado. Por supuesto, eso también significaba que estaban pasando demasiadas cosas en muy poco tiempo porque, primero que nada y sin decir una palabra al respecto, Seohan se fue a un viaje de negocios. No hablaba con él más que lo estrictamente necesario así que no sabía si había volado al extranjero o dentro de Corea. Y entonces, resultó que el día después de su partida, Doyeong, que no sabía lo que iba a pasar, se despertó temprano en la mañana, se lavó y lo esperó luciendo mucho más limpio que de costumbre.

"Seohan salió. Regresará a casa en dos semanas".

Y el tutor, que apareció en lugar de su prometido, fue quien habló con él para informarle el horario de Seohan.

Aunque se alivió la tensión que había estado acumulando durante toda la noche, el hombre, que se fue sin siquiera decir una sola palabra, fue tan grosero que incluso tuvo el descaro de tirar la mitad del bote de leche a la basura y desconectarle el agua que utilizaba para el hervidor. Era molesto que lo tratara a él, que vivía en el mismo edificio, peor que a los empleados e incluso tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para no perder el control cuando se enteró de que había ordenado, muy estrictamente, que no entraran al edificio en su ausencia ni de chiste. Sabía que había echado a los trabajadores desde la primera vez que llegó debido a los niños pero esa mañana, se enteró de que además se había emitido una orden de "no trabajar en absoluto." Lo que, según le explicó el tutor, consistía en gestionar por su cuenta el edificio, el sótano y tres plantas, con una superficie total de 1.250 metros cuadrados, por su cuenta.

¡Por dos semanas!

"Lo siento tanto. Yo también recibí esa orden ayer. De hecho, para empezar esta casa tiene tantos años de antigüedad que solo el equipo personal del señor Lee puede limpiarla y acondicionarla y a parte de ellos, y como no les gusta que otras personas la toquen o la arreglen, nadie tiene permitido el paso. Ni siquiera yo. Vas a tener que arreglártelas solo mientras tanto."

Entonces, gracias a eso, cuando llegó a la casa principal y se encontró con su suegra, la mujer ni siquiera fingió verlo y en cambio, Jinhan, que parecía estar de mal humor debido a la hora, le preguntó una y otra vez "por qué llegaba tan tarde" y si es que acaso "todos los gatos eran igual de imbéciles que él".
Cuando respondió que "llegaba tarde porque tenía que limpiar y cocinar para su familia", su suegra habló sin siquiera mirarlo a la cara y dijo:

"Debes estar entusiasmado por hacer algo que se adapta a tu naturaleza."

Haciendo que él se quedara allí, escuchando los regaños, quieto, porque no sabía qué más hacer, y sintiendo como si le hubieran magullado la espalda con azotes incluso aunque solo eran palabras. Por si fuera poco, en ese momento el viento entró por la ventana que tenían completamente abierta y su "Cheollik" bailó con el viento y se agitó justo en su espalda baja. Sus nalgas, que no tocaban las correas del cinturón de castidad, entraron entonces en contacto directo con la tela y en cuanto se rozaron, sintió tanto ardor e incomodidad que sin darse cuenta, giró su cuerpo para evitar la corriente y entonces...

Hizo contacto visual con Jinhan. 

"¿Qué?"

La boca de Jinhan, que parecía estar conteniendo su ira desde el principio, finalmente se abrió:

"¿Por qué estás sacudiendo tu trasero de esa forma, eh? Dime ¿Qué te pasa, gato? ¿Qué se supone que haces?"

Después de escuchar las palabras del tutor, lloró, se enojó, y se sintió como un completo mendigo así que había pasado toda la mañana barriendo y limpiando el edificio como para desquitar su inconformidad de modo que, para mala suerte, era como si se hubiera lastimado la piel hasta despellejarla. Estaba más sensible y por consiguiente, era tan doloroso que pensó que no podría ni sentarse en un mes entero. Pero la mujer se acercó, lo miró de arriba para abajo y dijo:

"Todas las personas gato son así, hijo. Seguro tiene todo tipo de pensamientos asquerosos en la cabeza justo ahora o sino ¿Dime por qué crees que no dejan de reproducirse? Que asco ¿Qué acaso ustedes no se quedan quietos nunca? ¡Y pensar que haces esos movimientos frente a nosotros!"

Por lo que Doyeong lo negó aunque sabía que no debía hablarles:

"¡No es eso! Solo estoy incómodo."

"¿Incómodo?"

Doyeong no sabía qué decir porque, incluso si intentara explicar otras razones para sus movimientos, sería difícil escapar de la sospecha de que estaba siendo lascivo cuando los tigres básicamente pensaban que los gatos eran seres horribles que sacudían intencionalmente su trasero delante de todos porque deseaban follar.

"¡Me siento incómodo porque Seohan me golpeó ayer! Y sí, por eso me duele el culo."

Pero en respuesta a las palabras enojadas de Doyeong, Jinhan solo pareció extrañamente satisfecho cuando se giró en su dirección de manera arrogante y dijo:

"Vaya. ¡Seohan todavía sabe cómo manejar las cosas vulgares!"

Y entonces la suegra, que se estaba alisando el cabello mientras se miraba en el espejo de la pared, lo miró en el reflejo y finalmente comentó:

"Ojalá lo hiciera con un látigo".

Un gato viviendo en la guarida de un tigre.(Traducción Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora