20

243 58 9
                                    

"Por favor, complete su información personal justo en las líneas punteadas".

"Sí."

"Los artículos están en buenas condiciones, así que el pago también será generoso. No se preocupe por eso".

"Muchas gracias, señor."

El dueño de la tienda miró a Doyeong, quien estaba sonriendo como si fuera el momento más feliz de toda su vida. Pero cuando el gato, que estaba empezando a escribir en el documento que recibió, notó su mirada, rápidamente elevó la cabeza, hicieron contacto visual, y esto, a su vez, provocó que el propietario bajara la cabeza igual a si hubiera encontrado algo muy interesante en el suelo o incluso en sus zapatos. Doyeong sonrió torpemente de todas maneras y volvió su atención a los papeles.

Doyeong bajó de la montaña el día anterior y aunque el señor Joo se ofreció a llevarlo a su propia casa, él rechazó la ayuda y simplemente pidió que lo dejara en algún lugar seguro, en el centro de Corea. Claro que en caso de querer vivir cómodamente lo más correcto hubiera sido que regresara a su ciudad natal y a su propia casa pero, por alguna razón, no podía ni quería ir a ver a sus padres justo en ese momento. Al principio era más que seguro que ellos se hubieran puesto de su lado para salvarlo de inmediato pero, a medida que pasaba el tiempo, no podía dejar de imaginar que ellos lo instarían a volver con el tigre o quizá, hasta terminarían llamándole a Seohan directamente. Tenía la sensación de que volver a casa sería el verdadero fin de su libertad o de todos sus esfuerzos y entonces, ya que esa opción había quedado completamente descartada, Doyeong, que no tenía conocidos ni amigos con quienes contactar para quedarse al menos un par de días en lo que arreglaba su vida, buscó un hotel, luego otro y otro pero cayó en cuenta de que era tan peligroso como volver con su madre y su padre. Después de todo, el tigre tenía una amplia red de comunicación en la comunidad de las bestias y sabía que solo era cuestión de darle una pequeña razón para hacer que apareciera allí y tratara de regresarlo a la mansión incluso si para eso tenía que arrastrarlo de los tobillos.

Buscó hoteles para humanos pero parecía que ninguno de ellos aceptaría tres gatitos bebés así que, incluso si existiera un hotel así de incluyente, de seguro sería tan caro que no sería suficiente ni contando los billetes que le había dejado Joo antes de partir de nuevo para el bosque. De hecho, incluso fue a un motel muy deteriorado y pidió una recámara para una noche pero ellos le dijeron que no aceptaban "mascotas" y lo recomendaron a una posada muy antigua que incluso era dirigida por una anciana bastante mayor. En cuanto hablaron, Doyeong rápidamente decidió quedarse en la casa y aceptar dar un depósito cada semana que estuviera viviendo allí en caso, muy probable, de que los bebés dañaran la propiedad o rompieran el papel tapiz con sus garras.
Luego, tan pronto como consiguió una recámara, Doyeong rápidamente salió para comprar comida para él y gastó todo el dinero que tenía en leche en polvo con el que alimentar a sus niños. Inmediatamente después de eso los acomodo con una mantita, en una cuna muy improvisada sobre la cama, y salió para intentar recaudar el depósito y sus propios gastos vendiendo todas las pertenencias que llevaba consigo directamente de la mansión de su prometido.

"¿Tienes algo más que quieras vender, muchacho? Les daré un vistazo antes de sellar los papeles."

"¿Algo más? Ah, espere... Creo que..."

Doyeong, que estaba llenando los documentos, parpadeó al recordar otra de sus pertenencias ante las palabras del dueño de la casa de empeños. De hecho, todavía tenía el reloj en el bolsillo de su abrigo. No era un buen recuerdo porque el significado del reloj y su función en si eran muy humillantes, pero, por extraño que pareciera en ese momento, no podía tirarlo o dejarlo en la casa por lo que decidió conservarlo hasta el día de hoy. De hecho, dudó por un momento y miró el artículo en su palma. Trazó la superficie, suspiró, y se lo tendió al propietario:

Un gato viviendo en la guarida de un tigre.(Traducción Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora