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Doyeong había sentido como si sus pensamientos y su cuerpo entero estuvieran siendo consumidos por las intensas feromonas del tigre.

Los labios que le estaba devorando se abrieron en un sentimiento que era bastante diferente a cuando estaba en celo y además, en lugar de poner atención a las señales de peligro o a sus propios pensamientos, que estaban palpitando constantemente en su cabeza, podía decirse que ahora su mente se había quedado tan completamente en blanco que lo único que existía delante de él era el calor del momento, la fuerza del tigre, su energía y sus manos presionando su cuerpo hasta hacer que lo único que entrara en su espacio fuera su aroma.

"Umm..."

El cuerpo de Doyeong revoloteaba y se doblaba debajo suyo una y otra vez como si estuviera a punto de volar por el aire. Se quejó, respiró profundo, y luego se separó de tal forma que los ojos amarillos del tigre comenzaron a observarlo atentamente de arriba para abajo, desde sus párpados entrecerrados, como si tuvieran sueño, pasando por el sonrojo de sus mejillas, el puente de su nariz y finalmente, en esos labios que le había estado comiendo hasta hace unos momentos. Y de hecho, desde el momento mismo en que vio esa pequeña abertura humeda y tierna que estaba dejando escapar una respiración entrecortada en forma de vapor, el tigre dijo una maldición que no alcanzó a escucharse y se abalanzó sobre él como si no pudiera soportar estar tanto tiempo sin besarlo.
Entonces su lengua se enterró en la suya, lo chupó, comenzó a succionarlo con fuerza y finalmente lo empujó hacia atrás utilizando todo su cuerpo de tal manera que le hizo tener la espalda bien clavada contra el cemento de la pared. Y como si hubiera estado esperando esto desde el inicio, la mano del tigre bajó por su cintura, pasó por sus nalgas y tocó sus muslos. Arrugó el traje que llevaba encima, acarició su ingle y su pelvis a su antojo y le levantó una pierna para enredarla en su propia cintura. Al mismo tiempo se desabrochó el pantalón con la otra mano y comenzó a actuar como si fuera a perder a Doyeong de un momento para otro si no lo tomaba justo como lo venía planeando.

Sacó su pene a través de la cremallera abierta y levantó aún más la mano que sostenía a Doyeong. Entonces, cuando su pierna fue elevada a una altura que excedía la parte inferior de su cuerpo, el gato se quejó. Le clavó las uñas con fuerza y trató de mantener el equilibrio haciendo que su pie quedara bien posicionado en el suelo. Un gemido fluyó por el espacio entre los labios que se seguían tocando, las feromonas del tigre le marearon la cabeza, le hicieron ver en blanco, luego en negro y segundos más tarde, incluso notó que Seohan lo estaba mirando como para tomar nota sobre su reacción antes de alinear su pene endurecido a la par del agujero de su culo.

"¡Agh!"

El pene del tigre comenzó a hacerse camino con una embestida fuerte y constante.

Cada vez que sus entrañas eran empujadas hasta el fondo, un gemido escapaba de la garganta de Doyeong en lugar de quedarse en sus labios y finalmente, incluso comenzaba a temblar justo como lo haría de estar muriendo de frío. No podía soportar la sensación de ese cuerpo extraño dentro de su culo, la presión, ni tampoco la forma en la que el cuerpo del tigre rebotaba, lo clavaba en la pared y lo follaba una y otra y otra vez antes de eyacular en forma de una fina capa de agua que cayó por sus muslos, se escurrió por sus piernas y terminó goteando en el suelo hasta formar un pequeño charco. Casi de la misma forma violenta en la que se había corrido él.

"¡Aaah!"

Y aunque odiaba al tigre debido a que se había atrevido a darle ese tipo de respuesta cuando dijo que le "permitiera irse", su cuerpo igual se movía independientemente de sus emociones a tal punto que había llegado a rodear su cuello con los brazos, acomodarse para poder entrar en su verga y frotarse las nalgas igual a si estuviera suplicando que se lo cogiera aunque no era parte de su plan. Luego, cuando bajó la cabeza, resultó que todo lo que podía ver era el dobladillo arrugado y enrollado de su traje y su pene, todavía amontonado en el cinturón de castidad de silicona, siendo aplastado entre el estómago del tigre y su propio vientre haciendo que incluso su semen manchara el vello púbico de Seohan tan asquerosamente como para que sus ojos se abrieran otro par de centímetros.

Un gato viviendo en la guarida de un tigre.(Traducción Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora