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Doyeong estaba frente al edificio principal junto con el señor Joo, nervioso, parado justo a un lado de su cuerpo. Se preguntó "¿Ya habrá cambiado Naryeong después de tanto tiempo castigada?" E inmediatamente después le vino ese temblor irregular en el corazón que pensó que ya había dejado en el pasado aquel día en que decidió salir de la guarida, pero que le vino de golpe como si de pronto hubiera recordado todo el miedo que le había hecho pasar esa mujer. Sin embargo, ya que estaba mucho más preocupado por el bebé en su vientre que por si mismo, se dio unas palmaditas en el pecho, dijo que "ya estaba listo para entrar", se armó de valor, respiró profundo y abrió las puertas de la recámara con la mente completamente despejada...

Pero:

"¿Qué demonios haces TÚ aquí? ¿Volviste? ¿En serio? ¿Después de que me gritaste qué te irías para siempre? ¿No tienes orgullo o qué es lo que te pasa?"

Por su reacción y esos horribles gritos, fue evidente que no sabía que Doyeong había vuelto a quedar embarazado del tigre y también, confirmó que esos rumores sobre que había quedado atrapada en el edificio principal, completamente aislada de todo, era absolutamente cierto.

"Buenas tardes."

Pero aunque la voz de su suegra ya no era tan frustrante o tan aterradora como la recordaba del pasado, la realidad de toda esta situación era que no había cambiado ni siquiera en lo más mínimo. Primero se sintió decepcionado, luego, la saludó con la expresión más brillante que pudo poner y dijo:

"¿Cómo está, señora?"

"¿Cómo estoy? ¿Estás ciego? ¿¡No ves el maldito revuelo que armaste en esta familia!? ¿¡Por qué entraste en mi recámara y exactamente con el permiso de quién lo hiciste!?"

"Seohan me rogó que no entrara, pero yo quería hacerlo para poder hablar con usted en persona".

"¿De verdad? ¿Pues qué le pasa a ese niño cómo para tener que rogarle a una cosa como tú que no entre a verme?"

"A decir verdad, su hijo últimamente me ruega demasiado."

"..."

Na-ryeong pareció notar la actitud decidida de Doyeong incluso sin que él tuviera que revelarla abiertamente. Lo miró de arriba para abajo, como si se hubiera encontrado con un enemigo antiguo, sonrió, mostrando todos sus dientes, y finalmente habló con muchísima burla:

"Estás muy hablador hoy. Ahora que estoy aquí y que no tienes nada de que preocuparte, ¿Crees que puedes ponerte gracioso conmigo sin tener consecuencias?"

"No es que no tenga nada de qué preocuparme, es solo que ya entendí que usted no vale el esfuerzo".

"¡Cuidado con tu lenguaje, maldito gato! Porque he sido muy paciente. Más de lo que debería al tratarse de ti."

El comportamiento tranquilo de Doyeong pareció ser suficiente para ponerle los pelos de punta. Haciendo que incluso él comenzara a sentir por primera vez esa confianza que provenía del hecho de ser prácticamente intocable ahora.

Doyeong abrió la boca con muchísima calma:

"Te mostraré quien debe tener cuidado." E inmediatamente después agregó: "¿Señor Joo? Me siento mareado".

"¿Qué? ¿Cómo que mareado? ¿Tomaste los suplementos de hierro hoy? ¿Te empezó apenas?"

Haciendo que el señor Joo respondiera de una manera más alterada de lo que esperaba y que eso, a su vez, provocara que se acercara de inmediato para ayudar a Doyeong a sentarse en el sofá que tenía justo a un par de pasos tras su espalda. Por supuesto, Naryeong resopló, se cruzó de brazos como si le pareciera ridículo e incluso se permitió acercarse a él igual a si este enfrentamiento le hubiera regresado su antigua energía.

Un gato viviendo en la guarida de un tigre.(Traducción Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora