25

249 50 4
                                    

"¿Por qué no vienes…? Profesor, por favor. Ah..."

Doyoung, que había estado esperando que Woon regresara a casa, murmuró eso de una manera increíblemente impotente.

El dolor del celo, que tenía que experimentar sin ningún tipo de supresor, era tan extremo que se volvió desesperante y además, le pareció completamente extraño que tuviera períodos de descanso excesivamente cortos. Se golpeó el estómago una docena de veces y trató de respirar lo más lento que fuera posible. Pensó "Ojalá no pudiera tener hijos", "Desearía no ser gato" y luego dijo que sería mejor ser un humano si con eso podía evitar experimentar este calor tan asqueroso y difícil. Se levantó, imaginando que había encontrado el motivo por el que no se estaba deteniendo y llegó a la conclusión de que se estaba estimulando de esa manera tan inmensa porque los olores de su prometido estaban por todas direcciones. No era broma ¡Literalmente apestaba a él!

Doyeong rápidamente encontró una toalla pequeña y se tapó la nariz para evitar el aroma, luego la aventó de nuevo cuando notó que el olor a tigre estaba allí también y que incluso la fragancia de la tierra y la madera, aunque ya habían pasado algunos días desde que se fue de viaje de negocios, permanecía en la casa tan fuerte como el primer momento en que estuvieron juntos. Por si fuera poco, la situación exterior era peor porque los hermanos de su prometido eran tigres que no suprimian su energía en absoluto y que, en su lugar, hacían que sus feromonas contaminaran cada espacio y cada centímetro de oxígeno hasta llegar incluso a su recámara.

Doyeong se mordió el labio mientras el semen aumentaba por entre sus piernas. Si Jinhan, que siempre parecía estar muy ocupado insultándole, supiera que estaba en celo, casi arrastrándose por el suelo de la habitación, era obvio que lo golpearía con un montón de palabras sucias y vulgares incluso aunque estuviera dentro de la ley de la naturaleza experimentar esto cada cierto periodo de tiempo. Es decir, un tigre entraba en celo con regularidad, principalmente en primavera, pero, de un gato, que hacía lo mismo, ese era un acto tan insultante y vulgar como mal visto. Y eso era...

Tan jodidamente injusto.

"Ah, ah, ah..."

Mientras el intenso dolor nublaba sus sentidos nuevamente, Doyeong se encontró despertando por instinto sus sentidos de gato hasta un punto en que ya andaba en cuatro patas por la cama como si fuera natural para él desde el inicio. Recordó las palabras de su tutor diciéndole que al menos se atara las piernas para no deambular sin perder la cabeza, y se mordió le boca cuando notó que el olor seguía estimulándole tan fuertemente como para creer que ser lógico era posible.

"Ah..."

Intentó llamar a Woon, pero no contestó el teléfono. Seguramente porque estaba ocupado consiguiendo el supresor ya que tenía que ser especial para las bestias gato así que, eso significaba que podía tardar un par de horas o quizá traerlo hasta bien entrada la noche. Se puso de pie, sujetándose ansiosamente el estómago, que se estaba calentando segundo a segundo, y finalmente se sostuvo de la pared como si se fuera a desmayar.

"Ah..."

"Salgamos." Le decía su instinto "Vayamos a algún lugar sin olor y escondámonos. Entonces, el dolor será menor que ahora..."
"Corre, Doyeong."

"¡Corre!"

Y aunque normalmente habría podido pensar en otras alternativas, Doyeong, que estaba consumido por el dolor del celo, estaba obsesionado con la idea de simplemente ir a un lugar sin olor en donde pudiera recostarse. Un lugar caliente, que le permitiera desaparecer al menos por un segundo.

"Ah..."

Sin poder recordar cómo se había vestido o el momento en que llegó a la entrada principal, Doyeong se paró tembloroso, con la boca abierta y los dedos tocando una puerta de hierro con una ornamentada decoración hecha de pura forja. Las personas no podían acceder si no tenían la llave principal así que, mientras estaba allí, agarrándolo con fuerza, un guardia de seguridad, que vio lo que estaba haciendo desde la parte de atrás, se acercó con una mirada impresionante de desconcierto en sus ojos y le preguntó "qué era lo que estaba haciendo allí" y también "por qué no iba a su recámara". Era de raza mixta así que no podía sentir sus feromonas y no podía detectar el celo, no era peligroso en términos de castidad pero estaba claro que igual lo bloquearía y no le permitiría salir hasta que alguno de sus señores le diera la orden.

"Vámonos, vámonos Doyeong."
"Vámonos de aquí."
"¡Corre!"

¡Qué días tan humillantes había pasado! Con la familia del tigre, con sus padres, con su prometido, incluso consigo mismo. Estaba... Cansado.

Y en ese momento el cuerpo de Doyeong comenzó a encogerse. El guardia de seguridad, que se acercaba lentamente con una expresión de desconcierto en su rostro, se puso nervioso cuando notó que había desaparecido entre la ropa que llevaba y luego:

"Mau..."

El Cheollik y el reloj cayeron al suelo y pronto, apareció un gato adulto, con cara y cuerpo blanco, orejas marrones y una muy tupida cola del mismo color que bajaba por su cintura como si fuera una cuerda. Era una especie de vergüenza mostrar la verdadera forma a alguien de raza baja pero, no tenía razones suficientes para considerar lo que había hecho ni mucho menos para lamentarse. Y antes de darse cuenta, evitó con flexibilidad la mano del guardia de seguridad que se acercaba para intentar agarrarle e incluso le bufó con toda su fuerza. El Ragdoll le rasguñó el brazo y mordió su dedo hasta hacer que saliera sangre. 

"¡Maldición! ¡Es una emergencia! ¡Emergencia! ¡Auxilio! ¡Tengo un problema en la puerta principal! ¡¡¡Todos a la puerta principal!!!"

El guardia de seguridad dijo eso, gritando en un walkie-talkie que parecía no haber utilizado hasta ese momento. Corrió para atrapar a Doyeong mientras pedía ayuda a todos los que se encontraba en el camino pero el gato rápidamente lo esquivó y después, metió su cuerpo a través de un espacio en medio de la decoración forjada de la puerta de hierro por el que no podía pasar el humano.

Corrió como nunca.

<Un gato viviendo en la guarida de un tigre> Continúa en el Volumen 2.

Un gato viviendo en la guarida de un tigre.(Traducción Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora