Seohan, quién tomó la canasta que contenía a los niños, le dijo a Doyeong que siguiera a los empleados en dirección a la segunda casa. Por supuesto, ante esas palabras, los ojos de Doyeong no tardaron ni medio segundo en comenzar a correr por aquí y por allá, dibujando círculos uno tras otro como si intentara recordarlo todo en caso de que fuera necesario. Después de todo, la mansión de Seohan era increíble. Como la familia era famosa por su riqueza, supuso que la casa sería enorme, pero, en realidad lo que tenía frente a sus ojos justo ahora superaba su imaginación con creces.
Había un gran jardín situado dentro de unos enormes muros. Aquí y allá, la hierba estaba plantada en forma circular, como una colina baja, y en el medio tenían un camino de tierra con piedras que utilizaron como escalones. Había bancos y pabellones para sentarse y descansar en toda la mansión, y árboles gigantes, que tenían cientos de años, estaban plantados uno por uno como si hubiesen querido simular una selva. E incluso mientras Doyeong seguía a los trabajadores por aquí y por allá, estaba tan hipnotizado por la escala y las paredes tan masivas que a menudo se quedaba parado como si fuera demasiado que procesar en tan poco tiempo.
Entonces, Doyeong siguió a los sirvientes al interior de una habitación que se veía mucho más tranquila y suave que las anteriores, y lo dejaron esperando mientras tragaba saliva por el nerviosismo.
"Señor, por favor quítese la ropa."
Seohan le había dicho que los siguiera y fuera obediente, pero no le dio permiso para hablar en absoluto por lo que solo pudo bajar la cabeza y avergonzarse cuando los empleados le dijeron que se quitara la ropa de nuevo. ¿Y por qué? ¿Por qué tenía que quitársela? ¿Era verdaderamente importante? Tenía tantas preguntas que hacerles y de todos modos no podía abrir la boca porque el tigre había sido muy específico en sus órdenes. Y por consecuencia, los trabajadores solo miraron a Doyeong, quien mantuvo la boca cerrada como un mudo, y se miraron entre si igual a si estuvieran bastante confundidos al respecto.
"Oye."
Uno de ellos, que parecía ser el jefe, le dijo a Doyeong:
"El señor Lee me dijo que no tienes permitido estar en la casa con ninguna de tus ropas viejas. Lo siento mucho, pero vamos a tener que tirarlas todas y para eso debes quitarte lo que traes encima también."
¿Señor Lee? Era un apellido al que no estaba acostumbrado para nada, pero supo de inmediato que probablemente se refería a su prometido, Lee Seo-han.
Doyeong asintió como si entendiera, pero se detuvo en seco una vez más. También le dijo que cambiara su costumbre de asentir con la cabeza así que ¿Cómo carajo se iba a comunicar en primer lugar? Tenía que pedirles el cambio de ropa y preguntarles dónde cambiarse para no hacerlo frente a ellos, pero resultaba que no había manera porque le había puesto reglas tan tontas para empezar.
La mano, que estaba a punto de sacar el teléfono para pedirle permiso a Seohan para hablar con los empleados, se detuvo cuando ya había llegado a sus pantalones. ¡Ni siquiera se sabía el número de su prometido! Todos los encuentros ocasionales que tuvieron mucho antes de esto fue en su casa o en la escuela, por lo que no tenía la información de contacto de Seohan.
Y sin saber qué hacer, caminó de un lado a otro sosteniendo el teléfono de modo que las personas que tenía de frente también comenzaron a parecer bastante nerviosas.
"¿No sabes hablar?"
"No me dijeron nada sobre eso".
Y finalmente, contactaron a Seohan para preguntarle.
ESTÁS LEYENDO
Un gato viviendo en la guarida de un tigre.(Traducción Finalizada)
FanfictionDo-yeong, un "hombre gato" que está comprometido con Seo-han, el jefe de la familia Lee, la más prestigiosa de las familias felinas del país, dio a luz a tres encantadores bebitos mientras su futuro esposo se encontraba en un viaje de negocios basta...