Fue Seohan quien entró a la habitación antes que el tutor privado.
E incluso sin escuchar su voz, supo que había regresado a casa por el repentino olor a musgo que le llegó de golpe, y el pequeño temblor que se instaló en su espalda baja.
Doyeong abrió la puerta de la habitación que había cerrado con llave. Se alisó el cabello, y se ajustó la ropa anticipando encontrarse con él cara a cara, incluso aunque no había logrado ocultar sus ojos hinchados por el llanto ni las mejillas que tenía increíblemente rojas para ese momento.
"Ya llegaste."
"¿Eh? ¿Acaso no aprendiste nada hoy?"
Seohan expresó su descontento sin mirar a Doyeong directamente.Su habitación estaba a la derecha de la entrada de este edificio. Debido a Doyeong y más que nada, a los bebés, todos los empleados habían sido enviados fuera de esta zona por lo que, para decirlo claramente, no había absolutamente nadie que se ocupara de ella. Y como no tenían empleados en este lugar, tenía que abrir la puerta por su cuenta incluso aunque no estaba acostumbrado a eso.
Ah
¿Acaso tenía que hacerlo también?
"¿Tengo que abrirte?"
Doyeong respondió apresuradamente al comentario de Seohan. El hombre le dio la razón no diciendo nada.
"Sí, lo siento mucho. ¡Lo haré correctamente a partir de mañana! Saludar a tus padres me tomó mucho tiempo así que, en realidad no tuve la oportunidad de recibir clases. No lo sabía."
Se apresuró a añadir una explicación de la situación mientras hacía una pequeña reverencia. Pero soplaba un viento frío por todo el cuarto y por consiguiente, Seohan no lo escuchó.Fue directo al sofá, dejó la bolsa de papel que había traído de la calle, y cruzó las piernas. El hombre tenía un aspecto increíblemente cansado después del trabajo así que se hundió en el respaldo y cerró los ojos como para intentar dormir un momento. Doyeong entonces se paró torpemente frente a él y siguió mirando hacia afuera una y otra vez por temor a que se enojara ante los ocasionales maullidos de hambre que hacían los niños. Y efectivamente, frunció el ceño a los pocos segundos después de eso por lo que Doyeong, que constantemente sacudía sus pies por el nerviosismo, no pudo soportarlo más y corrió hacia la cama para cargar a los bebés y arrullarlos lo suficiente como para que durmieran de nuevo.
Pero al oir un golpe en el sofá, algo considerablemente más intenso que antes, dejó a sus hijos en la cama, llegó hacia él nuevamente, presa del pánico, y se disculpó de esa manera que el tigre parecía odiar con el alma.
"Deberías haber aprendido la etiqueta básica en tu propia casa, gato. Sobre como comportarte cuando estés frente a tu esposo."
Ante las palabras del tigre, los ojos de Doyeong se perdieron en sus pensamientos por un momento y después, lentamente, se movieron de izquierda a derecha como para tratar de recordar algo. Entonces, le vino un flashazo sobre como, ciertamente, había tenido una clase sobre "comportamiento matrimonial" estando en casa. Y aunque entre los procesos que terminaron inconclusos por el embarazo y el parto de sus bebés hubo algunas cosas que aprendió y otras que no recordaba, Doyeong rápidamente extendió su mano, pensando que tenía que hacer al menos las pocas cosas que si sabía hacer correctamente, y dijo:
"¿Me pasas tu abrigo?"
"¿Eso es todo? ¿Mi abrigo?""Y... ¡Llenaré la bañera también! A un tigre le gusta sumergirse durante mucho tiempo en el agua ¿No es verdad?"
Preguntó Doyeong, recordando el capítulo que el tutor de su familia había marcado especialmente con un asterisco. Y de esa manera, incluso el tigre, que había sido frío con él todo este tiempo, levantó las cejas como si estuviera intrigado por su propuesta y dejó de hablar.
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Un gato viviendo en la guarida de un tigre.(Traducción Finalizada)
FanfictionDo-yeong, un "hombre gato" que está comprometido con Seo-han, el jefe de la familia Lee, la más prestigiosa de las familias felinas del país, dio a luz a tres encantadores bebitos mientras su futuro esposo se encontraba en un viaje de negocios basta...