Doyeong, que nunca había limpiado ni siquiera su propia habitación antes, hizo la limpieza de toda su vida durante esas dos semanas sin Seohan.
Pero limpiar la casa de su prometido y el edificio principal era una tarea agitada y por si fuera poco, se volvió terriblemente problemático cuando los empleados de su suegra vieron la actitud que tenía la familia y se dieron cuenta de que había algo en él que debía ser lo suficientemente terrible como para descalificarlo de esa manera. Incluso siendo un gato. Al principio, mostraron una actitud lastimera y educada, pensando que el mal humor de los nobles no era más que los padres de Seohan siendo terribles por la idea de darle a su hijo a una bestia de diferente categoría. Luego los vio susurrar entre ellos, los escucho decir que "su compromiso se rompería en un mes", se burlaron de lo que había pasado con Jinhan y después de eso, su actitud les cambió poco a poco hasta que, para la segunda semana, llegó un punto en el que lo trataban como un empleado que solo daba problemas.
Pero en nombre de la disciplina familiar tradicional y cuando regresaba al dormitorio, justo después de terminar las tareas de la casa principal, el tutor que cuidaba a los niños por él durante la mañana, comenzaba con sus clases de modales en la noche.
De esta manera, Doyeong memorizó y aprendió la educación que no había visto cuando estaba en casa, la etiqueta única de la familia de los tigres, los nombres y rasgos faciales de todos los integrantes y sobre quién era exactamente Lee Seohan.
Y de esa forma, un día el olor a madera y musgo, que se había desvanecido debido a la ausencia de Seohan y la limpieza de las habitaciones, volvió a la vida. Y Doyeong, que estaba tumbado en la cama, amamantando a sus bebés después de un día agotador, de repente se levantó y miró por la ventana solo para darse cuenta que a lo lejos, en el jardín, estaba un coche que intentaba entrar en la zona de aparcamiento.
"Dios mío..."
Doyeong rápidamente revisó su ropa y corrió hacia la entrada del primer piso.
"Bienvenido."
Había dejado la puerta abierta antes de su llegada, juntó las manos, y se inclinó ante el tigre justo cuando entró por el umbral. Pero al mismo tiempo que intentaba actuar según las enseñanzas de su maestro, el olor de la madera frente a su cara también le devolvió un dolor increíblemente punzante en la parte inferior de su abdomen. El mismo que había estado reprimiendo con todas sus fuerzas durante estas dos semanas sin él de una manera tan perfecta como para pensar que había desaparecido completamente.
Ahora, sin embargo, Doyeong notó que estaba comenzando a emocionarse de más y armó un pequeño plan en el que le prepararía un baño al tigre, lo metería en la tina, fingiría ir buscar algo que necesitaba, saldría de la habitación y entonces se limpiaría la entrepierna tan rápido que nadie lo iba a notar. Ya le habían dicho que no podía hacer nada con respecto a la tableta que seguía registrando los movimientos de su cuerpo pero, ya que nunca había dicho nada después de mirar los registros, pensó que sería algo de lo que tenía que preocuparse después.Pero mientras reflexionaba sobre su plan, Seohan pasó frente a él como para dirigirse a su recámara. Doyeong rápidamente lo siguió, le dijo que "tomaría su abrigo" y volvió a inclinarse tan educadamente como nunca lo había hecho a lo largo de su corta existencia. El tigre se detuvo un momento ante esas acciones, miró a Doyeong de arriba para abajo con unos ojos increíblemente fríos y abrió la boca solo para decir: "El maestro debe haber pasado por un momento bastante difícil para lograr que te aprendieras todo eso". En un tono que hacía imposible saber si era un elogio o una mera queja.
Doyeong, de mal humor, se elevó de hombros, no dijo nada y cuando estaba a punto de tomar su chaqueta, vio que había otra bolsa de papel, de la misma apariencia que la anterior, justo en medio de las manos de Seohan. ¡No tenía razón alguna para hacerlo pero resultaba que ahora había comprado varias latas de leche en polvo para sus niños! Tal vez, sintiéndose mal por haber tirado la mitad del primer frasco que le consiguió. La verdad es que intentó alimentar a sus bebés con leche para humanos en el momento en que se le acabaron las reservas pero eso solo les provocó una diarrea tan fuerte que les hizo llorar por dos noches enteras debido a los cólicos. Entonces, sintiéndose aliviado, levantó la bolsa con cuidado para que no pareciera que la estaba tomando sin permiso, lo miró como para saber si estaba bien, y sonrió cuando el tigre golpeó el asa igual a si pidiera que la tomara.
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Un gato viviendo en la guarida de un tigre.(Traducción Finalizada)
FanfictionDo-yeong, un "hombre gato" que está comprometido con Seo-han, el jefe de la familia Lee, la más prestigiosa de las familias felinas del país, dio a luz a tres encantadores bebitos mientras su futuro esposo se encontraba en un viaje de negocios basta...