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La puerta del edificio principal se abrió violentamente. De hecho, la repentina visita de Doyeong atrajo la atención de cada uno de los empleados que inmediatamente notaron que estaba extremadamente fuera de si. Muy diferente de como era antes. Algunos de ellos se marcharon apresuradamente para buscar a sus superiores y si bien había otros que no sabían qué hacer y que solo estaban mirando, algunas personas incluso se acercaron más para estar en primera fila en caso, muy probable, de que se desatara una pelea como nunca antes en la historia de la mansión.

El corazón de Doyeong latía como un demente y debido a que la fiebre le había subido de golpe a la cabeza, no tenía ni el tiempo ni la energía para prestar atención a lo que estaba pasando junto a él o tan siquiera alrededor suyo. Solo sentía que ahora estaba en una situación en la tenía que usar todas las fuerzas que le quedaban en el cuerpo para enfrentarse a su suegra.

Pero ella no estaba allí.

Rápidamente se dio la vuelta y se dirigió hacia la habitación interior.

Los pasos de Doyeong, mientras abría puerta tras puerta eran tan feroces, que nadie podía creer que fuera un gato o el mismo hombre que habían conocido apenas un par de semanas atrás. Estuvo en todas las habitaciones en donde podía encontrar a Na-ryeong, pero no estaba en ninguna de ellas. De hecho, cada vez más empleados perseguían a Doyeong después de eso y trataban de disuadirlo de actuar de esa forma sosteniendo incluso sus muñecas o su espalda con las dos manos. Pero Doyeong no dejó de caminar aún así ni de gritar de un modo que les hacía tener los pelos de punta.

Entonces, después de buscar en todas las habitaciones, el gato finalmente llegó a la terraza que era propiedad de sus suegros, respiró hondo y tragó. Sintiendo que incluso la saliva que pasó por su garganta estaba muy caliente. Había estado cerca varias veces mientras limpiaba, pero nunca pensó en entrar ni siquiera de chiste.

Ahora Doyeong abrió la puerta sin llamar. Y aunque él tenía la horrible sensación de estar subiendo y bajando como si se encontrara en una montaña rusa, Naryeong solo estaba allí, disfrutando de una tarde cómoda bebiendo una especie de margarita sin alcohol de una copa larga.

"¿¡Qué clase de comportamiento grosero es este!?"

Naryeong dejó la copa que estaba sosteniendo y se levantó, frunciendo el ceño ante la repentina visita del gato. Parecía muy enojada porque él, del que no había sabido absolutamente nada durante dos semanas enteras, de repente entró y se aproximó sin siquiera mostrar los modales más mínimos para una persona que se decía "decente".

"¡Me hice de la vista gorda e ignoré que dejaras de lado tus deberes porque tuve consideración de ti, gato! ¿¡Qué crees qué estás haciendo ahora!? No des un paso más."

Naryeong, completamente enojada por su comportamiento, levantó la mano como para golpear a Doyeong justo en la mejilla. Pero él agarró la muñeca de su suegra y la dobló hacia la derecha de modo que casi podía escuchar la forma en que tronaban sus huesos. Intentó controlar sus pensamientos y su respiración varias veces, pero, cuanto más lo intentaba, más sentía como si la roca en su pecho se convirtiera en una bomba caliente que al final estaba a punto de explotarle. Y finalmente, no pudo controlar su corazón hirviente y empujó el informe de genealogía y el examen genético frente a su cara.

"¿Qué estás...?"

La aguda mirada de Na-ryeong hacia Doyeong se centró en los documentos.

"¿¡De dónde lo sacaste!?"

"¿Importa?"

"¿Fuiste a la biblioteca?"

Un gato viviendo en la guarida de un tigre.(Traducción Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora